martes, 27 de junio de 2017

“CON AMOR ETERNO TE HE AMADO DICE EL SEÑOR”

“CON AMOR ETERNO TE HE AMADO DICE EL SEÑOR”
«TAL COMO ERES»
Por Carlos Rey.
(Canción cantada por Carlos Rey en audio y en video)
En 1974, cuando los médicos le dijeron que tenía cáncer, Félix Alejandro Quintana, natural de Matanzas, Cuba, sólo tenía veintiséis años. Tan pronto como escuchó ese diagnóstico, determinó que necesitaba pedirle a Jesucristo que fuera su Señor y Salvador, para asegurar su entrada en el cielo cuando muriera. Así que en el cuarto mismo del hospital, le abrió a Cristo la puerta de su corazón y lo invitó a que entrara. Comenzó a leer la Biblia todos los días, y en sus tiempos de oración le daba gracias a Dios por la relación personal que tenía con Él.
Pero a los seis meses, lo asaltaron las dudas acerca de cómo Dios pudo haberlo aceptado a él. Por primera vez desde aquel día en el hospital en que le había rendido su vida a Cristo, Félix entró en un bar y pidió una bebida. Al pensar en su vida —en el cáncer, en su esposa y en su pequeña hija, así como en el futuro inseguro que tanto lo atemorizaba—, le preguntó a Dios: «¿Cómo puedes amarme siendo yo una persona tan mala?» Tan pronto hizo esa pregunta, el grupo musical del lugar comenzó a tocar una canción que lo conmovió hasta lo más profundo de su ser. Sintió que Dios mismo le estaba contestando directamente mediante las siguientes palabras de la canción compuesta por Billy Joel, interpretada también por José José:
Nunca cambies por complacerme, por quererme retener. Nunca imagines que te suceda que yo te deje de querer.
Nunca pienses que te abandone; no temas a mi ingratitud. Tanto en las buenas como en las malas, te quiero tal como eres tú.
No trates ya de impresionarme: me puedes hacer enojar Así te acepto, así me gustas: cómo eres tú te voy a amar.
Quiero saber si siempre vas a ser el mismo que yo conocí. Espero que tú creas siempre en mí tal como yo he creído en ti.
Dije: «Te amo», y es para siempre; pues nunca te voy a dejar. Así te quiero, así me gustas: cómo eres tú te voy a amar
Lo cierto es que Dios no abandonó a Félix Quintana ni dejó de amarlo, sino que le concedió treinta años más de vida. Y Dios no solamente acompañó a Félix «tanto en las buenas como en las malas», como dice la canción, sino también tanto en su salida de este mundo como en su entrada al cielo, porque prometió amarlo y estar con él para siempre.1. Gracias a Dios, todo el que se acerca a Él puede llegar a comprender, así como Félix Quintana, que no tiene que cambiar para que Dios lo ame, sino que Dios mismo lo cambiará por completo debido a lo mucho que lo ama.
1. Jeremías 31:3. Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.
 Mt 28:20. Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
“NO SOMOS DE LOS QUE RETROCEDEN”
“Más el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma”. - (Hebreos 10:38-39)
La salvación es para todo el mundo, la invitación a disfrutar de la gracia, misericordia y perdón de Dios está a disposición de todo aquel que desee, recibirla, no es por méritos o por obras, es un regalo, un don de Dios.
Junto a este gran obsequio, está el requisito de iniciar una vida diferente, de esforzarnos en agradar el corazón de Dios, de seguir el ejemplo de Jesús y no dejarnos llevar por la corriente de este mundo que se desborda en su deseo que hacer lo malo, ignorar la ética y valores, pero sobre todo; ignorar a Dios.
Es precisamente en este punto en donde a muchos el evangelio y la dadiva de Dios deja de parecerles atractiva, seguramente si el seguir a Dios, no fuese por medio de un camino estrecho, muchos transitarían por él, pero la realidad es que aunque el seguir a Jesús es la única diferencia entre la vida y la muerte (literalmente), a la hora de empezar a vivirlo muchos retroceden.
Estas personas no abandonan la senda de la vida porque hayan conocido otra verdad, no, ellos saben que no hay verdad fuera de la que han entendido y experimentado, ellos se alejan porque no desean pagar el precio. No estamos hablando de este tema con el fin de señalar a ninguna persona en particular, de ninguna manera, lo hacemos para que podamos identificar aquello que nos está alejando de la vida eterna y nos está dirigiendo a una muerte segura, no importa que tan atractivo se ve, dice la palabra que su fin es muerte.
Dios nos invita a ser parte de los que no retroceden, de los que caminan en Fe y vencen, para recibir la corona de Vida. Si bien es cierto que el camino parece difícil, la recompensa lo vale. Debemos poner todo en balanza, realmente el recibir el desprecio de nuestros familiares, el rechazo de una sociedad y la mirada burlona de muchos, no es nada agradable, pero volverse atrás, renunciando a la gracia, conformándose con cosas pasajeras y dejándose llevar por los deleites de este mundo que sólo nos llevan a una vida de perdición, no puede ser la mejor opción.
Asegúrate de ser parte de los que no retroceden y se auto condenan al juicio e ira de Dios, sigue adelante, no importa la oposición, vale la pena. Seguramente vas a enfrentar vientos fuertes, burlas, cansancio y hasta desanimo, pero volver atrás no puede ser una opción, volver atrás es firmar tu sentencia, renunciar es morir.
Nosotros somos de los que avanzamos en Fe, de lo que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece, de los que nos aferramos a la cruz y soportamos cualquier tempestad. Nosotros somos los que esperamos la promesa y el gran galardón, vale la pena, no vamos a retroceder.
Hebreos 10: 35 “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón”.
Autor(a). Dilean Canas.
Primera Juan 3:2: “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es.”
Si Jesús es el Señor de su vida, entonces su vida entera no está solamente ordenada, sino también cada paso dentro de su vida. Dios tiene un plan para el plomero al igual que para el predicador, para el mecánico como también para el misionero. Y si Dios, por ejemplo, le llama a ser un mecánico, pero usted llega a ser un misionero, ¡usted está aceptando la segunda mejor alternativa!
El conocer la voluntad de Dios es el logro más grande para su vida. El éxito no se deletrea D-I-N-E-R-O. Tampoco se deletrea F-A-M-A. El éxito es la realización continua de la voluntad de Dios, lo que Él desea para su vida. Dios no hace clones, Él hace hijos. Hay un propósito especial para su vida como su hijo (a): el ser como Jesús.
¿Tiene hijos? Comparta con ellos estos pensamientos importantes acerca de sus futuros.
NACIENDO EN LA FAMILIA DE DIOS.
Juan 3:7: “No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.”
¿Alguna vez ha conocido a alguien que haya nacido físicamente dos veces? ¿Ha conocido a una persona que ha nacido espiritualmente dos veces? En ningún lugar de la Biblia encontrará un pasaje donde alguien haya recibido la salvación dos veces. Una vez que usted llega a ser parte de la familia, ya está dentro de la familia.
En una ocasión el pastor Rogers explicó: “Hubo ocasiones en las que defraudé a mis padres. Hubo momentos en los que mi padre me disciplinó; con todo, seguía siendo un Rogers. Seré un Rogers por toda la eternidad; no podré ser nada más de lo que fui al nacer.”
Es lo mismo en su vida espiritual. Cuando usted nace en la familia de Dios, su nombre se registra en el libro de la vida del Cordero. Es un hecho establecido.
¿Conoce a algún hermano o hermana en la fe que duda en cuanto a su salvación? ¡Anímelo(a) con estas buenas nuevas!
DIOS HACE UN CAMBIO TOTAL.
Romanos 6:22: “Más ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.”
Cuando Jesucristo entra en su vida, Él le cambia. Quizás usted tiene problemas con las drogas o el alcohol. Tal vez lucha contra la lujuria, el miedo, la duda o autocompasión. Quizás es esclavo de la opinión pública o del perfeccionismo. Con todo, el mismo Jesucristo que liberó al pastor Adrián Rogers, es el mismo JESUCRISTO que le LIBERARÁ a usted. Aunque la libertad en Jesucristo no significa el privilegio de hacer lo que nosotros queramos, sí es el poder glorioso, abundante y sobrenatural para llevar acabo lo que debemos hacer. Es la gracia salvadora la que nos libera. Es la gracia sustentadora la que nos mantiene libres.
Póstrese ante el Señor y agradézcale la libertad que se le ha dado a través del enorme precio pagado en el Calvario.
LA MEJOR DECISIÓN ES CREER EN ÉL.
“El que en Él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (Juan 3:18).
 El mundo en realidad no sabe lo que es el pecado. Se piensa que pecado es mentir, robar, asesinar, adulterar, violar, etc. No. Esos son pecados. ¿Sabe lo que es el pecado? Pecado es rechazar a Jesucristo, y eso condenará un alma al infierno. Usted no va al infierno porque ha robado, mentido o matado.
La gente dice: “Cierto, miento de vez en cuando, pero Dios no me va mandar al infierno sólo por eso. Tal vez puedo penar unos años en el Purgatorio, pero morir eternamente en el infierno por eso no tiene sentido.”
Cuando una persona habla de esa manera, no entiende lo que es pecado. Pecado es alta traición contra un Dios Santo. Pecado es un puño cerrado en el rostro de Dios. El pecado le dice a Dios: “No me inclinaré ante Ti. No te serviré. No confiaré en Ti.” Eso es pecado.
El gran mandamiento es “amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente”. El gran pecado es no hacerlo.
¿Se ha dado cuenta que, sin Cristo, su destino es el infierno? ¿Está usted de acuerdo con el Salmo 16:2. Oh alma mía, dijiste a Jehová:
Tú eres mi Señor. No hay para mí bien fuera de ti.
Y con Isaías 43:11? Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.
Si no lo está, le animamos a que se arrepienta y crea en el Señor hoy mismo. Entregue su vida a cambio de la de Él.
¿Hay alguna verdad en la Palabra de Dios que no entiende? Pídale a Él que le dé entendimiento. ¿Hay alguna verdad a la cual usted no se ha rendido en obediencia? Pida que Dios le perdone, y que le derrita y le moldee como su siervo, para su gloria.



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