jueves, 22 de septiembre de 2016

PERDONAR NO ES UNA OPCIÓN, ES UNA ORDEN DE PARTE DE DIOS.

PERDONAR NO ES UNA OPCIÓN  ES UNA ORDEN DE PARTE DE DIOS.
Perdonar no es una Opción / Mateo 18:21-35.
UNA VIDA NUEVA, NO GARANTIZA VIDA BUENA.
Eres cristiano. Has nacido de nuevo. Ahora perteneces a la familia de Dios. Oras para que seas conformado a la imagen de Jesús. ¿Sabes lo que esto significa? ¿Sabes cuál es el costo?
ES TIEMPO COMO CRISTIANOS DE ENFRENTAR RETOS.
La vida cristiana no es fácil. A veces no sabemos lo que cuesta. Nos vienen muchas tribulaciones y nos extrañamos porque pensábamos que ahora todo sería más fácil.
UN CAMINO A LA SANTIDAD, NOS ESPERA.
Dios quiere que seamos santos. Dios nos ha salvado para que seamos como su Hijo Jesús, nuestro Salvador, y el primero entre muchos hermanos. Dios, a quien no podemos descifrar, quiere tener una familia y muchos hijos. Pero los hijos de Dios no pueden ser como los hijos de Adán. Dios es santo y sus hijos también tienen que serlo.
PEDRO QUERÍA SORPRENDER A DIOS CON UNA OFERTA GENEROSA.
En Mateo 18: 21-22 Pedro va a Jesús y le pregunta: “Señor ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete”.
DIOS NOS SORPRENDE CON UNA OFERTA PODEROSA Y MISERICORDIOSA.
Jesús entonces les cuenta la parábola de los dos deudores, Mateo 18:23-35.
EL REINO DE LOS CIELOS ES SEMEJANTE A:
“Por lo que el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y comenzando a hacer cuentas le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. (Esta era una cantidad astronómica).

Y como no podía pagarle su señor ordenó venderle y a su mujer e hijos y todo lo que tenía para que se le pagase la deuda. Entonces aquel siervo postrado le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo.  El Señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.
SIERVO QUE RECIBE, PERO SIERVO QUE NO DA.
Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba diciendo: Págame lo que me debes.
COMO NOS GUSTA VER A OTROS DE RODILLAS ANTE NOSOTROS.
Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Más él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado.
DIOS NOS PERDONA, PERO NOSOTROS QUIÉN SABE.
Entonces llamando su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.  ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, lo entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas”.
LAS INSTRUCCIONES DE JESÚS EN CUANTO AL PERDÓN.
Cuando tenemos algo contra alguien, ya sea por una ofensa pequeña o por una grande, Jesús nos enseñó lo que tenemos que hacer.
¿NO SERÁ QUÉ YO SOY ESE SIERVO MALVADO?
Dios nos ha perdonado tanto a nosotros. Hemos sido perdonados por Dios una deuda incalculable. Somos como el primer siervo de esta historia. Dios tuvo misericordia de nosotros cuando fuimos a Jesús a pedirle misericordia y él nos perdonó todos nuestros pecados que son tantos. Dios espera que nosotros tengamos también misericordia de los que nos ofenden a nosotros si queremos que el Señor nos siga perdonando cuando vamos a pedírselo. Si no lo hacemos, nos echará en la cárcel hasta que hayamos pagado todo lo que debemos.
SINO PERDONAMOS, ENTONCES ESPEREMOS EL CASTIGO DE DIOS.
Esto hay que entenderlo en sentido alegórico. La parábola es una historia que enseña una lección importante. En este caso, echarnos en la cárcel significa que vamos a pagar nuestra deuda de una forma u otra. Puede que estemos presos en nuestra propia mente, o presos con sufrimientos de diferentes clases, pero el Señor disciplina a sus hijos de forma que entienda lo que necesita hacer. Pero el que no perdona no lo va a pasar bien. Esto es seguro.
EL PEQUEÑO ERROR DEL OTRO, NOS PARECE DEMASIADO GRANDE.
Muchas veces no queremos perdonar a alguien que nos ha hecho mucho daño porque pensamos que no es justo. Creemos, erróneamente, que si lo perdonamos no se va a hacer justicia por el daño causado. Esto no es cierto. Los pecados SIEMPRE se pagan porque Dios no tendrá por inocente al culpable. No hay que temer que el que ha cometido la ofensa se libre de la pena de su acción. Puede que nosotros no sepamos cómo le está afectando su acción porque no estamos dentro de su corazón, pero no nos quepa duda que Dios está disciplinando a la persona en cuestión de la forma que solo él entiende y considera necesaria.
NO SOLO PERDONAR, SINO AMAR AL ENEMIGO.
Romanos 12 dice:
¿PUEDO YO VENGARME?
“Mía es la venganza. Yo pagaré”, dice el Señor. “Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer. Si tiene sed, dale de beber, porque haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza”.

Así que recordemos estas palabras y pidamos ayuda a nuestro Señor para hacer lo que debemos hacer. Puede ser muy difícil, pero Filipenses 4:13 dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
DIOS NOS PERDONÓ Y ENTONCES NOSOTROS PERDONAMOS.
Efesios 4:32
EN CRISTO SOMOS PERDONADOS, EN CRISTO NOSOTROS PERDONAMOS.
“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.
JOSÉ ES UN EJEMPLO DE PERDÓN.
Recordemos la historia de José en el Antiguo Testamento (Génesis 39-50). Dios lo puso a prueba y prueba dura y larga, pero José la pasó y fue fiel. Y el Señor lo recompensó con creces.
SI PERDONAS, TE DESATAS.
Tema: “Si Perdonas, Te Desatas”
INTRODUCCIÓN.
Todos como humanos deseamos el perdón de Dios. Difícil es cuando no obtenemos el perdón de otro ser humano.
UNA HISTORIA REAL DE PERDÓN.
En el año 92, un troquero llamado Reginald Denny iba manejando por Los Ángeles- California, cuando de repente se encuentra en medio de un abuso hacia otro individuo. Rápidamente lo sacan del tros y le pegan; hiriéndole con un ladrillo en la cabeza. Lo dejaron por muerto allí. Algunos años después, mientras el caso está en corte, sorprendidamente el Sr. Denny perdonó a los que le asaltaron.
Luego Deweese Eunick (madre de una niñita de 6 años que murió en manos de un muchacho de 12 años que estaba haciendo lucha libre con ella). El muchacho, Lionel Tate estaba siendo sentenciado a muerte por quitarle la vida a esta niña. La madre dijo a los reporteros de ABC, “Lo que este muchacho hizo, matar a mi hija, me acuerdo de los días antiguos cuando se decía, ‘ojo por ojo y diente por diente’. Pero Jesús vino y murió por nuestros pecados. Cuando hacemos algo mal o pecamos, vamos a Él y él nos perdona, ¿verdad? Entonces, ¿Quién soy yo en juzgar a este muchacho por lo que ha hecho a mi hija y el efecto a nuestras vidas?

I.         EL PERDÓN DE DIOS – EL PADRE
a.        No se acuerda – Isaías 43:25 dice, “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mi mismo, y no me acordare de tus pecados”.
b. No culpa de pecado – David decía en el Salmo 32:1, “Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. (2) Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay engaño”.
c. Se va la ira de Dios – Óseas 14:4 dice, “Yo sanare su rebelo, los amare de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos”. Recuerda, cuando no hay arrepentimiento, no hay perdón y la ira de Dios se levanta contra de nosotros. El diablo se aprovecha de esta situación y trata de confundirnos y le echamos la culpa a Dios.
El perdón de Dios es para todos pero es personal. No como el padre en España y su hijo que se fue de la casa. El padre fue a buscarlo y por meses no lo encontraba. Finalmente, pensó ir a la oficina del periódico local y poner en el periódico, “Paco, este sábado a las doce del día, te espero aquí en la oficina del periódico. Todo es perdonado y hecho al olvido”. Ese sábado aparecieron 800 Pacos respondiendo al artículo.

II.        PERDONAR AL PRÓJIMO
a.        Perdonamos porque fuimos perdonados – Mt. 18:27 nos enseña como el rey perdono la deuda del siervo.
b.        El espíritu Perdonador – Proverbios 24:17 nos dice, “Cuando cayere tu enemigo, no te regocijes, y cuando tropezare, no se alegre tu corazón”. Y Proverbios 25:21 – 22 dice, “Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan, y si tuviere sed, dale de beber agua; Porque ascuas amontonaras sobre su cabeza, y Jehová te lo pagara”.
c.         La falta de perdón nos ata – Mateo 18:28. El siervo, aunque había recibido el perdón del rey, no quiso perdonar a su consiervo. Cuando nosotros no perdonamos, nos atamos a la falta de perdón y no podemos progresar hasta que no recibamos la llave para abrir esas cadenas que nos ata que se llama, “La Falta de perdón”.
d.        El perdón trae liberación – Job 42:7 – 10 (leamos). Jehová perdono a los amigos de Job por la oración e integridad de Job, no los amigos.

III.      PERDONARSE A SI MISMO
a.        Auto condenación – Si hubiera hecho algo diferente… ¿Qué hubiera sido si….
b.        Auto rechazo – Nos limitamos y pensamos que seremos exitosos en la vida porque nos rechazamos a nosotros mismos.
c.         Auto negligencia – No cambiamos nuestra actitud porque no nos importa nada. No nos cuidamos y vivimos sin importancia, sin metas, sin propósito y declaramos derrota perpetua.

CONCLUSIÓN
Todo se resuelve cuando perdonas. La falta de perdón nos ata y nos condena. Sobre todo, no podemos recibir el perdón de Dios porque hay una pared entre nosotros y Dios (se llama falta de perdón) que no nos permite recibir el perdón gratuito de Dios. ¿Qué vamos hacer? ¿Vivir en condenación o perdonar?
LA ORDEN DE DIOS ES PERDONAR.
¿Por qué no nos perdonará Dios si no somos perdonadores?
La falta de perdón no es consecuente con lo que significa ser hijo de Dios. Al pueblo de Dios se le llama a reflejar su naturaleza. Dios es misericordioso y perdonador, y Él espera que también lo sean sus hijos. Como Dios es perdonador, es contradictorio llamarse cristiano mientras se alberga amargura hacia otro creyente.
 CONSECUENCIAS ETERNAS, SINO PERDONO.
Según el versículo 35, hay un castigo para la falta de perdón. Un cristiano que se niega a perdonar está haciendo algo muy peligroso. Finalmente perderá el perdón de Dios. Esto tiene consecuencias eternas.
 PERDONADOS PARA PERDONAR.
En esta vida pudiéramos ser heridos por los demás, incluso por hermanos en la fe. Ese es un lamentable resultado de la imperfección humana. Pero es posible el perdón. En realidad, podemos perdonarnos los unos a los otros con regocijo cuando recordamos el perdón insondable que nos ha concedido nuestro Padre celestial.
 EL QUE PERDONA, ESTÁ VERDADERAMENTE LIBRE.
CRISTO NOS ORDENA LA RECONCILIACIÓN.
Vivimos en un mundo muy ególatra. Y en la búsqueda de beneficio social y material, las personas pueden resultar heridas por la conducta egoísta de los otros. Aun en la iglesia, las personas sufren por la conducta descuidada o indiferente de los demás. Pero los creyentes no podemos reaccionar como el mundo, con amargura o falta de perdón. Cristo nos ha ordenado que hagamos todo lo posible por reconciliarnos con quienes nos hayan ofendido.
Tal vez alguien lo haya ofendido y usted necesite hacer un esfuerzo por restablecer su relación con esa persona. Pídale a Dios que le ayude mientras usted habla con esa persona. Crea que Dios obrará en el corazón de esa persona también. Perdone a esa persona de todo corazón.
EL PERDÓN NO ES UNA OPCIÓN, ES UN DEBER.
El perdón no es una opción. Es un DEBER. El pecado es una realidad y así como otros pecan contra nosotros, del mismo modo nosotros pecamos contra otros y contra Dios. Cuando te parezca difícil perdonar, cuando te topes con los mismos comportamientos y los pecados que se repiten, piensa en el perdón de Dios. Piensa en cuántas veces, Él te ha perdonado y te seguirá perdonando. Todos somos deudores de diez mil talentos y lo que se nos debe a nosotros solo son unos cuantos centavos. ¡Suéltalos!

Si estás buscando una medida de perdón, bueno, aquí la tienes: “así como Cristo nos perdonó”. “de la manera que nos perdonó Cristo, así también debemos hacerlo nosotros”.

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