DIOS NO
PUEDE SER BURLADO Y NOS INVITA AL ARREPENTIMIENTO.
“¿No sabéis
que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios,
ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con
varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes,
ni los estafadores, heredarán el reino de Dios” - (1 Corintios 6:9-10).
La gente
posee la idea que está bien vivir inmoralmente y que Dios pasará por alto sus
indiscreciones. “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el
hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas6:7). A Dios no se le pasa por
alto nada de nuestras vidas. Él es un Dios justo y juzgará (véase Hebreos
13:4). “Bueno Pastor, ¿significa esto que si he hecho alguna de estas cosas no
podré ser salvo?” ¡No! Primera Corintios 6:11 promete: “Y esto erais algunos;
mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido
justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.”
¡Aleluya! No existe pecado tan atroz que la sangre de Cristo no pueda lavar. Él
limpia al pecador más vil.
¿Ha pensado alguna
vez que Dios no puede perdonarle un pecado o pecados cometidos? Entonces,
pídale perdón por elevar su pecado más allá de la sangre de Cristo. Satanás no
quiere que usted sepa que el pecado más vil puede ser limpiado por la sangre de
Jesucristo cuando acudimos a Él en arrepentimiento y fe.
JESUCRISTO
GANÓ LA BATALLA Y LA GUERRA POR NOSOTROS.
ÉL VENCIÓ AL
ENEMIGO, LA SERPIENTE, SATANÁS.
“Me diste
asimismo el escudo de tu salvación; tu diestra me sustentó, y tu benignidad me
ha engrandecido” - (Salmo 18:35).
JESUCRISTO
ANUNCIÓ LAS BUENAS NOTICIAS DEL PADRE CELESTIAL.
Durante la
segunda guerra mundial, el General Jonathan Mayhew Wainwright dirigió una
galante pero inútil batalla, terminando como prisionero de guerra. Por meses
los japoneses se burlaron de él y lo torturaron. Entonces un día, llegó la
noticia de que las Fuerzas Aliadas habían ganado la guerra. Los guardias
japoneses pensaron que Wainwright no había escuchado las noticias, y se
acercaron para someterle a su rutina diaria de torturas. Sin embargo, aunque
Wainwright estaba débil y delicado, se puso firme de pie y les dijo: “Desde
este momento, ¡yo doy las órdenes aquí!”
EL ENEMIGO
SIEMPRE HA OCULTADO LA VERDAD, EN CRISTO SOMOS LIBRES.
El diablo
tampoco quiere que usted sepa las Buenas Nuevas de que Jesús ha ganado la
victoria. Más usted debe resistirle y proclamar el poder de Dios en su vida.
¿Dónde cree
que estaría usted si el Salmo 18:35 dijera: “Me he salvado yo mismo. Mi diestra
me ha sustentado. Mi benignidad me ha engrandecido.”? Alabe a Dios que su
salvación proviene de Él.
SALVACIÓN
RECIBIDA POR LA JUSTICIA DE DIOS, POR FE.
“Y ser
hallado en Él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que
es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe” (Filipenses 3:9).
¿SABE USTED
LO QUE SIGNIFICA SER SALVO?
Una mujer
trabajaba como empleada doméstica en la casa de un señor muy grosero. Un día
Dios salvó a esa mujer y ella no podía esconder su alegría. Lo que antes era
trabajoso se convirtió en gozo. El patrón estaba furioso y empezó a burlarse de
ella. Él odiaba verla tan feliz. Finalmente, él le dijo: “Usted dice que es
salva y puedo ver su felicidad. ¿Me puede decir qué significa ser salvo?” Ella
le contestó: “Para mí, se siente como si yo estuviera en el lugar de Jesús, y
Él estuviera en el mío.” Un teólogo no pudo haberlo dicho mejor. Segunda
Corintios 5:21 dice: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado,
para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él.”
¿DE QUÉ LE
SALVA?
Juan 3:36.
El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo
no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
Y 1
Tesalonicenses 1:10. Y
esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús,
quien nos libra de la ira venidera.
¿PARA QUÉ LE SALVA?
Lea Isaías
61:1-3. El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová;
me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los
quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos
apertura de la cárcel;
61:2 a
proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios
nuestro; a consolar a todos los enlutados;
61:3 a
ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo
de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y
serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.
Mateo 28:19-20. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las
naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo;
28:20
enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy
con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
2 Corintios
4:15. Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que
abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde para
gloria de Dios.
¿A QUIÉN
ACUDE USTED CUANDO TIENE PROBLEMAS?
“Le
respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida
eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que Tú eres el Cristo, el Hijo del
Dios viviente” - (Juan 6:68-69).
¿CUÁNTOS
NECESITAMOS LLORAR POR NUESTROS PECADOS?
“Bienaventurados
los que lloran, porque ellos recibirán consolación” (Mateo 5:4).
Jesús reveló
las Bienaventuranzas en secuencia a propósito porque es la forma en que
crecemos en santificación. Primero, vemos nuestra condición espiritual en
bancarrota en Mateo 5:3, lo que quebranta nuestro corazón. Aquí en el versículo
cuatro la palabra “lloran” habla de una forma fuerte de lamentación, no una
lágrima sentimental. Lo que necesitamos hoy son hombres y mujeres quebrantados
por su pecado. Proverbios 14:9: “Los necios se mofan del pecado; mas entre los
rectos hay buena voluntad.” Jesús habla de esta buena voluntad, cuando Él dice
que recibirán consolación. El Espíritu Santo es nuestro Consolador cuando estamos
quebrantados a causa de los pecados que cometimos. ¿Sabe dónde deberíamos
estar? Postrados ante Dios llorando amargamente por la esterilidad de nuestras
vidas, la frialdad de nuestros corazones y la iniquidad de nuestras actitudes.
¿Y cuál sería el resultado? Seremos consolados.
Escriba la
(s) forma (s) en que Dios le ha quebrantado en este año pasado y la sanidad que
Él trajo. Use este testimonio de la gracia de Dios para motivar a un hermano o
hermana, o a un alma perdida.
LA PAGA DEL
PECADO ES MUERTE, MÁS LA DÁDIVA DE DIOS ES VIDA ETERNA.
“Porque la
paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús
Señor nuestro” (Romanos 6:23).
CRISTO ES LA
LLAVE DE TODO.
“En Cristo”
es una pequeña frase, pero es la llave que abre la puerta del más grande tesoro
jamás conocido. Verá, todo lo que le sucedió a Cristo, le sucedió a usted
también. Cuando Él fue crucificado,
usted fue crucificado; cuando lo enterraron, usted asimismo fue enterrado, y
cuando Él resucitó, usted igualmente resucitó, porque Cristo actuó por
usted. “Más por Él estáis vosotros en
Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación,
santificación y redención” (1 Corintios 1:30).
Un hombre
nunca estará totalmente seguro, hasta que esté en Cristo. Alguien pregunta:
“¿Qué, si pierde la salvación?” Eso no le puede pasar a alguien que está en
Cristo. No sólo Él nos sostiene, sino que “estamos en Él.” La seguridad no está
en lugar llamado “cielo”, sino en una persona llamada “Jesús.”
Hoy deseo que
usted comparta Romanos 6:23 con cinco personas. Comience orando ahora mismo
para que Dios le muestre quiénes son esas personas, y pídale que le dé la
valentía para compartir. Puede escribir romanos 6:23 en una pequeña tarjeta y
antes de dárselas, usted podría decirles: “Me gustaría darle un regalo.”
DIOS NOS
DICE: PECADORES LIMPIAD LAS MANOS.
“Acercaos a
Dios, y Él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los
de doble ánimo, purificad vuestros corazones” (Santiago 4:8).
TENGA UN ENCUENTRO
CON EL CREADOR, CON EL SALVADOR Y CON EL DIOS QUE PERDONA.
Josué, en el
Antiguo Testamento, cerca de Jericó tuvo un encuentro con el preencarnado
Cristo (véase Josué 5). Las primeras palabras de Josué fueron: “¿Eres de los
nuestros, o de nuestros enemigos?”. Josué estaba en guardia, no queriendo que
nadie hiciera daño al pueblo de Dios. Note la respuesta del Señor: “No; mas
como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora” (v. 14). Básicamente, Él
no vino a tomar lados, Él vino a tomar control. Jesús es el Príncipe del
ejército del cielo y con su espada desenvainada Él vino a darle a Josué un
mensaje de victoria. Usted nunca conocerá la victoria hasta que coloque su
espada a los pies de Jesús, se postre ante su Trono poderoso y le adore. Antes de
poder ser un conquistador, usted debe ser conquistado. ¡Oro que pronto esté en
la radiante Avenida Aleluya donde los caminos de gloria se interceptan!
Póstrese
ante Dios. Pídale que le humille y le dé una percepción completa de su
santidad, su hermosura y su gloria. Pídale que Él crucifique su carne, y que su
gloria sea dada a conocer a través de su vida.
SOLO
NECESITAS DECIR UNA PALABRA: ¡JESUCRISTO CREO EN TÍ!
“Que si
confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios
le levantó de los muertos, serás salvo” (Romanos 10:9).
¿Alguna vez
ha hecho algo tan horrible que ha servido tiempo en prisión? Quizás mató a
alguien, abusó de un niño, hizo un desfalco o violó a alguien. Para muchos,
usted es un criminal aborrecible y el sistema judicial ha declarado que no
posee ningún valor redentor para la humanidad. Bueno, estoy aquí para decirle,
que Dios puede cambiar todo eso. Dios dijo: “Si vuestros pecados fueren como la
grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí,
vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18b). Toda mancha, toda imperfección,
toda suciedad que haya sobrevenido sobre su alma puede ser limpiada por la
sangre de Jesús. Jesús dijo: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a Mí; y al que
a Mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37).
Alábele así:
“Señor Jesús, gracias porque mis pecados que eran como la grana como la nieve
fueron emblanquecidos por tu sangre; que aunque rojos como el carmesí lavados
fueron como blanca lana. Gracias mi Salvador porque a Ti vine y no me echas
fuera. Amen.”
ÉL ES
NUESTRO SALVADOR, GLORIA SEA A ÉL.
“Nos salvó,
no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su
misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el
Espíritu Santo” (Tito 3:5).
Pablo
testificó: “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como
pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como
pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor
del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”
(Filipenses 3:7-8). ¿Qué quiere decir Pablo con “pérdida”? Él quiere decir que
aún las cosas buenas pasan a ser malas si llegan a ser substituto de lo mejor.
Suponga que vuela y su avión se va a estrellar y usted agarra su mochila en
lugar del paracaídas y brinca. ¿Es su mochila algo malo? No, simplemente no es
la mejor decisión si quiere salvar su vida. La peor forma de maldad puede ser
la piedad humana cuando ésta llega a ser substituto del nuevo nacimiento.
DEBEMOS
ESTAR ALERTA A NUESTRO ENEMIGO.
“Ni deis
lugar al diablo” (Efesios 4:27).
¿Alguna vez
ha discutido con un familiar en camino a la Iglesia? ¡No se haga el santurrón!
¡Todo predicador sabe que el diablo tratará de atacar a los hijos de Dios antes
y después de la iglesia rumbo a casa! Aquí existe un principio espiritual que
debemos aprender. Es lo que llamo el principio de “el diablo detrás de la
paloma”. Tal y como cuando el Señor Jesús fue bautizado y la paloma descendió,
luego inmediatamente Él fue guiado al desierto y tentado. Cuando Dios hace algo
grande o cuando usted recibe la aprobación de Dios acerca de algo, usted puede
esperar el ataque del enemigo. Leonard Ravenhill dijo: “Cuando Dios abre las
ventanas del cielo para bendecirnos, el diablo abrirá las puertas del infierno
para bombardearnos.”
¿Ha tenido
una experiencia espiritual maravillosa recientemente? Entonces, es mejor que no
se deje deslizarse cuesta abajo sin motor. Si el diablo tentó a Jesús, esté
seguro que igualmente le tentará a usted. Ruéguele a Dios la fortaleza para
vencer la tentación hoy.
RECUERDE QUE
EL FIN DE TODAS LAS COSAS SE ACERCA.
“Más el fin de todas las cosas se acerca; sed,
pues, sobrios, y velad en oración” (1 Pedro 4:7).
G. Campwell
Morgan fue un gran expositor de la Palabra de Dios, y alguna vez dijo: “Nunca
recuesto mi cabeza en la almohada sin pensar que tal vez antes de despertar, mi
mañana final haya llegado. Nunca comienzo a trabajar sin pensar que Él puede
interrumpir mi trabajo para hacer el Suyo.”
Cada noche,
al irnos a acostar, deberíamos decir: “Jesús puede venir esta noche.” Y cada
día al ir a nuestros respectivos trabajos, deberíamos pensar que ese día
pudiera ser el último día de trabajo para nosotros. Debemos estar apercibidos
para Su regreso.
¿Está usted
orando por el retorno de Jesús? Si usted le ama, debería estar anhelando Su
regreso y orando: “Sí, ven, Señor Jesús” (Ap. 22:20).
Si éste
fuera su último día sobre la tierra, ¿qué es lo que haría diferente? ¿Cómo
invertiría su tiempo? ¡Piénselo! Luego viva como si Jesús fuera a venir
cualquier momento. ¿Y sabe qué? ¡A lo mejor lo hace!
JESUCRISTO
ES EL SEÑOR, EL PADRE CELESTIAL LO DICE:
“Por cuanto
agradó al Padre que en Él habitase toda plenitud” (Colosenses 1:19).
¿Sabe usted
por qué suceden todas las cosas? Es para traer gloria a Dios el Padre, Dios el
Hijo, y Dios el Espíritu Santo. De hecho, la Palabra de Dios nos dice que
Jesucristo debe tener preeminencia en toda la historia. El todo de la historia
culmina exclusivamente en eso. ¿Sabe la razón por qué el mundo fue creado?
¡Jesús! ¿Sabe por qué ministra el Espíritu Santo? ¡Jesús! ¿Sabe para qué habrá
un día de juicio final? Para que “toda lengua confiese que Jesucristo es el
Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:11). Hitler y Hemingway lo
confesarán. Buda y Mahoma lo confesarán. Ningún ser humano puede cambiar ese certísimo
futuro: toda la creación reconocerá que Jesús es el Señor.
La próxima
vez que alguien le pegunte por qué suceden ciertas cosas, dígales: “¡Para la
gloria de Dios!”
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