TODOS LOS
CAMBIOS SON IMPORTANTES.
NUEVA PERSPECTIVA
DEL CAMBIO.
Yo soy el
buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen. —Juan 10:14
A la gente
no le gustan los cambios; al menos, esto es lo que oigo.
Pero, en
general, los que más resistimos son aquellos que creemos que empeorarán nuestra
situación en vez de mejorarla. Ilusionados, cambiamos de trabajo cuando esto
significa mayor sueldo e influencia o nos mudamos alegremente a una casa más
grande en un mejor vecindario. Así que, no es el cambio en sí lo que
detestamos, sino aquello que implica una pérdida; a veces, física, otras veces,
emocional o psicológica.
Los cambios
son tanto inevitables como necesarios. Si todo sigue igual, nadie crece. Pero
nosotros tenemos un Pastor que nos guía a través de esos cambios y nos lleva a
un lugar mejor. Llegar allí quizá resulte difícil, como lo fue para los
israelitas hasta que entraron en la tierra prometida. Cuando su situación
empeoraba en vez de mejorar, se quejaban (Éxodo 15:24; Números 14:2). Pero
tenemos el ejemplo de Jesús. En menos de una semana, pasó de ser el líder de
muchos a que todos lo abandonaran. Entre el Domingo de Ramos y el Viernes
Santo, el Buen Pastor se convirtió en el Cordero Pascual. Como Cristo atravesó
voluntariamente el sufrimiento, Dios lo exaltó al lugar más elevado (Juan
10:11; Filipenses 2:8-9).
No todo
cambio es agradable; sin embargo, cuando Alguien que nos ama nos guía a un
sitio mejor, no tenemos que temer.
La fe en
Cristo nos mantendrá firmes en el tormentoso mar de los cambios.
Autor:
Escritores de Nuestro Pan Diario.
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