Demos marcha atrás a esa pregunta por un minuto y consideremos qué es la Biblia. “Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida.” (2 Timoteo 3:16). Esto significa que el mensaje de la Biblia proviene del mismo Dios. Para comprender qué clase de libro es la Biblia necesitamos dar un vistazo a quién es Dios.
Dios es el creador y gobernador del universo. Él creó toda la humanidad y es Dios quien define las leyes morales que rigen la humanidad. Él está muy cerca de nosotros en su cuidado y atención, y no obstante está mucho más allá en su sabiduría y poder. No hay nadie como él. No es casualidad que la gente le llame la Santa Biblia. Como excelente comunicación de parte de nuestro Rey misterioso y todopoderoso, es sagrada escritura. Por ese solo motivo merece nuestro respeto y atención.
La Biblia fue escrita para nuestro beneficio, y nos beneficia de varias maneras. Por una parte, puesto que es la palabra de Dios mismo la Biblia es una fuente de verdad. De hecho es la vara de medir de la verdad. Nos da un ancla para que no nos perdamos en el mar de la opinión pública. La verdad que revela trata principalmente sobre Dios y nuestra relación con él. Con este conocimiento somos capaces de amarlo, servirlo y adorarlo.
La Biblia también nos proporciona la verdad a un nivel muy personal. Nos da principios por los cuales vivir, dirección para nuestras decisiones cotidianas y motivación para seguir los caminos de Dios. En ese sentido la Biblia no es pasiva como muchos otros libros. Tiene la capacidad de cambiarnos. “Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos” (Hebreos 4:12).
Las Escrituras es clave para el crecimiento y la vitalidad espiritual. En el Salmo 1 el salmista escribe sobre los verdaderos creyentes: “They delight in the law of the Lord, meditating on it day and night. They are like trees planted along the riverbank, bearing fruit each season. Their leaves never wither, and they prosper in all they do” (Salmo 1:2-3).
Debemos alimentar nuestro espíritu con la misma regularidad con que alimentamos nuestro cuerpo. Si no lo hacemos, corremos el peligro de padecer desnutrición espiritual. Permita que los artículos y estudios de este sitio web sean su guía para vivir una vida alimentada con la palabra de Dios.
ESCRITURA:
Primera Pedro 1:24-25: “Porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; mas la palabra del Señor permanece para siempre.”
Primera Pedro 1:24-25: “Porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; mas la palabra del Señor permanece para siempre.”
La Biblia es la indiscutible, incorruptible, indestructible e indispensable Palabra de Dios. Nadie puede discutir con ella. Nada puede corromperla, ni destruirla, ni reemplazarla como la fuente de vida. El fallecido Dr. Robert G. Lee, un gran predicador de la generación pasada, dijo lo siguiente referente a la Biblia: “Todos sus enemigos no han podido hacerle ni un hoyo a su santo vestuario, ni robar una flor de su maravilloso jardín, ni diluir la miel de su abundante panal, ni romper una de las mil cuerdas de su arpa, ni ahogar una dulce palabra en tinta pagana.”
Exprésele a Dios cuánto ha cambiado su vida a causa de su Palabra. Reúnase con un grupo de amigos o con su familia para platicar acerca de las formas en que Dios ha ministrado su vida a través de su Palabra.
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