domingo, 19 de agosto de 2018

LA MISERICRDIA TRAE ALIVIO PARA EL CORAZÓN.


LA MISERICRDIA TRAE ALIVIO PARA EL CORAZÓN.
El vínculo esencial entre la gracia de Dios y nuestra paz es la misericordia—La compasión infinita de Dios demostrada activamente hacia los que están en miseria. Algo importante que hay que recalcar es que la misericordia no es lástima. No significa dolor o comprensión de nuestra prueba sino más bien el alivio divino que genera paz dentro de nosotros.
Pablo, después de admitir que él había sido «blasfemo, perseguidor y agresor», se le permitió participar en el servicio del Rey. ¿Cómo lo hizo? Él lo explicó en cuatro palabras: «Se me mostró misericordia» (1 Timoteo 1:13).
Los hebreos de la antigüedad tenían una palabra que utilizaban frecuentemente para describir la misericordia: Chesed (se pronuncia kesed). Esa palabra se refiere al amor leal de Dios y frecuentemente lo traducimos como «bondad» o longanimidad». Existen muchas «miserias» que reciben alivio a través de su misericordia. Por ejemplo:
Cuando estamos sufriendo el dolor de consecuencias injustas (Génesis 39:21 -23).
Cuando estamos sufriendo el dolor de la muerte (Rut 1:8-9)
Cuando luchamos con las limitaciones de una discapacidad (2 Samuel:9).
Cuando sufrimos físicamente (Job 10:12).
Cuando nos encontramos bajo una nube de culpabilidad después de haber pecado (Salmos 32:10; 51:1).
¿Recuerda las palabras conocidas del Salmo 23? A menos que leamos el Salmo desde la perspectiva de una oveja, no entenderemos su gran mensaje.
El salmo concluye diciendo: «Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida» (RV60). Ambos son maravillosos compañeros de viaje. No existe una consecuencia injusta tan extrema que la misericordia no pueda aliviar. No existe un dolor tan profundo, una discapacidad tan debilitante, un dolor tan insoportable o un pecado tan vergonzoso que su misericordia no pueda aliviar. Las ovejas siempre le necesitan, por eso es que la misericordia, nuestra fiel compañera, se mantiene cerca de nosotros.
Autor: pastor C. Swindoll.
MISERICORDIA ES EL CUIDADO DE DIOS.
Primera Pedro 5:6-7: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.”
Cuando Dios nos creó, Él no nos hizo para abandonarnos. Cuando Dios terminó su primera creación, dio un paso hacia atrás y exclamó: “¡Es bueno!”Con todo, luego el pecado entró al mundo, y rompimos la comunión con nuestro creador. No obstante, por su gran amor y misericordia hacia nosotros, Dios envió a su único hijo para reconciliarnos nuevamente con Él. Cuando recibimos el regalo de la salvación llegamos a ser una nueva criatura y Dios afirma: “¡Es bueno!”Cuando el pecado enlodó su propia ropa, Dios mandó las vestiduras de Jesús para que usted se las pusiera.Ahora, usted está lavado en su sangre, limpio ante sus ojos, y por siempre en su corazón.
Véase en el espejo. ¿Lleva las vestiduras de un ser humano o las del Rey? Humíllese ante la diestra del Todopoderoso Dios para que Él le exalte.
MISERICORDIA ES LA PACIENCIA DE DIOS.
Segunda Pedro 3:9: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”
¿Alguna vez se ha puesto a pensar por qué el Señor Jesús aún no ha regresado? Porque nuestro Señor está esperando que la gente se salve.Él está esperando a ese pariente, a ese vecino, a ese compañero de trabajo suyo. Quizás lo esté esperando a usted. Sin embargo, uno de estos días y tal vez muy pronto, Cristo regresará. Verá, es la misericordia de Dios lo que detiene la Segunda Venida de Jesucristo. No obstante, la justicia y juicio de Dios requieren que un día Él retorne. Incluso, ahora mismo, las tormentosas aguas de la ira de Dios están furiosamente golpeando la represa de su misericordia. Y uno de estos días, dicha represa cederá al juicio de Dios y el día del Señor vendrá. ¡Nuestro Señor regresará!
¿El regreso del Señor Jesucristo hace que su corazón palpite con anticipación o con terror?
LA MISERICORDIA ES NUEVA CADA MAÑANA.
“Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad” (Lamentaciones 3:22-23).
¿Sabe el significado de Lamentaciones 3:22-23? Significa que a Dios nunca se le acaba la compasión. ¿Alguna vez ha estado en las cataratas del Niágara? ¿Ha observado su turbulenta y torrencial fuerza?
Cuando el pastor Rogers las vio por primera vez pensó: “De seguro esa agua algún día se secará.” Pero no ha sucedido así.
Amigo, más grande que las cataratas del Niágara es la compasión del Señor. Su compasión nunca falla.
En 1923, Tomás O. Chisholm escribió uno de los grandes himnos de todos los tiempos. Esta estrofa es un reflejo de esta verdad: “Oh Dios eterno, tu misericordia ni una sombra de duda tendrá, Tu compasión y bondad nunca fallan, y por los siglos el mismo serás.”
Alabe a Dios cantando el himno “Grande Es Tu Fidelidad”, y medite en esta gran verdad.
LA MISERICORDIA ENGRANDECE EL NOMBRE DE DIOS.
“Me postraré hacia tu santo templo, y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad; porque has engrandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas” (Salmos 138:2)
Había un hombre que amaba estudiar la Biblia, cuando encontraba algo que no entendía, le preguntaba a su amigo Carlos: “¿Qué significa este versículo?” Un día, durante su estudio bíblico, el Espíritu Santo le dijo: “¿Por qué no me preguntas a Mí? Yo soy el que le enseño a Carlos.”
Gracias por los eruditos que enseñan la Palabra de Dios, pero el  mismo Dios que enseña a esos hombres y mujeres, quiere enseñarle a usted también. Cuando lea la Biblia, pídale a Dios que le ayude a contestar las siguientes preguntas: 1) ¿Hay una lección que debo aprender?; 2) ¿Hay algún pecado que debo evitar?; 3) ¿Hay una bendición que disfrutar?; 4) ¿Hay alguna promesa que reclamar? y 5) ¿Hay algún nuevo pensamiento que debo llevar?
Lea el Salmo 138. Luego conteste dichas preguntas relacionadas con lasVerdades en ese pasaje.
LA FIDELIDAD DE DIOS ES GUARDAR EL PACTO Y MANTENER SU MISERICORDIA.
“Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones” (Deuteronomio 7:9).
Cuando el pastor Rogers hablaba acerca de la seguridad eternal, inevitablemente escuchaba a alguien decir: “Bueno, tal vez sus pecados no podrán separarle de la mano de Dios, pero Satanás sí puede.” Con todo respeto él respondía: “Perdóneme, pero eso es una tontería. Si Satanás puede separarle de la mano de Dios, ¿por qué no lo ha hecho ya? ¿No ha sido él “bueno” con usted?”
Sería una muy extraña doctrina el decir que usted va a ir al cielo por la gracia del diablo, ¿no le parece? Dios nos salva. Dios nos guarda. Lo que ha sido sellado en la eternidad jamás puede ser deshecho por los intentos de los hombres ni por las artimañas del diablo.
¿Tiene usted la seguridad en su corazón de que cuando muera, se irá al cielo? Si no la tiene, pase algún tiempo hablando con Dios, ahora mismo. Pídale que le dé el regalo de la fe, ahora mismo, para creer en la seguridad de lo que hizo Jesús por usted, en la cruz, hace más de 2.000 años.
LA MISERICORDIA DE DIOS SE EVIDENCIA EN SU TRABAJO INTERCESOR.
“Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” (Hebreos 7:25).
Si usted es hijo de Dios, ¡tenemos muy buenas noticias para usted! Porque Jesús vive, usted vive. Porque usted es parte de Él y Él nunca morirá, usted nunca morirá. Jesucristo es más que un Salvador, Él es Intercesor y Sumo Sacerdote.
El pastor Adrián Rogers solía decir: “Me preocuparé de perder mi salvación, cuando Jesús muera, y ¡Él no va a morir!”
¿Dónde está Él hoy? A la diestra de Dios, “viviendo siempre para interceder por” usted.
Usted puede estar seguro en este mundo porque su salvación está arraigada en la misericordia del Padre, obtenida por la obediencia del Hijo, y hecha posible por el poder renovador del Espíritu Santo.
Por favor lea Hebreos 7:26-27. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;
7:27 que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
 Y Hebreos 8:1-2. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos,
8:2 ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre.
Alabe a Dios por la provisión de su Hijo como su Salvador y Sumo Sacerdote.


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