lunes, 14 de marzo de 2016

CONOZCA USTED A QUIEN LO HA SALVADO Y LLAMADO A TRAVÉS DE SU PALABRA.

UN VERDADERO CRISTIANO SIEMPRE ESTUDIA LA PALABRA DE DIOS.
LO IMPORTANTE DE LA PALABRA DE DIOS.
“Me regocijo en tu palabra como el que haya muchos despojos” - (Salmos 119:162).
¿Alguna vez se ha encontrado un billete en la calle? ¿Lo ha dejado allí? Usted seguramente lo recogió y tal vez preguntó a la gente a su alrededor si el billete les pertenecía; si nadie lo reclama, usted se regocija un poquito de haberlo encontrado, ¿verdad? Ahora, ¿qué sucede con su Biblia? Usted la ve sobre su escritorio y dice: “Oh, la Biblia es un libro maravilloso que contiene buenas cosas para mi vida.” Pero, ¿qué bien hace el que usted diga frases elogiosas sobre la Biblia? Un centavo de cobre y un medallón de puro oro tienen el mismo valor cuando sufren los efectos de la corrosión en el fondo del océano. Las promesas en la Palabra de Dios no tienen ningún valor, a menos que usted las busque profundamente y se apropie de ellas para su vida.
¿Alguna vez ha pensado en leer la Biblia en un año? ¡Hágalo!
CONOZCA USTED A QUIEN LO HA SALVADO Y LLAMADO.
“Quien nos SALVÓ y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos” - (2 Timoteo 1:9).
Usted conocerá la gloria y el honor que Dios ha preparado para usted, sólo cuando conozca a Jesús como su Salvador y Señor personal. El hombre fue coronado con gloria y cargado con culpa, pero puede ser cambiado por GRACIA. Cuando usted es SALVO, Dios no lo pone únicamente de regreso a lo que era antes de ser perdido. Usted ha ganado mucho más en Jesús que lo que perdió en Adán (su vieja naturaleza). Adán fue inocente. Ustedes positivamente justo. Adán podía perder su relación con Dios. Usted nunca podrá perder su relación con Dios. Ni siquiera los ángeles comprenden el extraordinario gozo de un PECADOR SALVADO por GRACIA. ¡Y lo mejor está aún por venir!
Separe un tiempo, ahora mismo, para meditar en por qué Dios le ha salvado. ¿Ha puesto Él en su corazón algún ministerio especial? ¿Le ha dado algunas amistades que necesitan conocer a Jesucristo? ¿Es usted creativo y puede utilizar sus dones testificando, evangelizando, o ministrando? Él le ha salvado para traer gloria para sí mismo.
DE GRACIAS AL PADRE CELESTIAL POR EL DÍA QUE JESUCRISTO TERMINÓ SU LABOR DE REDENCIÓN Y SE SENTÓ A LA DIESTRA.
“Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu” - (Juan 19:30).
En el Antiguo Testamento, el sacerdote entraba en el templo para ministrar, quemar incienso y ofrecer oraciones y sacrificios. Pero había una pieza del mobiliario que no estaba en el lugar Santísimo, y esa era la silla en la cual el sacerdote se sentaba. ¿Por qué? Porque su trabajo nunca se terminaba. No obstante, cuando Jesús inclinó su cabeza en la cruz y exclamó: “Consumado es”, terminó su labor de redención y se sentó a la diestra de Dios Padre. Las primeras palabras registradas del joven Jesús fueron: “¿No sabías que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?” (Lucas 2:49). Y sus últimas palabras en la cruz fueron: “Consumado es” (Juan 19:30). Él se quedó hasta terminar el trabajo encomendado por su Padre. Nada de lo que usted haga puede añadir nada a su trabajo cumplido. “Consumado es.” ¡Aleluya!
Adore a Dios cantando el himno “En el Monte Calvario”, letra de George Bennard.

















           
           


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