viernes, 18 de marzo de 2016

NO ES HORA DE JUZGAR AL HERMANO, ES HORA DE REVISAR NUESTRA VIDA PRIMERO.

NO ES HORA DE JUZGAR AL HERMANO, ES HORA DE REVISAR NUESTRA VIDA PRIMERO.
“No juzguéis, para que no seáis juzgados” - (Mateo 7:1). ¿Qué cree usted que significa “la viga” en la pregunta que hizo Jesús: “¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?” (Mateo 7:3). ¿Cree usted que Jesús se refería a pecados tan horrendos como el adulterio o el asesinato? Si usted hubiera conocido a la multitud a la cual Jesús hablaba, sabría que éstas no eran las tentaciones con las cuales ellos luchaban. Verá, Él estaba hablando a los fariseos. “La viga” en sus ojos era su actitud hacia “la paja” que estaba en el ojo de su hermano. Eran arrogantes, orgullosos e hipócritas. Dios no quiera que nosotros nos volvamos como esos fanáticos religiosos que nada sabían de la amorosa humildad de nuestro Señor. Que Dios nos ayude a remover el aserrín de nuestros ojos antes de pensar jamás en juzgar a otros.
¿Quiere usted tener hacia los demás, la actitud de Cristo? Lea y obedezca Filipenses 2:1-16.

1 Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia,
2:2 completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa.
2:3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;
2:4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
2:5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
2:6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
2:7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
2:8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
2:9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
2:10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
2:11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
2:12 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,
2:13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
2:14 Haced todo sin murmuraciones y contiendas,
2:15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;
2:16 asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.





























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