martes, 6 de junio de 2017

¿«POR QUÉ DIOS NO ME RESPONDE»?

¿«POR QUÉ DIOS NO ME RESPONDE»?
Por Carlos Rey.
«Yo quiero saber por qué Dios no me responde. Ya hace más de un mes que estoy sufriendo de dolores y malestares en mi estómago. En mi sufrimiento llamé al pastor para que orara por mí, y ese mismo día le entregué mi corazón a Dios. Pensé que todo iba a mejorar. Sí recibí alivio... pero aún no me sano por completo. A veces le digo a Dios que me sane o que me mate de una vez.... ¿Qué puedo hacer para que Dios me escuche y me sane?»
ESA ES LA PREGUNTA DE MUCHAS PERSONAS.
LAS PRUEBAS VIENEN Y SE MANIFIESTAN MUCHAS VECES PARA PROBAR NUESTRA FE.
»Sentimos mucho que esté sufriendo del estómago, y que tenga que atravesar momentos tan difíciles. El dolor prolongado suele mantener ocupado el cerebro y hacer que al que sufre le cueste más trabajo realizar los quehaceres comunes y corrientes. Eso puede llevar a la desesperación y la depresión. Es posible que a eso se deba que le haya dicho a Dios que lo mate de una vez.
»Lo felicitamos por la decisión que tomó de hacerse seguidor de Jesucristo. Ahora tiene usted la seguridad de la vida eterna cuando muera. Sin embargo, además de la vida eterna, usted esperaba recibir la sanidad del sufrimiento actual. Como eso no ha sucedido, ahora nos está preguntando qué puede hacer para que Dios lo escuche y lo sane.
»Usted ya ha hecho lo único que es necesario para que Dios lo escuche. Las Sagradas Escrituras nos dicen que los oídos del Señor están atentos a las oraciones de los justos.1. Cuando usted aceptó a Cristo y fue perdonado por sus pecados, con eso llegó a ser justo, como si jamás hubiera pecado. De modo que sabemos que Dios lo escucha.
»En cuanto a su pregunta respecto a cómo hacer que Dios lo sane, eso no es cuestión de dar unos cuantos pasos fáciles. La historia y la experiencia nos han enseñado que, si bien Dios en definitiva tiene el deseo y el poder de sanar, su plan no siempre incluye la sanidad. Muchos de los justos de todos los tiempos han sufrido y han muerto sin haber recibido la sanidad.
»Algunos dicen que no pueden servir a un Dios que permite que haya tanto sufrimiento y dolor. Quieren un dios que sana toda enfermedad, remedia todo mal y calma toda tempestad.... [Ese] sería un mundo perfecto, pero un mundo sin la libertad de tomar decisiones.
»Dios nos amó tanto que nos dio la capacidad de tomar decisiones. Podemos optar por edificar o destruir. Y podemos optar por ayudar a otros o hacerles daño. Pero nuestras decisiones tienen consecuencias que producen guerra, pobreza y enfermedad. Estas condiciones abundan en este mundo y hacen que sea cada vez menos perfecto. Cuando la situación no es perfecta, sólo quienes confían en Dios pueden comprender que la respuesta a sus oraciones a veces puede ser: “No”, o: “Espere”. Así que pídale a Dios que lo ayude a confiar en Él.»
1                   Sal 34:15.
DIOS ACTÚA EN FORMA SOBRE NATURAL, DEBEMOS CONFIAR EN ÉL Y SER AGRADECIDOS.
2                   Corintios 10:4. Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, En nuestra vida cotidiana, estamos acostumbrados a ver la vigencia de leyes naturales, que gobiernan nuestras vidas. Se rigen por una relación de causa y efecto. En tal sentido podemos hablar, de la ley de gravedad por ejemplo y tantas otras que las encontramos cada día en nuestro diario andar.
Esta relación de causa y efecto, nos habla de cómo se mueve el mundo natural, o mejor dicho el mundo físico que claramente podemos ver.
Por encima de esto, y de manera invisible a nuestros ojos naturales, se encuentra un mundo sobrenatural, el hecho de que no lo veamos, no transforma lo sobrenatural en algo irrelevante en nuestra vida o irreal, sino todo lo contrario. Es un mundo tan real, o más que la vida misma.
En la Biblia, vemos como Jesús intervenía de manera sobrenatural, cortando esa relación causa-efecto e interviniendo de manera poderosa. Por ejemplo según el mundo natural, la lepra no era curable, ni había solución para un ciego de nacimiento y menos aún para un joven que se arrojaba al fuego queriendo matarse. Sin embargo y de manera sobrenatural Jesús interviene, trayendo sanidad y libertad.
También decimos cuando hablamos de oración, que las cosas se conquistan primero en el mundo espiritual, para luego verlas en el mundo natural. Veamos este ejemplo bíblico.
Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.
Más el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.
>Daniel 10:12-13.
Daniel había clamado a Dios, pero pasaron 21 días hasta que pudo ver la respuesta, durante este tiempo hubo oposición, pero dice la Biblia que desde primer día que Daniel dispuso su corazón, Dios había oído sus palabras. Algo se estaba gestando en el mundo sobrenatural, que luego pudo ver claramente en el mundo natural.
Tal vez lo natural te diga, estás enfermo, o tienes un diagnóstico de que no hay nada que hacer, o quizás te encuentras acorralado por las deudas o una situación sin salida. Puede que sientas que no avanzas y hasta te preguntas, ¿alguna vez veré un cambio?
Quizás pienses, que es así, que esta es tu realidad de hoy, tu mundo natural, pero recuerda que hay un mundo superior, espiritual, sobrenatural, donde el poder de Dios llega en tu auxilio. El día 21 llega al igual que en la vida de Daniel, cuando finalmente puedes ver la respuesta a tus oraciones. La intervención divina cambia diagnósticos. Es tiempo de creer y esperar en El, tus oraciones han sido escuchadas desde el momento que abriste tu corazón y fuiste en humildad delante de su presencia. Hay una bendición que se está gestando en el mundo espiritual, aun no la vemos, pero con paciencia y con fe la esperamos.
A PESAR DE LAS CIRCUNSTANCIAS DIFÍCILES, SOBRAN LOS MOTIVOS PARA DAR GRACIAS A DIOS.
LA ACTITUD ES LO QUE CUENTA.
Necesitamos vivir con actitud de agradecimiento a Dios.
La gratitud es un reconocimiento de que la vida no me debe nada y todo lo he recibido como un regalo.
Todo lo que tengo es un verdadero regalo. Mi esposa es un regalo, mis hijos son un regalo, mi cuerpo es un regalo, la comida es un regalo, la casa es un regalo.
La gratitud es el punto donde comienzo a experimentar a Dios de una manera poderosa, sin comparación alguna, y maravillosa.
El Talmud judío narra la conocida historia de Bruria. Bruria y su esposo, Rabbi Meir, tenían dos hijos los cuales murieron un viernes antes del Sabbat.
Bruria decidió no decirle a su esposo acerca de la muerte de sus dos hijos sino después de celebrar el Sabbat, ya que de acuerdo a la ley judía no se permite tener un funeral ni expresar luto en el sábado. De todas maneras no había nada que ellos pudieran hacer sino hasta después de ese día.
Guardó la información para ella misma y dejó que su esposo gozara la celebración del Sabbat.
(Imagínese la capacidad de esa mujer para hacer eso, tratando de explicarle a su esposo dónde estaban sus hijos).
Cuando la celebración del sábado terminó, ella le preguntó a su esposo:
–¿Cuál debe ser la apropiada actitud de una persona a quien le han prestado dos joyas muy valiosas y el propietario de las joyas ha pedido que se las retorne?
El esposo respondió:
–Esa persona necesita regresarlas al propietario.
Entonces Bruria tomó a su esposo de la mano y lo llevó al cuarto donde yacían sus hijos muertos y le dijo:
–Dios nos ha solicitado que le retornemos las dos joyas que nos prestó.
Bruria enseñó de esa manera la lección transformadora de la vida. Todo lo que tenemos no sólo en un regalo, sino también un préstamo.
No somos señores de nada, somos siervos a quien el Señor les ha prestado todo.
“Todos daban gracias al Señor, y a una le cantaban esta alabanza: “Dios es bueno; su gran amor por Israel perdura para siempre”. Y todo el pueblo alabó con grandes aclamaciones al Señor, porque se habían echado los cimientos del templo”. Esdras 3:11
“Si juzgas que tienes pocos bienes para agradecer a Dios, agradécele al menos… los muchos males que no tienes en la vida”.
Autor Desconocido.


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