MISERICORDIA
PAZ Y AMOR SON REGALOS GRATIS DE DIOS.
"MISERICORDIA"
Por la
misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus
misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.” - Lamentaciones 3:22-23.
Una madre
solicitó audiencia ante el emperador Napoleón para pedir por su hijo; el cual
se mostró radical en su veredicto: imponer la justicia con su ejecución, ya que
era la segunda vez que se lo aprendió en el mismo delito.
Desconcertada
entre lágrimas la madre se arrodillo y le dijo: ¡Mi Señor, no pido justicia
sino pido misericordia! y con voz algo quebrantada respondió el emperador: Pero
señora, su hijo no merece misericordia alguna, ya que nuevamente reincide en su
delito.
La madre
angustiada y con voz temblorosa le respondió: Su excelencia, si mi hijo se la
mereciera, no sería misericordia, y misericordia es todo lo que le pido. El
emperador movido por las suplicas de esta madre, dio un suspiro y finalmente
dijo: Muy bien, tendré misericordia, y así se salvó la vida de su hijo de la
muerte segura.
Cuántas
veces hemos recibido la misericordia de Dios al igual que este hijo que merecía
la muerte? cuantas veces él ha detenido lo que merecíamos al tomar nuestros
propios caminos? y también creemos que Dios está enojado con nosotros y que nos
castigara o que no nos perdonara? pero eso es una más de las mentiras del
diablo.
El padre de
la mentira pone pensamientos de culpa, remordimiento, frustración que no lleva
al arrepentimiento, sino solo al remordimiento. Dios ama y hay muchos pasajes
bíblicos que respaldan, porque su misericordia se manifiesta amor, perdón y
reconciliación.
Además a
quienes hemos dado lo que hemos recibido de Dios? Tenemos misericordia por
otros? Es más que un sentido de simpatía, es una práctica, demos y aprovechemos
las nuevas oportunidades, y digamos cada nuevo día: “Dios, gracias por una
nueva oportunidad”
“Y pasando
Jehová por delante de él, proclamó: !Jehová! !Jehová! fuerte, misericordioso y
piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad” - Éxodo 34:6.
Autora.
Soraida Fuentes.
MISERICORDIA
Y AMOR.
Judas 1:21:
“Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor
Jesucristo para vida eterna.”
La culpa
persigue los pasos de la humanidad. Ésta muerde y gruñe. Devora todo el gozo
que Dios diseñó para nosotros. ¿Acaso no existe la liberación de los
sentimientos de culpa? ¿Nos asechará siempre el fantasma de nuestra culpa? ¡No
bajo la convicción del Espíritu Santo y con el poder sanador de nuestro Señor
en nosotros! El diablo es el abogado acusador que apunta hacia usted con su
dedo esquelético. Más el Espíritu Santo no es el acusador. Él es quien da la
convicción de pecado. Con amor, Él pone convicción en nosotros para guiarnos a
la confesión. Así posteriormente podemos venir confiados a Dios y pedirle que
nos limpie. Ningún psicólogo o siquiatra puede remover la culpa. Solamente el
Señor Jesucristo puede hacerlo.
Lea la
historia acerca de la mujer adúltera en Juan 8:1-11. ¡Gloria a Dios por su
inefable amor e inagotable misericordia!
Primera
Pedro 1:3: “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su
grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la
resurrección de Jesucristo de los muertos.”
Vida
abundante es el plan de Dios para usted. El Señor Jesucristo nos prometió: “Yo
he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan
10:10).
¿Qué es la
vida abundante? Es una vida en donde todas sus necesidades son suplidas. Pero
más que eso, la vida abundante es donde usted posee suficiente para bendecir a
otros. No solamente recibe bendiciones, sino que usted es una bendición.
La vida
abundante que Jesús prometió no es sólo una vida en el más allá, sino también
es vida abundante ahora mismo en el vivir cotidiano. Todos los días y en todo
debemos tener la victoria en y a través del Señor Jesucristo.
¿Quién en su
vida no está experimentando vida abundante? ¿Su mamá? ¿Su esposo? ¿Su mejor
amigo? Dedique unos minutos para animarles con esta promesa de 1 Pedro.
Salmo 23:6:
“Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y
en la casa de Jehová moraré por largos días.”
“El bien y
la misericordia le seguirán todos los días de su vida”. Es exactamente lo que
afirma el Salmo 23:6. Jesús le sigue con su llamado de salvación, y Él
continuará detrás de usted. Su bien y misericordia son dos perros pastores que
siguen al rebaño para asegurar una jornada segura hasta llegar al destino final
del Buen Pastor.
¿Cuántas
veces ha dudado de la provisión del Señor y se ha preguntado si Él
verdaderamente le ama? Sin lugar a dudas, sino con toda seguridad su bien y
misericordia nos siguen. Sí, podemos tropezar, mas Él nos levantará.
¿Cómo
cambiaría su estilo de vida si supiera que “el bien y misericordia de Dios” le
siguen a cada paso? ¿Cómo trataría a otros?
LA PAZ Y EL GOZO
VIENEN DE DIOS.
Isaías 26:3:
“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera; porque
en Ti ha confiado.”
Usted podrá
admitir que Dios es necesario, pero ¿honestamente está consciente que Dios es
suficiente? Es más, Él es más que suficiente. Para saber si Dios es suficiente
en su vida, permítanos hacerle un par de preguntas: ¿De dónde obtiene usted su
gozo? ¿Lo obtiene del Señor o de algún otro lugar?
Si su gozo
proviene de su salud, entonces cuando se enferme, su gozo se desvanecerá.
Numerosos creyentes han perdido su salud, sus negocios, su familia, su
reputación, no obstante mantienen su gozo, porque la fuente del contentamiento
genuino y de la paz, está en Dios. De hecho, quizás uno no llegue a saber que
Dios es suficiente hasta que Dios es lo único que posee.
¿Cuándo fue
la última vez que usted visitó la sala de espera de un hospital para compartir
de Cristo con los que sufren? Tal vez pueda hacerlo este fin de semana.
Lucas 23:43:
“Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy ESTARÁS CONMIGO en el
PARAÍSO.”
Leí una vez
acerca de un hombre que viajaba en un avión durante una impetuosa tormenta.
Incluso la aeromoza estaba un poco nerviosa. No obstante, había una señora que
tarareaba el himno “EN JESUCRISTO, EL REY DE PAZ” (Blessed Assurance). Ella
parecía estar tranquila. El hombre le preguntó: “Señora, ¿no tiene miedo?” Ella
contestó: “Para nada. Yo le he ENTREGADO mi CORAZÓN a JESUCRISTO. No hace mucho
tiempo, una de mis hijas murió. Ella era una preciosa creyente y ahora está en
el cielo. Tengo otra hija que vive en Denver, a donde este avión se dirige.
Verdaderamente no me afecta a cuál de mis dos hijas vaya a visitar.”
Jesús le
dijo a un hombre que colgaba de una cruz sangrienta: “Hoy ESTARÁS CONMIGO en el
PARAÍSO.”
Si usted
MURIESE hoy, ¿en dónde pasaría su ETERNIDAD? ¿En dónde la pasaría su familia?
MISERICORDIA,
PAZ, AMOR Y GOZO, ES LO QUE RECIBIMOS DE
DIOS.
San Juan
14:26: “Más el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi
nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que Yo os he
dicho.”
El Señor
Jesús llamó al Espíritu Santo el Consolador. Cuando la paz entra a su corazón
en medio del pesar. Cuando el gozo entra a su corazón en medio de una
tribulación. Cuando usted ve evidencia de la vida de Cristo en su propia vida,
puede estar seguro que el Espíritu Santo está obrando en su vida. ¿Puede el
Espíritu olvidarlo? Nunca. El sello del Espíritu Santo, el Consolador, está
sobre su vida si usted es hijo de Dios. Cuando usted pasa por un salón o camina
entre una muchedumbre, ¡el óleo de alegría del Consolador aromatiza el aire con
un dulce aroma de Cristo!
Por favor
lea2 Corintios 1:3-5. ¿Cómo puede usted mostrar el consuelo de Cristo a alguien
que está sufriendo?
1:3 Bendito
sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios
de toda consolación,
1:4 el cual
nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros
consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación
con que nosotros somos consolados por Dios.
1:5 Porque
de la manera que abunda en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda
también por el mismo Cristo nuestra consolación.
MISERICORDIA,
AMOR, PAZ, GOZO Y CONSOLACIÓN DE DIOS.
Marcos 4:39:
“Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el
viento, y se hizo grande bonanza.”
¿Recuerda
cuando Jesús estaba con sus discípulos en el mar de Galilea y se les vino una
gran tormenta? Los relámpagos comenzaron a resonar en el viento. El mar se
agitó. Y la calmada brisa se convirtió en cruel vendaval. La barca fue lanzada
por doquier como si fuera un corcho. Los discípulos se desesperaron y le
reclamaron a Cristo quien dormía: “¿No te importa si perecemos? ¡Haz algo!” Y
levantándose ordenó: “Calla, enmudece.” Y cesó el viento y el mar se calmó.
Este mundo va hacia una gran tormenta y el barómetro espiritual está bajando.
Nuestro mundo no conocerá la paz hasta que Jesús, el Príncipe de Paz, venga y
diga: “¡Calla, enmudece!”
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