EL PODER Y
LA GLORIA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO EL ES DIOS.
SEÑOR QUIERO
ANUNCIAR TU PODER Y TU GLORIA.
“Aun en la
vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, hasta que ANUNCIE tu PODER a la
posteridad, y tu POTENCIA a todos los que han de venir” (Salmo 71:18).
ANUNCIAR EL
PODER DE JESUCRISTO RESUCITADO.
Los primeros
cristianos “pusieron al mundo de cabeza”. Su RESPONSABILIDAD y la nuestra
actualmente es la misma: rescatar a los que perecen, cuidar de los
moribundos, ir a los desamparados y DECIRLES que JESÚS SALVA.
Una anécdota
cuenta de una pequeña niña que le dijo a su madre: “Mamá, ¿te acuerdas de ese
valioso jarrón que apreciamos mucho y que llegó a nuestra familia, pasando de
generación en generación?” La madre respondió: “Sí, claro que lo recuerdo.”
Entonces, la niña tímidamente confesó: “Bueno, esta generación lo dejó caer.”
Apreciado
(a) creyente, esta generación no puede dejar caer la fe. La FE de la cual
gozamos debe ser TRANSMITIDA de generación en generación. NO debemos dejar caer
esta invalorable herencia que Dios ha puesto en nuestras manos.
MIS
PRIORIDADES DEBEN SER: ANUNCIAR TU PODER Y TU GLORIA SEÑOR.
¿Qué es más
valioso para usted: sus posesiones o los más de dos billones de almas que no
conocen a Jesucristo? ¿En qué está usted invirtiendo sus talentos, riquezas y
tiempo? Pídale a Dios que le ayude a “morir para usted mismo” para que Él pueda
usarlo totalmente para su gloria.
JESUCRISTO
ES PODEROSO PARA SOCORRER A LOS
TENTADOS.
“Pues en
cuanto Él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son
tentados” (Hebreos 2:18).
Después que
Jesús fue bautizado por Juan el Bautista, “entonces fue llevado por el Espíritu
al desierto, para ser tentado por el diablo” (Mateo 4:1). Él no derrotó a
Satanás como Dios, sino como un hombre ungido por el poder de Dios. Él pudo
haber dicho: “Satanás, quiero que sepas que porque Yo soy Dios, voy a
aniquilarte en este momento .” Si Él hubiera ejercitado su poder como Dios,
entonces cuando nos pide que resistamos al diablo, bien podríamos decirle:
“¡Claro! Es fácil para Usted decirlo. Usted es Dios. No espere que yo haga lo
que Usted hizo.” Jesús no impone su rango sobre nosotros. Más bien, Dios ungió
a Jesús como hombre para hacer lo que nosotros –seres humanos- también podamos
hacer con su unción. Usted y yo tenemos lo que se necesita para enfrentar toda
tentación. Porque estamos en Cristo, y Cristo está en nosotros.
Descubra más
acerca de la humanidad de Jesucristo leyendo Hebreos 2:10-18 y 4:14 - 5:10.
EL PODER DE
CRISTO ACTÚA EN MIS DEBILIDADES.
“Y me ha dicho: Bástate mi GRACIA; porque mi
poder se PERFECCIONA en la DEBILIDAD. Por tanto, de buena gana me gloriaré más
bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” - (2
Corintios 12:9).
Cuando está
en angustia existen tres posibles formas de orar. Primero, puede orar que Dios
le dé un escape del dolor. Eso es normal, de hecho, así es como se mantienen
abiertas las farmacias. Segundo, puede orar que Dios le dé la energía para
sobrellevar el dolor. Y esa, asimismo, es una respuesta natural. Si no podemos
escapar el dolor, oramos poder sobrellevarlo. La tercera y última forma de orar
es pedirle a Dios que emplee nuestro dolor en nuestras vidas para nuestro bien
y su gloria. Si oramos escapar nuestro dolor, entonces vemos el dolor como
nuestro enemigo. Si oramos energía para sobrellevar el dolor, entonces el dolor
parece ser un amo. Pero si oramos que nuestro dolor sea empleado o utilizado,
lo vemos como nuestro siervo. Somos capaces de encontrar la gracia de Dios para
gloriarnos en nuestras debilidades, para que el poder de Dios sea manifestado
en nuestras vidas.
¿Está
sufriendo por algo que le sucedió? Órele a Dios que le dé fortaleza para
escoger emplear ese dolor para su bien y la gloria de Dios.
JESUCRISTO
ES EL PODEROSO QUE HA RESUCITADO DE LOS MUERTOS.
“Porque
somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que
como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros andemos en vida nueva” - (Romanos 6:4).
Cuando
Jesucristo murió, Él no sólo murió por nosotros, sino que nosotros también
morimos con Él. Quizás usted diga: “Bueno, ¿qué diferencia tiene que Él haya
muerto por mí o que yo haya muerto con Él? Es simplemente un juego de palabras.
”¡De ninguna manera! Cuando usted está muerto, la muerte no tiene dominio sobre
usted. No se puede matar a un hombre que ya está muerto. Supongamos un hombre
es ejecutado por cometer un crimen de pena de muerte, no obstante, de alguna
forma él resucita. ¿Cree que él puede ser arrestado nuevamente por su crimen?
Rotundamente no. Eso sería doble castigo. Él ya pagó la sentencia de su crimen.
Es necesario que usted entienda que cuando Jesús murió, usted murió, y ¡la ley
no posee más poder sobre usted! La sentencia de su pecado fue totalmente pagada
porque Él murió por usted. Usted murió con Él.
EN
JESUCRISTO TENEMOS VIDA ABUNDANTE.
Encuentre a
alguien hoy y cuéntele las mejores nuevas que jamás nunca se han contado. Jesús
recibió la ira de Dios. Él murió para que ella o él puedan vivir. ¡Vaya,
compártalo!
AL MARAVILLOSO
DIOS HAY QUE BUSCARLO COMO A UN TESORO ESCONDIDO POR MEDIO DE SU PALABRA.
Leer: Proverbios 2:1-5.
Busca la
inteligencia y el entendimiento] como si fueran plata, como si fueran tesoros
escondidos (Pr. 2:4).
Proverbios 2
nos alienta a esforzarnos por conocer mejor a Dios cultivando un corazón
atento. Cuando leemos la Biblia con detenimiento y nos dedicamos a memorizarla,
absorbemos más sus verdades (vv. 1-2). A veces, leer en voz alta nos ayuda a
escuchar y entender mejor la sabiduría de Dios. Y cuando oramos con las palabras
de la Escritura y le pedimos a Dios «inteligencia y prudencia» (v. 3),
disfrutamos de una conversación con el Autor.
Recordemos:
Llegamos a conocer a Dios y su sabiduría cuando indagamos con todo el corazón.
Y hallamos entendimiento cuando lo buscamos como si fuera un tesoro escondido.
SEÑOR, TUYO
ES EL REINO, EL PODER Y LA GLORIA.
“Y no nos
metas en tentación, más líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder,
y la gloria” - (Mateo 6:13).
SEÑOR, POR
FAVOR PROTÉGEME DEL MAL.
¿Por qué
piensa que repetitivamente acudimos a Dios para que nos perdone? Tal vez es
porque omitimos orar la otra parte del Padre Nuestro: “Y no nos metas en
tentación, más líbranos del mal.” Nos despertamos en la mañana y al finalizar
el día decimos: “Dios, perdóname. Fallé.” Y Él nos perdona. Sin embargo, ¿sabe
por qué fracasamos? Porque aprendimos a orar: “Señor, perdóname.” Pero, no
estamos clamando: “Señor, protégeme.” Usted no finaliza su día y ore: “El pan
nuestro de cada día, dánoslo hoy.” El día se ha acabado. Esta no es una oración
para finalizar el día, sino es una oración para iniciar su día. Señor,
protégeme.
Por favor
ore: “Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal; porque tuyo es el
reino, y el poder, y la gloria” (Mateo 6:13).
EL PODER DE
DIOS SE MANIFIESTA EN SUS PALABRAS.
“He aquí Yo
pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si
oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que Yo os prescribo hoy, y la
maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os
apartareis del camino que Yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que
no habéis conocido” - (Deuteronomio 11:26-28).
Dios pone
delante de usted, este día, una bendición y una maldición. ¿Qué es lo que
determina que usted reciba la bendición? Si usted obedece. ¿Qué es lo que
determina si usted recibe o no una maldición? Si usted desobedece. Existen seis
bendiciones que Dios quiere darle hoy a cambio de su obediencia: abundancia
(Isaías 1:19-20); paz (Jeremías 26:13); protección (Éxodo 23:22); poder (Hechos
5:32); pureza (1 Pedro 1:22) y percepción (Salmo 119:100). ¿Quiere que Jesús
sea real para usted, y no sea solamente alguien sobre quien ha leído algo?
Quizás usted quisiera algo más que “orar” a Él. Tal vez quisiera conversar con
Él y relacionarse con Él. Bien puede hacerlo.
Lea Juan
14:23. ¿Qué es lo que Jesús dijo que sería el resultado de su amor por Él? ¿Y
qué es lo que Dios ha prometido hacer, como resultado de su acción?
NUESTRO
PADRE CELESTIAL DERRAMÓ SU PODER SOBRE SU HIJO JESUCRISTO.
“Y estando
en la condición de hombre, se humilló a Sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y
le dio un nombre que es sobre todo nombre” (Filipenses 2:8-9).
En ocasiones
añadimos más a la humanidad de Jesús para probar que Él es Dios. Pero si usted
piensa que Jesús sólo tenía una máscara de hombre en vez de ser un verdadero
ser humano, entonces ha perdido una bendición. Verá, es la humanidad de Jesús
la que nos enseña cómo debemos vivir como creyentes en este mundo. ¿Y cómo
vivió Jesús? Él mismo dijo: “Porque el que me envió, conmigo está; no me ha
dejado solo el Padre, porque Yo hago siempre lo que le agrada” (Juan 8:29). Él
vivió en sujeción a su Padre. Y porque Él escogió someterse, Dios le dio
autoridad. Este es el principio para usted y para mí para la vida diaria. Nunca
tendremos autoridad, hasta que no estemos dispuestos a estar bajo autoridad. La
autoridad no se desarrolla por sí misma. Siempre proviene de una fuente más
alta de poder.
Escriba su
propia definición de la palabra “humildad”. ¿Sería eso una descripción de usted
mismo? Pídale a Dios que le ayude a tener la actitud de su Hijo.
SEÑOR, YO
CEDO MIS DERECHOS Y ME BASTA CON TU PODER.
“La lámpara
del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno
de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas”
(Lucas 11:34).
El pastor
Rogers tuvo momentos en su vida cuando se sintió que se enfriaba
espiritualmente, sintiendo que el poder se escapaba de su vida y que Jesucristo
no era tan real como solía ser. En momentos así, a solas en su estudio, él
comenzaba a devolverle a Dios las cosas que sutilmente había ido quitando del
altar: “Te entrego mi cuerpo físico y mi derecho a la vida. Te entrego mi
salud, mi fortaleza y mi habilidad de predicar. Te entrego mi reputación y mis
hijos, mis carros, mi ropa, mi casa.” Y cuando honesta, seria y sinceramente lo
entregaba todo a Él, el gozo retorna a su corazón y sentía que su relación con
Dios había sido restablecida.
Pregúntese a
usted mismo: “¿Amo a Dios hoy más de lo que le amaba ayer? ¿Estoy sediento de
su justicia, como un hombre muriéndose de sed? ¿Estoy dispuesto a ir y hacer
cualquier cosa que Él me pida que haga?” Si usted no puede contestar
positivamente a esas preguntas, necesita orar para que, por fe, pueda hacer lo
que Jesús le llama que haga en Mateo 16:24-2-5.
YO CEDO MI
ORGULLO Y JESUCRISTO TOMA EL CONTROL DE MI VIDA.
Hechos
16:31: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.”
Un creyente
no es una persona que sencillamente cree que Cristo murió por sus pecados. El
diablo cree eso. Un creyente es una persona que se ha arrepentido de sus
pecados y ha invitado a Cristo a entrar en su corazón como Salvador y Señor.
Usted puede creer intelectualmente que un avión puede volar, pero para poder
volar usted debe probar sus alas. De la misma forma, cuando usted entrega su
corazón al Señor Jesucristo, Él toma el control de su vida y comienza a hacerle
la persona que Él desea que usted sea. Su vida no necesita ser absolutamente
perfecta para que usted pueda ir al cielo. En el momento que recibe a Cristo
como su Salvador personal, usted está eternamente salvo, eternamente seguro y
Dios empieza a trabajar en usted.
¿No es
maravilloso saber que es salvo? Bien, esparza las Buenas Nuevas de esa seguridad
a su vecino hoy.
SOLO
NECESITAMOS EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO.
Filipenses
2:7: “Sino que se despojó a Sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante
a los hombres.”
El Señor
Jesús llegó a un pesebre por usted y por mí. Él voluntariamente se despojó de
las glorias y riquezas celestiales para nacer en un establo. Jesús se hizo
pobre para que usted pueda llegar a ser pudiente. Él vivió una vida de tan
absoluta pobreza que cuando era tiempo de pagar sus impuestos, tuvo que buscar
una moneda en la boca de un pescado. Cuando envió a sus discípulos al mundo les
mandó que no llevaran nada, sino sólo un bordón y el poder del Espíritu Santo
(Marcos 6.7-9). Se le dio muerte como un criminal ordinario para que nosotros
podamos vestir las túnicas reales. Hijo (a) de Dios, usted es opulento (a). Yo
soy rico. ¡Alabado sea su nombre!
Tenga con su
familia o amigos hoy un tiempo de edificación cristiana al leer Filipenses
2:6-11. A su vez, tome tiempo para alabar a Dios por su Hijo Jesucristo.
DIOS ES RICO
EN GLORIA Y PODER Y LA UTILIZA PARA USTED.
Filipenses
4:19: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en
gloria en Cristo Jesús.”
¿Qué es
aquello en su vida que no puede ser explicado a no ser por la presencia de Dios
en ésta? ¿Sabe que ésa es la única parte de usted que es creíble? Permítame
ilustrarla. Si su vecino puede explicar su vida, entonces usted es como él:
sólo que usted es religioso. Amigo (a), su vida como persona religiosa no va a convencer
a su vecino del poder de Dios. Sin embargo, cuando él vea a Dios proveyendo
para sus necesidades sobrenaturalmente, entonces, su vida será creíble.
¿Está su
vida radiando la luz de nuestro Señor a su vecindario? Invite a sus vecinos
para pasar una noche de compañerismo, y comparte con ellos las Buenas Nuevas del
divino nacimiento de Jesús.
DEBEMOS
DEJAR QUE DIOS EJERZA SU PODER EN NOSOTROS.
Aunque creas
que es muy difícil, tu Trabajo es CREER que Dios lo hará. Deja a Dios trabajar!
Diariamente
estamos pasando por circunstancias que nos hacen dudar y preocuparnos hasta
llegar a la angustia.
Y hay cosas
que por más que quieras solucionar o hacer, no está en tus manos la solución.
Ahí es
cuando debemos dejar a Dios trabajar y solamente confiar en que Él hará lo que
es mejor para ti y en el tiempo justo.
Así que,
esta noche, habla con Dios, entrégale todo eso que te preocupa y dile que Todo
lo deja en sus manos y que Crees que Él se encargará.
¿De verdad
quieres? Juan 14:1.
No se turbe vuestro corazón;
creed en Dios, creed también en
mí.
GRACIAS
SEÑOR POR SU PODER Y SU GLORIA.
Juan 12:24:
“De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y
muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.”
Usted puede
ver el tamaño de un creyente por lo que lo detiene. Hebreos 12:1 enseña que
nosotros debemos correr “con paciencia la carrera que tenemos por delante”. Y
esta palabra “paciencia” no se usa en el sentido que actualmente nosotros la
usamos. Ésta significa literalmente ‘perseverancia’. Todos sabemos que un
corredor va ganar o perder la carrera primordialmente por su perseverancia.
Usted no puede detenerse. Cuando siente dolor, no puede parar. Cuando siente
que sus pulmones arden, no puede parar. Cuando sus pies los sienten como plomo,
no puede parar. Cuando su costado le duele, ¡usted no puede detenerse! ¡Usted
nunca será un atleta espiritual si es un desertor! Ningún dolor. Ninguna
ganancia.
¡Dele
gracias a Dios por su poder que le equipa para poder correr la carrera y ganar
la corona del vencedor!
DIOS NOS DA
EL PODER PARA LLEVAR A CABO NUESTRA TAREA.
Segunda
Timoteo 4:7: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado
la fe.”
SOLO CON EL
PODER DE DIOS A NUESTRO FAVOR, PODEMOS LLEGAR A LA META.
Cuando Jesús
llegó al final de su vida dijo: “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado
la obra que me diste que hiciese” (Juan 17:4). Él se mantuvo en el camino. Lo
mismo hizo Pablo. Ellos lograron lo que Dios les había mandado hacer. Todo
hombre tiene una carrera que debe correr. Toda mujer tiene una carrera por
delante. Dios sabe el curso. Y todo lo que Dios demande de usted, Él le dará el
poder para llevarlo a cabo. Ya sea que usted tenga nueve o noventa años, sea
joven o viejo, rico o pobre: ¡Dios posee un plan para su vida! ¡Dios tiene una
carrera que quiere que usted corra!
¿Cuál es la
carrera que Dios ha puesto ante usted? Dele gracias a Dios por el poder que le
da para terminar la trayectoria.
SEÑOR,
NECESITO DE SU DISCIPLINA PARA PODER LLEGAR SEGURO.
Primera
Corintios 6:12: “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas
las cosas me son lícitas, más yo no me dejaré dominar de ninguna.”
Si usted
quiere ser un vencedor en la carrera que Dios tiene para usted, debe aprender
la disciplina de poner a un lado sus pesas. En muchas ocasiones, estas pesas
son cosas buenas en nuestras vidas. Con todo, las cosas buenas son malas cuando
éstas nos impiden hacer lo mejor. La vida sería simple si fuese una opción
entre lo bueno y lo malo. Sin embargo, generalmente, es una opción entre lo
bueno y lo mejor. Nuestro versículo enseña: “Todas las cosas me son lícitas,
mas no todas convienen.” Cuando medite en la palabra “convienen”, piense en una
expedición, puesto que usted va hacia algún lugar, y si algo le retrasa en su
caminar, es exceso de equipaje y usted necesita deshacerse de éste, puesto que
no conviene.
Pregúntele a
Dios: “¿Existen cosas lícitas, permisibles en mi vida que están impidiéndome
correr la carrera que me has dado?” Si el Señor le revela algo, pida disciplina
para poder hacerlas a un lado.
TODO YA ESTÁ
BAJO EL PODER DE JESUCRISTO, YA NO HAY NADA QUE ME PREOCUPE.
Juan 16:33:
“En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, Yo he vencido al mundo.”
La voluntad
de Dios nunca lo llevará donde la gracia de Dios no pueda mantenerlo. Su poder
está siempre presente en su vida como hijo de Él.
El pastor
Rogers en una ocasión mencionó: “Si yo hubiera podido estar en los días que
Jesús estuvo aquí en la carne, hubiera querido verle caminar sobre el mar y
calmar las olas. Puedo ver esa silueta real con el viento en su pelo, poniendo
sus pisadas sobre el mar, su ropa ondulando hacia atrás. Sonriéndole a la
tormenta.”
Cuando los
discípulos le vieron caminando sobre el agua, ¿cuál era su mayor problema? El
agua. Jesús, en síntesis, estaba diciéndoles: “Lo que parece que va a caer
sobre su cabeza, ya está bajo mis pies.”
¿Cuáles son
algunos problemas que están ahogándole en el miedo, en el desaliento, en la
tristeza hoy? Déselos a Jesús. Recuerde lo que está fuera de sus manos ya está
bajo los pies de Cristo.
AHORA HA
VENIDO: LA SALVACIÓN, EL PODER, Y EL REINO DE NUESTRO DIOS, Y LA AUTORIDAD DE SU CRISTO.
Apocalipsis 12:10: “Entonces oí una gran voz
en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de
nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el
acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y
noche.”
Usted será
un creyente miserable si no aprende la diferencia entre la convicción del
Espíritu Santo y la acusación satánica. Cuando el Espíritu Santo pone en su
corazón la convicción de un pecado, Él no le hará simplemente sentirse mal. Él
pondrá su dedo en la llaga y presionará. Él le dará convicción de algo
específico y lo declarará culpable legítimamente. Ahora bien, si el diablo no
lo declara culpable en general de todos sus pecados, él intentará acusarlo de
un pecado específico del cual usted ya ha sido perdonado. Satanás lucha una
batalla perdida porque si usted depositó su pecado bajo la sangre de Jesucristo
y éste surge de nuevo, no es Dios quien lo sacó a la luz.
SU PODER
MANIFESTADO A TODOS.
¿Está usted
bajo convicción o acusación hoy de un pecado sin confesar? Lea Apocalipsis
12:9-11. Clame que la sangre poderosa de Jesús cubra su pecado. ¡Arrepiéntase y
crea!
12:9 Y fue
lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y
Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus
ángeles fueron arrojados con él.
12:10
Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación,
el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha
sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante
de nuestro Dios día y noche.
12:11 Y
ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del
testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.
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