LA IGLESIA
ETERNA DE JESUCRISTO EL SEÑOR.
“Según nos
escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin
mancha delante de Él” (Efesios 1:4).
La iglesia,
como la novia de Cristo, estuvo en el corazón y la mente de Dios antes de la
fundación del mundo. De la misma manera, Abraham envió a uno de sus siervos
para encontrar una novia para su hijo Isaac, ¡y ella no sabía absolutamente
nada al respecto! (vea Génesis 24). Mientras tanto, ella ni soñaba siquiera que
dos importantes personas estaban teniendo una conversación, ¡y ella era el
tema! Estaban haciendo planes para ella. Y en Génesis 24:14 aprendemos que ella
fue divinamente elegida. Ella ya había sido escogida en el corazón y la mente
de Dios. Nos gusta llamar a esto: la predeterminación de la novia. En los
salones secretos del Todopoderoso, una conferencia se efectuó. Una novia fue
escogida. Amigo (a), Dios pone sus afectos sobre nosotros. ¿No es maravilloso
que nosotros fuéramos escogidos en Él, antes de la fundación del mundo?
EN
JESUCRISTO ESTÁ TODA LA PLENITUD. ! GLORIA A DIOS!
“Por cuanto
agradó al Padre que en Él habitase toda plenitud” (Colosenses 1:19
¿Sabe usted
por qué suceden todas las cosas? Es para traer gloria a Dios el Padre, Dios el
Hijo, y Dios el Espíritu Santo. De hecho, la Palabra de Dios nos dice que
Jesucristo debe tener preeminencia en toda la historia. El todo de la historia
culmina exclusivamente en eso. ¿Sabe la razón por qué el mundo fue creado?
¡Jesús! ¿Sabe por qué ministra el Espíritu Santo? ¡Jesús! ¿Sabe para qué habrá
un día de juicio final? Para que “toda lengua confiese que Jesucristo es el
Señor, para gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:11). Hitler y Hemingway lo
confesarán. Buda y Mahoma lo confesarán. Ningún ser humano puede cambiar ese
certísimo futuro:toda la creación reconocerá que Jesús es el Señor.
La próxima
vez que alguien le pegunte por qué suceden ciertas cosas, dígales: “¡Para la
gloria de Dios!”
COMO A NOVIO Y A NOVIA, NOS ADORNÓ CON JOYAS.
“En gran
manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió
con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me
atavió, y como a novia adornada con sus joyas” (Isaías 61:10).
Algunos que
están leyendo esta meditación, se van a quedar boquiabiertos, cuando tengan que
comparecer ante el Rey del cielo. Y aunque son miembros de alguna iglesia, no
son salvos, ellos se visten con los trapos de su auto-justificación, en vez de
ponerse las vestiduras nupciales de Su justicia.
En 1834, el
compositor Edgard Mote, escribió, en uno de sus himnos: “Oh, que entonces en Él
pueda yo ser encontrado, vestido sólo con Su justicia, y sin mancha estar
delante de Su trono.” Será muy trágico, por cierto, para aquellos que actúan en
cada forma religiosa posible, el que piensen que pueden venir a la boda del
Cordero, sin Su justicia. No tratamos de que usted dude de su salvación, pero
queremos preguntarle: ¿Es usted salvo? ¿Cómo lo sabe?
Si usted
está confiando, para su salvación, en cualquier otra cosa que no sea la sangre
de Jesucristo, entonces, necesita arrepentirse y creer en el Señor Jesucristo.
Ya es tiempo de que le corone como Señor de su vida.
¿ME VOY A
CASAR?
“Despierta, despierta,
vístete de poder, oh Sion; vístete tu ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad
santa...” - Isaías 52:1.
Recuerdo que una noche tuve un sueño: Me
encontraba en una sala amplia, luciendo un precioso vestido y muchas chicas me
estaban se ocupaban de mi peinado, mi ropa y toda mi apariencia. En sus ojos
podía percibir una mirada llena de odio. En un momento y como si se hubieran
puesto de acuerdo, todas se retiraron al mismo tiempo. Entonces me miré al
espejo y mi sorpresa fue grande cuando vi, que no tenía simplemente un vestido,
era un vestido de novia, que susto!!!
¿Me voy a
casar? Fue la primera pregunta que vino a mente. Pero enseguida, mi sorpresa fue aún mayor, cuando veía que el
hermoso vestido que llevaba puesto, rápidamente se transformaba en el más
horrible que había visto en toda mi vida. Su color y aspecto daban la apariencia de suciedad,
incluso con manchas por todas partes, se volvía cada vez más viejo y se encogía
hasta llegar a mi rodilla, aún el velo parecía un trapo de mesa...
“...así como
Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla,
habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de
presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga
ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.” Efesios 5:25-27.
Cristo ha
pagado un alto precio para que nos vistamos de Santidad, las manchas
representan los pecados, las arrugas son las que recibimos por nuestras
preocupaciones, enojos y falta de fe. El
vestido sucio, viejo y roto, simbolizan nuestros defectos y errores. Jesús se
sacrificó por nosotros, entonces como
iglesia suya debemos estar preparados para cuando El venga. Somos su iglesia,
¡La novia de Cristo!
“Gocémonos y
alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su
esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino,
limpio y resplandeciente...” Apocalipsis 19: 19:7-8.
Si alguna
vez te preguntaste: ¿Me voy a Casar? Si has recibido a Cristo en tu corazón, la
respuesta es Sí!!! Por tanto, tienes que prepararte! Despierta, ya no sigas
igual! Vístete con tu ropa hermosa! Necesitamos eliminar estas manchas,
arrugas, y defectos de nuestras vidas! Jesucristo regresa, pero está esperando
que su novia se prepare para la boda, y estemos listos para irnos
Nuestra
responsabilidad es prepararnos! La biblia dice que las novias tenían un tiempo
para embellecerse y así agradar a su
marido. (Ester 2:12). Dios está buscando una novia que lo ame y que por ese
amor, le haya esperado todo este tiempo preparándose! Si no lo has estado
haciendo, es tiempo de arrepentirte, Dios te lavará en la medida que te decidas
a andar en santidad, de esta manera, más cerca estarás de verlo:
“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.” Mateo 5:8.
Al despertar
y leer el pasaje que compartí al principio, me di cuenta que no me estaba
preparando adecuadamente para ese día. Todavía no había resuelto algunos
conflictos, seguía enojada con ciertas personas. Aún descuidaba la oración y la
lectura de su palabra, todo ese tiempo estaba dejando que sea "el
enemigo" quien se ocupe de mi vestido y no el Espíritu Santo de Dios.
Despierta y
vístete de tu ropa hermosa! Aquella por la que Jesús pagó un alto precio!
Autora.
Shirley Chambi.
SOMOS LA
IGLESIA DE JESUCRISTO Y POR ESO DEPENDEMOS TOTALMENTE DE ËL.
“Estas cosas
os he hablado, para que mi GOZO esté en vosotros, y vuestro GOZO sea cumplido”
(Juan 15:11).
¿Depende
usted del Señor Jesucristo? Es decir, ¿DEPENDE totalmente en Él? Esta es una
forma de saberlo: ¿está usted descansando en Él? Verá, cuando usted está
totalmente entregado a Jesucristo, usted DESCANSA en Él. Se da cuenta que Él
suplirá cada una de sus necesidades.
ÉL ES LA
VID, NOSOTROS LOS PÁNPANOS.
¿Ha visto
alguna vez una planta de uvas? Las ramas, o pámpanos, no tienen ninguna otra
fuente de vida sino la vid; y si usted le preguntara a ese pámpano: “¿Cuál es
el secreto para tus hojas y tu fruto tan saludable?”, le responderá: “Mi
secreto es que DESCANSO en la vid.” Y usted vuelve a peguntarle: “Pero, ¿qué de
tus necesidades?”, y le dirá: “Sé que tengo necesidades, pero eso no es mi
responsabilidad. Mi responsabilidad es el DESCANSAR y CONFIAR en la habilidad
de la vid para proveer lo que necesito. Yo no produzco el fruto. Solamente lo
llevo.” Amigo, ¿está usted descansando en el Señor hoy?
Durante los
próximos días, dé un paseo por las afueras. Mire detenidamente los árboles y
las plantas. Si puede visitar algún viñedo, hágalo, e inspeccione una vid.
Medite lo que significa el PERMANECER en Cristo, para que nuestro GOZO sea
cumplido.
EL SEÑOR NOS
INVITA A CONGREGARNOS.
“Porque
donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy Yo en medio de
ellos” (Mateo 18:20).
Un día,
varios agentes del Servicio Secreto fueron a chequear una iglesia a la que
quería asistir el Presidente de los Estados Unidos. Por alguna razón, el Presidente
decidió no ir, pero la noticia ya había circulado en la ciudad. Mucha gente
llamó a la iglesia para preguntar si podían asistir. Una señora llamó para
decir que no era miembro de esa congregación, pero que quería ver al
Presidente, y le preguntó al Pastor: “¿Es cierto que el Presidente va a estar
en su iglesia el domingo?” El Pastor le contestó: “No, señora, él no estará
aquí. Pero sí nos acompañará el Rey de reyes, ¡y eso debería ser más que
suficiente para que usted venga a la iglesia!”
El Señor
Jesús se encuentra con su gente, y a Él le tiene sin cuidado las credenciales
de los invitados. Él siempre está en medio de los suyos.
¿Cuáles son
las credenciales que usted tiene cuando se encuentra con Dios? ¿Alguna vez ha
leído las credenciales de Pablo en Filipenses 3:4-6? ¿Cuál fue la respuesta de
Pablo en los versículos del 7 al 14? ¿Cuál debería ser su respuesta personal?
LA PRIORIDAD
EN LA IGLESIA ES EL AMOR.
“Y ante
todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de
pecados” (1 Pedro 4:8).
¿Por qué es
importante el amor? Primero, porque el amor es la más grande virtud. Primera
Corintios 13:3 dice que el amor está por encima de la fe y la esperanza.
Segundo, porque el amor es el más grande mandamiento. Jesús dijo: “Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”
(Mateo 22:37). Tercero, porque el amor es el más grande testimonio. ¿Qué es lo
que realmente va a hacer que su comunidad despierte y crea que su iglesia es,
en verdad, la iglesia del Señor Jesucristo? ¿El tamaño del edificio? ¿Lo bien
mantenidos que están los jardines y el césped? ¿El gran aviso en la calle? ¡No!
Será la manera en que ama a Dios y demuestra amor por los demás. Nada puede
motivar a un pecador perdido, como el sentir el verdadero amor de Jesucristo.
Haga un
compromiso con Dios ahora mismo: que usted le amará a Él con todo su corazón,
con toda su alma, con toda su mente y con todas sus fuerzas, y que amará a su
prójimo como a usted mismo. Cualquier cosa menos que eso, es pecado. Pídale su
fortaleza para realizarlo.
JESUCRISTO
ES PARA NOSOTROS COMO SU IGLESIA, TODO.
“Porque para
mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21).
Por favor
termine la siguiente frase: “Para mí el vivir es_________.” Ahora, no dé una
respuesta que usted piensa debe estar ahí, sino piense en algo que signifique
lo máximo para usted, porque eso es lo que significa para usted el vivir. Usted
puede llenar esa línea en blanco con palabras como: dinero, familia, placer,
educación, fama, popularidad, su cónyuge, sus hijos, cerrar un gran negocio o
incluso servir en la iglesia.
“Para mí el
vivir es___________, y el morir es_________.”Si usted pone cualquier otra
palabra que no sea “Cristo”, en la primera línea, entonces debe terminar la
segunda parte de la frase con la palabra “pérdida”, porque usted no podrá
llevarse absolutamente nada cuando muera.
¿Qué palabra
puso mentalmente, en la línea en blanco? ¿Todavía no puede pensar en nada?
Entonces, pase algún tiempo con Dios, y pídale que le muestre si hay alguna
cosa que usted está poniendo por encima de Él.
SEÑOR, COMO
TU IGLESIA, QUEREMOS SER OBEDIENTES.
“Muéstrame,
oh Jehová, tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y
enséñame, porque Tú eres el Dios de mi salvación; en Ti he esperado todo el
día” (Salmos 25:4-5).
Cuando
obedecemos a Dios, somos una bendición para otros. Usted no puede obedecer a
Dios sin que esa obediencia se derrame en bendiciones para los que le rodean.
Lo mismo es verdad en lo negativo. Cuando desobedecemos a Dios, quebrantamos no
sólo el corazón de Dios, sino también el corazón de los que están a nuestro
alrededor. Tal vez usted está rompiendo el corazón de su papá, de su mamá, de
su esposa, de su esposo o de su mejor amigo, porque está desobedeciendo a Dios,
en vez de dejar que el gozo de Jesús se manifieste en usted.
¿Por qué
obedece a Dios? Le obedece por su propio bien, para alegría de los demás, pero,
primordialmente, para Su gloria.
Ore: “Señor,
con todo mi corazón, con todo lo que soy, quiero conocerte. Quiero que nuestra
relación sea muy íntima y que mi fe crezca. Límpiame y renuévame para que pueda
ser todo lo que Tú quieres que sea.”
SEÑOR, EN LA
IGLESIA DE JESUCRISTO, VAMOS A VIVIR EN ARMONÍA.
“Finalmente,
sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente,
misericordiosos, amigables” - (1 Pedro 3:8).
Existen
cinco cualidades en la amistad:
1. Armonía. Debemos ser de una mente, no
necesariamente cantando la misma nota, pero complementándonos unos a otros.
2. Empatía.
Tener la capacidad de “sentir” el dolor de los amigos; el mundo busca amigos
así.
3. Fraternidad. Debemos amarnos unos a otros como
hermanos. No hay hermandad como la hermandad en Jesucristo.
4. Compasión. Si usted quiere ser un verdadero
amigo, va a tener que sentir profundamente. Necesitará ponerse en el lugar de
la otra persona.
5. Humildad. La cortesía genuina es pensar en
las necesidades de las otras personas antes que en las necesidades propias.
Preocuparse menos por sus derechos, y más por sus relaciones. Comience a
desarrollar estas características de amistad en su vida, y verá como Dios cambia
su mundo.
¿Se siente
solitario y necesita un amigo? Pídale a Dios que le ayude a desarrollar estas
características en su vida, y que le guíe hacia alguien con quien pueda tener
amistad y sea un amigo (a). En sus debilidades, Jesús se manifestará en su vida
con fortaleza.
SEÑOR, ES
BUENO VIVIR EN ARMONÍA.
¡Mirad cuán
bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!”
(Salmos133:1).
¿Sabe lo que
quiere Dios para usted hoy? Reconciliación. Eso es mucho más importante que
cantar en el coro, o predicar un sermón, o servir en la guardería, o aún
ofrendar. Cuando aprendemos esto, Dios traerá gran avivamiento a nuestras iglesias.
El avivamiento siempre comienza cuando la gente confiesa sus faltas, unos a
otros, oran los unos por los otros, y se perdonan mutuamente. Avivamiento no es
hacer temblar el edificio por la mucha emoción. Es, más bien, “hacer que se
derrumben los muros”. No es solamente el decir: “Voy a hacer las paces con
Dios.” Es más bien decir: “Voy a hacer las paces con mis hermanos y hermanas.”
Cuando estemos reconciliados, el avivamiento vendrá, seguido de regocijo. Pero
no cualquier clase de regocijo: habrá el gozo del Espíritu Santo cuando usted
sepa que no hay ningún estorbo entre su alma y su Salvador, y ningún problema
entre su alma y un hermano o hermana. ¡Gozo indescriptible!
Lea Mateo
5:23-26. ¿Ha tenido alguna divergencia con alguien de su familia?
¿Está usted
separado o separada de su cónyuge? ¿Están rotos los lazos de amistad con
alguien? Reconcíliese ahora mismo.
SEÑOR, SU
PALABRA, SU LEY, SUS MANDAMIENTOS; SERÁN NUESTRA DELICIA Y LLENARÁN DE ARMONÍA
NUESTRO CORAZÓN.
“Vengan a mí
tus misericordias, para que viva, porque tu ley es mi delicia (Salmos 119:77).
¿Cómo une
Dios un libro de la ley con un libro de canciones? Con libertad y armonía. Dios
nunca planeó que sus leyes fuesen una carga. Él quiso que fueran bendiciones.
Por ejemplo, el piano funciona de acuerdo a ciertas leyes. Cuando una persona
domina esas leyes, la monotonía del aprendizaje se convierte en delicia. La
práctica permite que una persona se siente frente al piano, en perfecta
libertad, y haga brotar y danzar una melodía de las teclas de marfil. Cada ley
posee una canción escrita en su reverso, usted lo descubrirá cuando respete y
cumpla la ley. Su deber se transformará en deleite.
Lea el Salmo
1 y pídale a Dios que le haga experimentar el deleite del cual el salmista
habla en el versículo 2, y que le dé fortaleza para meditar acerca de su Verdad
durante este día.
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