jueves, 23 de agosto de 2018

EL ENOJO ES UNA EMOCIÓN QUE TRAE CONSECUENCIAS NEGATIVAS. ES TIEMPO DE DEJAR LA IRA Y HACER LA PAZ.


EL ENOJO ES UNA EMOCIÓN QUE TRAE CONSECUENCIAS NEGATIVAS.
ES TIEMPO DE DEJAR LA IRA Y HACER LA PAZ.
“Deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda” - (Mateo 5:24).
Jesús nos dice que debemos dejar nuestra ofrenda a un lado y hacer la paz con algún hermano enojado, antes de que podamos adorar. Nadie puede estar “bien con Dios”, y conscientemente estar mal con su hermano. Pero note que Jesús no está diciendo que usted necesita dejar su ofrenda e ir y reconciliarse con su hermano si es que usted tiene algo en contra de él (o ella), (vea Mateo 18:15-20). Aquí Jesús está diciendo que usted necesita “hacer la paz” con algún hermano o hermana que tiene algo en contra suya. Antes de que cante, antes de que ore, antes de que enseñe, antes de que ofrende, antes de que adore, la Biblia dice que primero debe reconciliarse con su hermano (a). No hay ofrenda sobre la tierra que pueda substituir el estar en paz con los otros.
De lo que usted sabe, ¿hay alguna persona que está guardando sentimientos negativos en su contra? Entonces, el Señor le dice: “Deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano.”
Antes de que usted haga ninguna otra cosa, ahora mismo, este minuto, pídale a Dios que le enseñe si hay alguien con quien usted necesita reconciliarse. Luego, ¡vaya y hágalo!
GOZO EN LAS PRUEBAS, EN LOS MALOS ENTENDIDOS, EN LOS MOMENTOS DE ENOJO, DE OPRESIÓN.
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia” - (Santiago 1:2-3).
Santiago 1:2 es un versículo interesante porque tiene la palabra “cuando” en vez de la palabra “si”. Verá, alguna gente cree que la vida siempre va a ser “color de rosa”, acolchonada con pétalos y días soleados. Si yo asegurara tal cosa, estaría hablando con la Biblia cerrada y una cabeza vacía. Sea usted salvo o no, la vida le garantiza una cosa: ¡dificultades! Habrá pruebas, opresión, malentendidos. Y cuando usted se entrega a Cristo, no se torna inmune a estas cosas. Las pruebas son parte de la vida, pero cómo los creyentes se comportan en respuesta a esas pruebas motiva a que un mundo incrédulo se detenga y lo note. Usted puede hablar de la fortaleza de un creyente por lo que se necesita para detenerle.
Decida, por usted mismo, ser responsable. Si es casado, pida a su esposa que conteste la siguiente pregunta. Si es soltero, pida la ayuda de un amigo de confianza:
1. ¿Cómo calificarías la forma en que he respondido a las pruebas en mi vida, el año pasado, en una escala del 1 al 10?
2. Significando 1 que he agradecido la oportunidad de aprender a ser paciente, 3.Y 10, que me he enojado por cada piedrita que la vida puso en mi camino. 4. ¿Aprendió algo nuevo acerca de sí mismo?
5. ¿Algo en lo cual debe mejorar el próximo año?
TARDOS PARA AIRARNOS.
Efesios 4:26: “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo.”
La Palabra de Dios nos dice que debemos ser “tardos para airarnos” (Proverbios 14:29, Santiago 1:19). No hay nada que le hará más daño a su trato con otros que la ira innecesaria. Si usted es dado a la ira, permítame decirle un par de cosas que la Biblia menciona y éstas no son halagadoras. Primero, la Biblia dice que usted es un necio. Eclesiastés 7:9 enseña: “No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios. ”Segundo, usted posee un carácter débil. Proverbios 16:32 dice: “Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.” La ira sin control es como tirar una piedra a un panal de avispas.
¿CÓMO ES SU CARÁCTER?
¿Se enoja usted fácilmente? Si es así, confiéselo. No permita que Satanás construya una fortaleza en su vida. Si usted se enoja hoy, pregúntese qué necesidad no está siendo suplida y póngala en las manos del Señor.
UN MISMO SENTIR, ES UN MISMO GOZO Y NO UN ENOJO COLECTIVO.
“Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común” (Hechos 4:32).
GOZO EN EL SEÑOR Y NO EN LAS COSAS ¿ENTONCES POR QUÉ EL ENOJO?
Usted puede saber mucho acerca de una persona por lo que le entristece, alegra y enoja. ¿Correcto? En muchas ocasiones esto puede ser la escasez de abundancia de posesiones o riquezas. Sin embargo, cuando una persona tiene el gozo del Señor, nada puede robarle ese gozo.
¿Ha aprendido a tener gozo en el Señor y no en las cosas de este mundo? ¿Se mantiene sin aferrarse a las cosas de este mundo? Si no, pueda ser que Dios le enseñe a hacerlo. Para confiar completamente en el Señor.
1. primero, debe existir una confianza que depende del Señor.
2. Segundo, debe existir una comunión que se regocija en el Señor.
3. Tercero, debe existir un compromiso que transfiere las cargas al Señor.
-¿Dónde está su confianza: en sus posesiones, su posición, su auto-estima? -¿Cuánto tiempo invierte diariamente en comunión con el Señor?
- ¿Cómo definiría su compromiso de confiar en Dios en toda área de su vida?
LA FURIA, UNA EMOCIÓN DAÑINA.
TODOS LOS DÍAS NOS ANUNCIAN LAS NOTICIAS.
La furia.
Por el Hermano Pablo.
El día se presentaba caluroso y húmedo en Miami, Florida. Era uno de esos días en que la temperatura y la humedad ejercen sobre el ánimo de las personas una influencia nociva. Bob Moore, propietario de una ferretería, estaba atendiendo a sus clientes, tratando de no sudar demasiado.
De pronto se abrió la puerta y entró un hombre. Tenía la mirada extraviada, el rostro congestionado, la camisa abierta y, lo más terrible, un arma automática en la mano. Abrió fuego contra el público, y mató a seis personas.
Después huyó. Montó en una bicicleta y siguió disparando su arma, hiriendo a otras tres personas. Al pasar un semáforo en rojo, lo atropelló un automóvil, y el hombre murió allí mismo, todavía empuñando el arma. «Furia» fue la única palabra que emplearon los diarios para dar la noticia del caso.
He aquí un verdadero caso de furia insana, de furia violenta, destructiva. Furia homicida, furia infernal, furia volcánica, furia que no se aplaca sino hasta después de haber provocado todo el daño posible.
¿Qué es la furia? «La ira es una locura breve», afirmaban los antiguos griegos. «La furia es un estallido nervioso que ocurre cuando se ha soportado mucho tiempo una situación ofensiva, humillante o atemorizante», definen los psicólogos.
La Biblia atribuye la ira y la furia a la acción del diablo, pero también al corazón que no se somete a Dios. Y la furia sólo de vez en cuando toma esas dimensiones trágicas del suceso de Miami. A veces la furia es silenciosa, pero mata el compañerismo y nubla el goce de las relaciones humanas.
Tenemos, por ejemplo, el enojo severo y profundo que suele producirse entre marido y mujer. Quizá nunca llegue a estallar en furia, pero destruye igualmente la armonía y la felicidad. Porque cuando hay enojo, no hay palabras, no hay sonrisas, no hay felicidad.
La Biblia dice: «Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites, pues esto conduce al mal. Porque los impíos serán exterminados, pero los que esperan en el Señor heredarán la tierra» (Salmos 37:8-9).
Nada mejor, para verse libre de esta breve locura destructiva, que entregar el corazón y la voluntad a Cristo. Porque sólo Él tiene paz, calma y justicia abundantes para darnos.
EL SEÑOR DICE.”ESTÁS EN MIS MANOS”
EL PODER ES DE DIOS, NO DE NOSOTROS.
Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media, un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de asesinato. Sucedía, que el verdadero culpable era una persona muy influyente del reino, y por eso desde el primer momento procuró hallar un chivo expiatorio quien cargase con su culpa y dejar así encubierto su delito. El hombre acusado, fue llevado a juicio y comprendió que tendría escasas oportunidades de escapar de la horca, sabiendo que se enfrentaba a personas muy poderosas que se habían puesto de acuerdo en condenarlo.
El juez, aunque también estaba confabulado, se cuidó de mantener todas las apariencias de un juicio justo. Por eso le dijo al acusado: “Conociendo tu fama de hombre justo, voy a dejar tu suerte en manos de Dios: escribiré en dos papeles separados las palabras 'culpable' e 'inocente'. Tú escogerás, y será la Providencia la que decida tu destino”. Por supuesto, el perverso funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: “Culpable”. La víctima, aun sin conocer los detalles, se dio cuenta de que el sistema era una trampa. Cuando el juez lo conminó a tomar uno de los papeles, el hombre respiró profundamente y permaneció en silencio unos segundos con los ojos cerrados.
Cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y, con una sonrisa, tomó uno de los papeles, se lo metió a la boca y lo engulló rápidamente. Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon. --Pero, ¿qué ha hecho? ¿Ahora cómo vamos a saber el veredicto? --Es muy sencillo --replicó el hombre--. Es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué. Con refunfuños y un enojo imposible de disimular, debieron liberar al acusado, y jamás volvieron a molestarlo.
Esta historia me hace pensar, que aunque  el enemigo quiera destruirte y devorarte, debes estar seguro al igual que aquel hombre, que Dios tomará el control de tu situación. Aun cuando todas las circunstancias muestren que no hay salida y no veas luz al final del túnel, Dios se hará cargo, por lo cual puedes descansar confiadamente en sus manos.
Tal vez atraviesas una injusticia, una persecución, pero Dios es el  juez, quien tiene la última palabra y no permitirá que sus hijos sean destruidos.
Nunca dejemos de luchar hasta el último momento. En momentos de crisis, sólo la fe  y la confianza en Cristo, es más importante que cualquier otra salida.
“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos” - 2 Corintios 4:7-9.
Autora. Telma Céspedes.
“DIOS ES JUSTO”.
NO ES VENGANZA LO QUE PEDIMOS, SINO JUSTICIA.
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. ”Mateo 5:6.
Esa hambre y sed de justicia de la cual Jesús habla no puede ser satisfecha hoy. Pese a sus esfuerzos, el hombre es incapaz de establecer justicia. La maldad se extiende por todas partes, incluso por los mismos lugares donde debería ser condenada: en el poder político, en los tribunales y en nuestros propios corazones.
El hombre tiende a juzgar de acuerdo a su criterio, lo que observa, lo que cree,  etc. Sin tener conocimiento total de lo que en realidad sucede. Sin tomar en cuenta que con la misma vara que midas, serás medido, pues Dios nos juzgará de la misma manera que nosotros juzgamos a los demás.
Los escándalos que salpican a ciertas personalidades solo son la punta que emerge de un inmenso iceberg. Esta terrible realidad no nos conduce a bajar los brazos, por el contrario, nos hace ver la absoluta necesidad de la intervención divina.
A veces la actitud es motivada por una sed de venganza más que de justicia. Si bien existen personas puestas por Dios en órganos judiciales. Dios es quien puede tomar el control de toda justicia terrenal.
¿No es una fuente de fuerza y paciencia para los que sufren de injusticia remitirse al juicio de Dios? Él juzgará el mal a su tiempo.
Cuando la vida de un hombre no parece tener valor, cada uno se siente acosado a hacerse preguntas fundamentales. ¿Por qué son tan injustos conmigo? Tales pensamientos pesimistas acuden a la mente cuando estamos en una circunstancia aparentemente injusta.
Pero gracias a la divina misericordia, la escritura hace resplandecer en el fondo de ese túnel la esperanza de una solución: Cristo, quien ofrece la paz y la justicia a todos los que creen en Él.
“Entonces dirá el hombre: ciertamente hay galardón para el justo: Ciertamente hay Dios que juzga en la tierra” Salmos 58:11.
Autora. Telma Céspedes.

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