viernes, 2 de junio de 2017

¿UNA PREGUNTA MUY INTERESANTE DÓNDE ESTÁ DIOS? ¿DÓNDE ESTÁ DIOS?

¿UNA PREGUNTA MUY INTERESANTE DÓNDE ESTÁ DIOS?
¿DÓNDE ESTÁ DIOS?
Por el Hermano Pablo.
Eran enormes pilas de cartas, y cada día entraban nuevas. Llegaban entre cincuenta y cien cartas diarias, principalmente de Europa y América, aunque también del resto del mundo. Su destino era el correo de Jerusalén, y las autoridades no sabían qué hacer con ellas. Eran cartas que iban dirigidas a «Dios en Jerusalén».
Una carta iba dirigida así: «El Señor del mundo. Trono de gloria. Séptimo cielo. Jerusalén.» Algunas de esas cartas contenían peticiones de ayuda, especialmente de solteras que buscaban esposo. Otras venían de niños que habían sido abandonados. El jefe de correos se vio obligado a tomar la decisión de quemar todas esas cartas. «No podemos hacer otra cosa con ellas», concluyó.
Esta noticia de un número crecido de cartas enviadas a Jerusalén y dirigidas a Dios debe hacernos reflexionar. Que haya tanta gente en el mundo urgentemente necesitada y que no sabe cómo hallar a Dios es sumamente triste.
Que haya necesidad de dirigirse a Dios es evidente. Que este haya sido el anhelo de toda la humanidad de todos los tiempos, también es evidente. Y que toda persona se sentiría feliz si Dios le diera la respuesta que necesita, lo es igualmente.
En el Libro de Job, tal vez el libro más antiguo de la Biblia, se expresa el mismo anhelo: «¡Ah, si supiera yo dónde encontrar a Dios! ¡Si pudiera llegar adonde él habita! Ante él expondría mi caso; llenaría mi boca de argumentos» (Job 23:3). Para satisfacer esa necesidad, el hombre ha inventado toda clase de religiones y ha fundado toda clase de ciudades sagradas.
En cierta ocasión, Jesucristo pasaba por la ciudad de Samaria cuando junto a un pozo se encontró con una mujer samaritana. Ella, en la conversación que se suscitó, le dijo a Jesús: «Nuestros antepasados adoraron en este monte, pero ustedes los judíos dicen que el lugar donde debemos adorar está en Jerusalén.» A lo que Jesús le respondió: «Los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren» (Juan 4:20-23).
Dios no está circunscrito a ningún lugar, a ninguna organización, a ningún orden ni a ninguna religión. Si tratáramos de describir el lugar donde se halla, tendríamos que concluir que se encuentra en el lugar de nuestra necesidad. Lo hallamos en el corazón del arrepentido. Lo hallamos en el dolor del humilde. Y más que todo, lo hallamos al pie de la cruz de Cristo.
DIOS NO HABITA EN TEMPLOS HUMANOS.
El Apóstol Pablo enseñó a los atenienses en Hechos 17: 16-34. Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría.
17:17 Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían.
17:18 Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección.
17:19 Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas?
17:20 Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto.
17:21 (Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.)
17:22 Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos;
17:23 porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.
17:24 El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas,
17:25 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.
17:26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación;
17:27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.
17:28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.
17:29 Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.
17:30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;
17:31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.
17:32 Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez.
17:33 Y así Pablo salió de en medio de ellos.
17:34 Más algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.
Dios está ahora mismo tocando a la puerta de nuestro corazón. Como dice Apocalipsis 320. 'He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo.
 Abrámosle la puerta y dejémoslo entrar. Él quiere ser nuestro seguro y eterno Salvador.
¿ Y LA IGLESIA ENTONCES?
Primera Corintios 6:20: “Porque habéis sido comprado por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”
Mateo 26:28 dice: “Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de pecados.” Note la palabra “pacto” que proviene de la palabra griega diatheke. Cristo nos ha comprado con su sangre. Hemos entrado en un pacto con Él. La iglesia es la esposa y Él es el esposo. Estamos desposados a Él en un pacto comprado con su sangre.
Samuel J. Stone escribió estas palabras poderosas en un himno que cantamos en nuestra iglesia titulado: “El cimiento de la iglesia” (The Church’s One Foundation): “Desde el cielo, Él vino a buscar a su esposa santa, con su propia sangre la compró, y por darle vida murió.”
Permita que esta poderosa verdad penetre en lo profundo de su corazón. Medite en lo que significa que Jesús haya venido a buscarle y que le haya comprado con su propia sangre.
Apocalipsis 7:12: “La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos.”
Un hombre que se emocionaba demasiado en la iglesia. Continuamente gritaba: “¡Alabado sea el Señor!” Un día, unos miembros de su congregación vinieron a hablarle cuando él araba sus campos. Al terminar de platicar, él inclinó su rostro y explicó: “Sé que es verdad. He interrumpido los cultos, pero saben, me siento ahí y pienso todo lo que el Señor ha hecho por mí: Cómo murió en agonía, y derramó su sangre en la cruz por mí... cómo Él ha perdonado todos mis pecados... cómo me ha llenado del Espíritu Santo y... ¡cuida de mi mula mientras le alabo!”
Si ser salvo y saber que irá al cielo no lo emociona, usted tiene callos en su alma. ¡Es emocionante conocer al Señor Jesucristo!
¿Cuándo fue la última vez que usted levantó sus manos y grito: “¡Alabado sea el Señor!”? ¡Quizás ahora mismo sea un buen tiempo para hacerlo!
LA IGLESIA ES EL LUGAR DE REUNIÓN DE LOS HERMANOS PARA ALABAR A DIOS COMO DICE EL SALMO 133:1-3.¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es
Habitar los hermanos juntos en armonía!
133:2 Es como el buen óleo sobre la cabeza,
El cual desciende sobre la barba,
La barba de Aarón,
Y baja hasta el borde de sus vestiduras;
133:3 Como el rocío de Hermón,
Que desciende sobre los montes de Sion;
Porque allí envía Jehová bendición,
Y vida eterna.
¿ESTÁ USTED ASISTIENDO A LA IGLESIA PARA ADORAR A DIOS, O HA DEJADO EL PRIMER AMOR?
En Apocalipsis 2:1-7, leemos que el Señor acusa a la iglesia de Éfeso de haber abandonado su primer amor. No era que no amaban al Señor Jesús, sino que no lo amaban como antes. Si ha existido alguna ocasión cuando usted ha amado a Jesús más de lo que lo ama en este momento, usted se está descarriando. G. Campbell Morgan dijo que ser tibio en cuanto al Señor es la peor blasfemia. Creemos que está en lo correcto. Ser tibio es una manera de decir: “Dios, creo en Ti, pero simplemente no me emocionas.” ¡Oh, cuánto deberíamos permanecer enamorados del Señor Jesucristo!
¿Ha dejado usted su primer amor? ¿Está tibio su amor por Jesús? Lea el Salmo 26:1-8, haga una oración basada en éste y busque a Jesús.
Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado;
He confiado asimismo en Jehová sin titubear.
26:2 Escudríñame, oh Jehová, y pruébame;
Examina mis íntimos pensamientos y mi corazón.
26:3 Porque tu misericordia está delante de mis ojos,
Y ando en tu verdad.
26:4 No me he sentado con hombres hipócritas,
Ni entré con los que andan simuladamente.
26:5 Aborrecí la reunión de los malignos,
Y con los impíos nunca me senté.
26:6 Lavaré en inocencia mis manos,
Y así andaré alrededor de tu altar, oh Jehová,
26:7 Para exclamar con voz de acción de gracias,
Y para contar todas tus maravillas.
26:8 Jehová, la habitación de tu casa he amado,
Y el lugar de la morada de tu gloria.
Primera Corintios 1:30: “Mas por Él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención.”
 El apóstol Pablo creía que la mayor bendición era ser “hallado en Él.” Pablo cambió una serie de reglamentos por un Amigo. ¿No preferiría usted tener un amigo que una serie de reglamentos? Antes de su salvación, Pablo tenía la ley, mas ahora tiene al Señor. ¡Qué diferencia! Qué lugar tan seguro es el ser hallado en Cristo.
Si usted es salvo no es tan sólo un miembro de la iglesia, sino que está en Cristo. Usted está en su cuerpo (la iglesia) y Él está en usted. ¡Qué comunión divina! Puede ser que no tenga a nadie a su derredor, pero nunca estará solo otra vez, porque el Señor Jesucristo está en usted y usted en Él.
Le invitamos a meditar en esta verdad. A su vez lea Filipenses 3:9.
y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;
3:10 a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte,
SOMOS EL CUERPO Y LA IGLESIA DE JESUCRISTO.
“Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo” - (1 Pedro 2:5).

Jesús no sólo es la piedra angular de la iglesia, sino también es quien edifica cada bloque individual por medio de cada creyente. ¿Ha escuchado alguna vez la expresión: “De tal palo, tal astilla”? Significa el compartir la naturaleza del progenitor. En un sentido, cada hijo de Dios es una “astilla” del árbol. Por nosotros mismos no somos mucho que digamos. ¿Cuántos edificios ha visto usted, construidos con un solo ladrillo? Una piedra puede fácilmente ser lanzada de un lado al otro, pero si usted junta muchas de ellas, habrá fortaleza. Nuestro Señor nos construye juntos para que ganemos fuerza el uno del otro. Es increíble lo que puede suceder cuando el cuerpo de Cristo está unificado.

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