OBEDECER A
DIOS ES HACER LAS COSAS COMO ÉL MANDA QE SE HAGAN.
“Más esto
les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me
seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien”
(Jeremías 7:23).
EL SEÑOR NOS
DICE: HÁGALO ASÍ Y NOSOTROS DECIMOS, NO, ES ASÍ.
En 2 Reyes
5:10 leemos que Dios escogió sanar a Naamán, que era leproso, en una forma
única. Dios le dijo a Eliseo que le dijera a Naamán que se lavara sietes veces
en el Jordán, y que sería sanado. ¿Por qué siete veces? ¿Por qué no ocho veces,
o cinco veces? Porque el número siete es el número de la perfección en la
Biblia. Uno es el número de la unidad. Dos es el número de testimonio. Tres es
el número de la deidad. Cuatro es el número de la tierra. Seis es el número del
hombre. Cuando Dios le dijo a Naamán que se lavara siete veces, le estaba
diciendo: “Si quieres que te bendiga, no sólo debes obedecer, sino que debes
obedecer perfectamente.” Si usted quiere las bendiciones de Dios sobre su vida,
usted no puede sólo obedecer en parte. Debe obedecer perfectamente. ¿Qué
persona quiere un amigo que sea 20, 43 o 77 por ciento fiel? ¡Piénselo!
¿Por qué no
determina hoy que va a arreglar sus cuentas con Dios y va a permanecer fiel a
Dios? ¿Y qué va a dar pasos que lo guíen a una vida de obediencia?
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