domingo, 12 de agosto de 2018

LAS OBRAS QUE DIOS HA PREPARADO CON ANTICIPACIÓN.


LAS OBRAS QUE DIOS HA PREPARADO CON ANTICIPACIÓN.
“Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego” (1 Corintios 3:14-15).
CUIDEMOS UNA SALVACIÓN TAN GRANDE.
Creo que la salvación se obtiene por gracia, mediante la fe. Esto no es retórica religiosa. Es doctrina bíblica. Pero, ¿sabe usted lo que algunas personas hacen con eso? Dicen: “¡Estupendo! No tengo que hacer nada para ser salvo. Puedo simplemente ir tranquilo en un carro, chupándome el dedo, hasta que lleguemos a la nueva Jerusalén.” Como quien dice, sólo súbase en el próximo vehículo a la gloria. A estas personas no les gusta la idea de que nosotros, como creyentes, un día estaremos ante el tribunal de Cristo. Y todos tendremos que dar cuentas de cómo hemos utilizado nuestro tiempo, nuestros recursos y nuestra fe. No nos salvamos por obras, pero seremos recompensados por lo que hemos hecho.
Lea Romanos 14:10-12. 14:10 Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.
14:11 Porque escrito está:
Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla,
Y toda lengua confesará a Dios.
14:12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.
 ¿Cómo usted intenta usar el día, conociendo esta verdad?
VESTIDURAS DE SALVACIÓN NOS DIO EL SEÑOR.
“En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas” (Isaías 61:10).
Algunos que están leyendo esta meditación, se van a quedar boquiabiertos, cuando tengan que comparecer ante el Rey del cielo. Y aunque son miembros de alguna iglesia, no son salvos, ellos se visten con los trapos de su auto-justificación, en vez de ponerse las vestiduras nupciales de Su justicia.
En 1834, el compositor Edgard Mote, escribió, en uno de sus himnos: “Oh, que entonces en Él pueda yo ser encontrado, vestido sólo con Su justicia, y sin mancha estar delante de Su trono.” Será muy trágico, por cierto, para aquellos que actúan en cada forma religiosa posible, el que piensen que pueden venir a la boda del Cordero, sin Su justicia. No tratamos de que usted dude de su salvación, pero queremos preguntarle: ¿Es usted salvo? ¿Cómo lo sabe?
Si usted está confiando, para su salvación, en cualquier otra cosa que no sea la sangre de Jesucristo, entonces, necesita arrepentirse y creer en el Señor Jesucristo. Ya es tiempo de que le corone como Señor de su vida.
SIGAMOS LA CARRERA.
“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis” (1 Corintios 9:24).
El pastor Rogers corrió su carrera. Asimismo Dios le ha dado a usted una carrera para correr. Cada persona corre su propia carrera. No estamos compitiendo unos contra otros para alcanzar la corona del vencedor. Estamos juntos en un peregrinaje. No tratamos de ir delante del otro. ¡Y estas son buenas noticias! Dios tiene un plan para su vida con particulares límites de velocidad, desvíos, y vallas que cruzar. Y usted tiene que permanecer en esta carrera hasta que la termine. Pero no está solo. Aunque no estamos en la misma carrera, estamos en el viaje juntos, para animarnos mutuamente para ganar. ¡Y deseamos que usted gane la corona de la victoria hoy¡ ¡Corra, mi amigo (a), corra!
Pídale a Dios que cubra sus pies con la preparación que proviene del evangelio de la paz (ver Efesios 6:15), para que pueda correr la carrera con confianza. Ruéguele a Dios que dirija sus pasos para ir a lugares en donde pueda declarar el plan de salvación de Dios (vea Romanos 10:15). Y agradezca a Dios por la corona que le espera al final de la carrera, debido a Su poder en su vida.
PRESENTEMOS DEFENSA DE NUESTRA FE Y DE NUESTRA SALVACIÓN.
“Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros” (1 Pedro 3:15).
Esté listo a dar una respuesta razonada cuando alguien le pregunta acerca de su fe. En el Seminario, esto se llama Apologética El término “Apología” procede de una palabra griega que significa ‘defensa’, como al defenderse ante una corte.
¿Puede usted defender su fe? No es sólo suficiente “demostrar” su fe; usted debe también “defender” su fe. Si usted está con alguien que se está muriendo, y esa persona le pide que comparta su fe con él, o ella, ¿podría hacerlo? Necesita estar listo. Necesita ser razonable. Necesita estudiar la Palabra de Dios y saber lo que dice acerca de la salvación, el pecado, el cielo y el infierno. ¿Está usted listo? Si no lo está, prepárese hoy mismo. No hay mejor tiempo.
¿Sabe usted por qué cree? ¿Sabe qué cree? Si no, entonces es tiempo de invertir seriamente, cada día, en el estudio de la Palabra de Dios, y pedirle que le muestre la verdad. Pídale a Dios que envíe a un creyente maduro en la fe que pueda discipularle, y comprométase a una vida de amor a Dios y de compartir Su verdad con otros. Es la razón por la que está aquí en la tierra.
JESUCRISTO, NUESTRO SALVADOR E INTERCESOR.
“Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” (Hebreos 7:25).
Si usted es hijo de Dios, ¡tenemos muy buenas noticias para usted! Porque Jesús vive, usted vive. Porque usted es parte de Él y Él nunca morirá, usted nunca morirá. Jesucristo es más que un Salvador, Él es Intercesor y Sumo Sacerdote.
El pastor Adrián Rogers solía decir: “Me preocuparé de perder mi salvación, cuando Jesús muera, y ¡Él no va a morir!”
¿Dónde está Él hoy? A la diestra de Dios, “viviendo siempre para interceder por” usted.
Usted puede estar seguro en este mundo porque su salvación está arraigada en la misericordia del Padre, obtenida por la obediencia del Hijo, y hecha posible por el poder renovador del Espíritu Santo.
Por favor lea Hebreos 7:26-27 y 8:1-2.
Alabe a Dios por la provisión de su Hijo como su Salvador y Sumo Sacerdote.
EL PECADO ES COMO LA COLA DE UNA SERPIENTE.
“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, ABOGADO tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y Él es la PROPICIACIÓN por nuestros PECADOS; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” (1 Juan 2:1-2).
Un artículo titulado: “La cola era corta, pero la serpiente no”, captó de inmediato la atención del pastor Rogers y se leyó todo el artículo. Parece que una señora en África del Sur pasaba un día junto a un montón de paja, y vio la cola de una serpiente. La señora buscó un palito para matar a la serpiente, y antes de que se diera cuenta de lo que le sucedía, ¡se encontró luchando con una serpiente pitón de seis metros de largo! Afortunadamente un hombre vino rápidamente y mató a la serpiente con un poste de la cerca. De otra manera, la pitón hubiera estrangulado a la señora.
Usted puede pensar que su PECADO es “sólo un pecado pequeño”, pero queremos decirle que ese pecado pequeño es parte de la misma serpiente grande. El pecado mató a Jesús, y el PECADO lo ESTRANGULARÁ a usted. Su única esperanza es la salvación por medio de Jesucristo.
¿Cómo definiría usted las siguientes palabras: pecado, mediador, propiciación? Si necesita alguna ayuda, lea 1 Juan 3:4, Hebreos 13:6 y Romanos 5:6-8.


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