jueves, 10 de marzo de 2016

EL PODER Y LA GLORIA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. EL ES DIOS.

EL PODER Y LA GLORIA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO EL ES DIOS.
SEÑOR QUIERO ANUNCIAR TU PODER Y TU GLORIA.
“Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, hasta que ANUNCIE tu PODER a la posteridad, y tu POTENCIA a todos los que han de venir” (Salmo 71:18).
ANUNCIAR EL PODER DE JESUCRISTO RESUCITADO.
Los primeros cristianos “pusieron al mundo de cabeza”. Su RESPONSABILIDAD y la nuestra actualmente es la misma: rescatar a los que perecen, cuidar de los moribundos, ir a los desamparados y DECIRLES que JESÚS SALVA.
Una anécdota cuenta de una pequeña niña que le dijo a su madre: “Mamá, ¿te acuerdas de ese valioso jarrón que apreciamos mucho y que llegó a nuestra familia, pasando de generación en generación?” La madre respondió: “Sí, claro que lo recuerdo.” Entonces, la niña tímidamente confesó: “Bueno, esta generación lo dejó caer.”
Apreciado (a) creyente, esta generación no puede dejar caer la fe. La FE de la cual gozamos debe ser TRANSMITIDA de generación en generación. NO debemos dejar caer esta invalorable herencia que Dios ha puesto en nuestras manos.
MIS PRIORIDADES DEBEN SER: ANUNCIAR TU PODER Y TU GLORIA SEÑOR.
¿Qué es más valioso para usted: sus posesiones o los más de dos billones de almas que no conocen a Jesucristo? ¿En qué está usted invirtiendo sus talentos, riquezas y tiempo? Pídale a Dios que le ayude a “morir para usted mismo” para que Él pueda usarlo totalmente para su gloria.
JESUCRISTO ES PODEROSO PARA  SOCORRER A LOS TENTADOS.
“Pues en cuanto Él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados” (Hebreos 2:18).
Después que Jesús fue bautizado por Juan el Bautista, “entonces fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo” (Mateo 4:1). Él no derrotó a Satanás como Dios, sino como un hombre ungido por el poder de Dios. Él pudo haber dicho: “Satanás, quiero que sepas que porque Yo soy Dios, voy a aniquilarte en este momento .” Si Él hubiera ejercitado su poder como Dios, entonces cuando nos pide que resistamos al diablo, bien podríamos decirle: “¡Claro! Es fácil para Usted decirlo. Usted es Dios. No espere que yo haga lo que Usted hizo.” Jesús no impone su rango sobre nosotros. Más bien, Dios ungió a Jesús como hombre para hacer lo que nosotros –seres humanos- también podamos hacer con su unción. Usted y yo tenemos lo que se necesita para enfrentar toda tentación. Porque estamos en Cristo, y Cristo está en nosotros.
Descubra más acerca de la humanidad de Jesucristo leyendo Hebreos 2:10-18 y 4:14 - 5:10.
EL PODER DE CRISTO ACTÚA EN MIS DEBILIDADES.
 “Y me ha dicho: Bástate mi GRACIA; porque mi poder se PERFECCIONA en la DEBILIDAD. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” - (2 Corintios 12:9).
Cuando está en angustia existen tres posibles formas de orar. Primero, puede orar que Dios le dé un escape del dolor. Eso es normal, de hecho, así es como se mantienen abiertas las farmacias. Segundo, puede orar que Dios le dé la energía para sobrellevar el dolor. Y esa, asimismo, es una respuesta natural. Si no podemos escapar el dolor, oramos poder sobrellevarlo. La tercera y última forma de orar es pedirle a Dios que emplee nuestro dolor en nuestras vidas para nuestro bien y su gloria. Si oramos escapar nuestro dolor, entonces vemos el dolor como nuestro enemigo. Si oramos energía para sobrellevar el dolor, entonces el dolor parece ser un amo. Pero si oramos que nuestro dolor sea empleado o utilizado, lo vemos como nuestro siervo. Somos capaces de encontrar la gracia de Dios para gloriarnos en nuestras debilidades, para que el poder de Dios sea manifestado en nuestras vidas.
¿Está sufriendo por algo que le sucedió? Órele a Dios que le dé fortaleza para escoger emplear ese dolor para su bien y la gloria de Dios.
JESUCRISTO ES EL PODEROSO QUE HA RESUCITADO DE LOS MUERTOS.
“Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva” - (Romanos 6:4).
Cuando Jesucristo murió, Él no sólo murió por nosotros, sino que nosotros también morimos con Él. Quizás usted diga: “Bueno, ¿qué diferencia tiene que Él haya muerto por mí o que yo haya muerto con Él? Es simplemente un juego de palabras. ”¡De ninguna manera! Cuando usted está muerto, la muerte no tiene dominio sobre usted. No se puede matar a un hombre que ya está muerto. Supongamos un hombre es ejecutado por cometer un crimen de pena de muerte, no obstante, de alguna forma él resucita. ¿Cree que él puede ser arrestado nuevamente por su crimen? Rotundamente no. Eso sería doble castigo. Él ya pagó la sentencia de su crimen. Es necesario que usted entienda que cuando Jesús murió, usted murió, y ¡la ley no posee más poder sobre usted! La sentencia de su pecado fue totalmente pagada porque Él murió por usted. Usted murió con Él.
EN JESUCRISTO TENEMOS VIDA ABUNDANTE.
Encuentre a alguien hoy y cuéntele las mejores nuevas que jamás nunca se han contado. Jesús recibió la ira de Dios. Él murió para que ella o él puedan vivir. ¡Vaya, compártalo!
AL MARAVILLOSO DIOS HAY QUE BUSCARLO COMO A UN TESORO ESCONDIDO POR MEDIO DE SU PALABRA. Leer: Proverbios 2:1-5.
Busca la inteligencia y el entendimiento] como si fueran plata, como si fueran tesoros escondidos (Pr. 2:4).
Proverbios 2 nos alienta a esforzarnos por conocer mejor a Dios cultivando un corazón atento. Cuando leemos la Biblia con detenimiento y nos dedicamos a memorizarla, absorbemos más sus verdades (vv. 1-2). A veces, leer en voz alta nos ayuda a escuchar y entender mejor la sabiduría de Dios. Y cuando oramos con las palabras de la Escritura y le pedimos a Dios «inteligencia y prudencia» (v. 3), disfrutamos de una conversación con el Autor.
Recordemos: Llegamos a conocer a Dios y su sabiduría cuando indagamos con todo el corazón. Y hallamos entendimiento cuando lo buscamos como si fuera un tesoro escondido.
SEÑOR, TUYO ES EL REINO, EL PODER Y LA GLORIA.
“Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria” - (Mateo 6:13).
SEÑOR, POR FAVOR PROTÉGEME DEL MAL.
¿Por qué piensa que repetitivamente acudimos a Dios para que nos perdone? Tal vez es porque omitimos orar la otra parte del Padre Nuestro: “Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal.” Nos despertamos en la mañana y al finalizar el día decimos: “Dios, perdóname. Fallé.” Y Él nos perdona. Sin embargo, ¿sabe por qué fracasamos? Porque aprendimos a orar: “Señor, perdóname.” Pero, no estamos clamando: “Señor, protégeme.” Usted no finaliza su día y ore: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.” El día se ha acabado. Esta no es una oración para finalizar el día, sino es una oración para iniciar su día. Señor, protégeme.
Por favor ore: “Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria” (Mateo 6:13).
EL PODER DE DIOS SE MANIFIESTA EN SUS PALABRAS.
“He aquí Yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que Yo os prescribo hoy, y la maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os apartareis del camino que Yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido” - (Deuteronomio 11:26-28).
Dios pone delante de usted, este día, una bendición y una maldición. ¿Qué es lo que determina que usted reciba la bendición? Si usted obedece. ¿Qué es lo que determina si usted recibe o no una maldición? Si usted desobedece. Existen seis bendiciones que Dios quiere darle hoy a cambio de su obediencia: abundancia (Isaías 1:19-20); paz (Jeremías 26:13); protección (Éxodo 23:22); poder (Hechos 5:32); pureza (1 Pedro 1:22) y percepción (Salmo 119:100). ¿Quiere que Jesús sea real para usted, y no sea solamente alguien sobre quien ha leído algo? Quizás usted quisiera algo más que “orar” a Él. Tal vez quisiera conversar con Él y relacionarse con Él. Bien puede hacerlo.
Lea Juan 14:23. ¿Qué es lo que Jesús dijo que sería el resultado de su amor por Él? ¿Y qué es lo que Dios ha prometido hacer, como resultado de su acción?
NUESTRO PADRE CELESTIAL DERRAMÓ SU PODER SOBRE SU HIJO JESUCRISTO.
“Y estando en la condición de hombre, se humilló a Sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre” (Filipenses 2:8-9).
En ocasiones añadimos más a la humanidad de Jesús para probar que Él es Dios. Pero si usted piensa que Jesús sólo tenía una máscara de hombre en vez de ser un verdadero ser humano, entonces ha perdido una bendición. Verá, es la humanidad de Jesús la que nos enseña cómo debemos vivir como creyentes en este mundo. ¿Y cómo vivió Jesús? Él mismo dijo: “Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque Yo hago siempre lo que le agrada” (Juan 8:29). Él vivió en sujeción a su Padre. Y porque Él escogió someterse, Dios le dio autoridad. Este es el principio para usted y para mí para la vida diaria. Nunca tendremos autoridad, hasta que no estemos dispuestos a estar bajo autoridad. La autoridad no se desarrolla por sí misma. Siempre proviene de una fuente más alta de poder.
Escriba su propia definición de la palabra “humildad”. ¿Sería eso una descripción de usted mismo? Pídale a Dios que le ayude a tener la actitud de su Hijo.
SEÑOR, YO CEDO MIS DERECHOS Y ME BASTA CON TU PODER.
“La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas” (Lucas 11:34).
El pastor Rogers tuvo momentos en su vida cuando se sintió que se enfriaba espiritualmente, sintiendo que el poder se escapaba de su vida y que Jesucristo no era tan real como solía ser. En momentos así, a solas en su estudio, él comenzaba a devolverle a Dios las cosas que sutilmente había ido quitando del altar: “Te entrego mi cuerpo físico y mi derecho a la vida. Te entrego mi salud, mi fortaleza y mi habilidad de predicar. Te entrego mi reputación y mis hijos, mis carros, mi ropa, mi casa.” Y cuando honesta, seria y sinceramente lo entregaba todo a Él, el gozo retorna a su corazón y sentía que su relación con Dios había sido restablecida.
Pregúntese a usted mismo: “¿Amo a Dios hoy más de lo que le amaba ayer? ¿Estoy sediento de su justicia, como un hombre muriéndose de sed? ¿Estoy dispuesto a ir y hacer cualquier cosa que Él me pida que haga?” Si usted no puede contestar positivamente a esas preguntas, necesita orar para que, por fe, pueda hacer lo que Jesús le llama que haga en Mateo 16:24-2-5.
YO CEDO MI ORGULLO Y JESUCRISTO TOMA EL CONTROL DE MI VIDA.
Hechos 16:31: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.”
Un creyente no es una persona que sencillamente cree que Cristo murió por sus pecados. El diablo cree eso. Un creyente es una persona que se ha arrepentido de sus pecados y ha invitado a Cristo a entrar en su corazón como Salvador y Señor. Usted puede creer intelectualmente que un avión puede volar, pero para poder volar usted debe probar sus alas. De la misma forma, cuando usted entrega su corazón al Señor Jesucristo, Él toma el control de su vida y comienza a hacerle la persona que Él desea que usted sea. Su vida no necesita ser absolutamente perfecta para que usted pueda ir al cielo. En el momento que recibe a Cristo como su Salvador personal, usted está eternamente salvo, eternamente seguro y Dios empieza a trabajar en usted.
¿No es maravilloso saber que es salvo? Bien, esparza las Buenas Nuevas de esa seguridad a su vecino hoy.
SOLO NECESITAMOS EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO.
Filipenses 2:7: “Sino que se despojó a Sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres.”
El Señor Jesús llegó a un pesebre por usted y por mí. Él voluntariamente se despojó de las glorias y riquezas celestiales para nacer en un establo. Jesús se hizo pobre para que usted pueda llegar a ser pudiente. Él vivió una vida de tan absoluta pobreza que cuando era tiempo de pagar sus impuestos, tuvo que buscar una moneda en la boca de un pescado. Cuando envió a sus discípulos al mundo les mandó que no llevaran nada, sino sólo un bordón y el poder del Espíritu Santo (Marcos 6.7-9). Se le dio muerte como un criminal ordinario para que nosotros podamos vestir las túnicas reales. Hijo (a) de Dios, usted es opulento (a). Yo soy rico. ¡Alabado sea su nombre!
Tenga con su familia o amigos hoy un tiempo de edificación cristiana al leer Filipenses 2:6-11. A su vez, tome tiempo para alabar a Dios por su Hijo Jesucristo.
DIOS ES RICO EN GLORIA Y PODER Y LA UTILIZA PARA USTED.
Filipenses 4:19: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.”
¿Qué es aquello en su vida que no puede ser explicado a no ser por la presencia de Dios en ésta? ¿Sabe que ésa es la única parte de usted que es creíble? Permítame ilustrarla. Si su vecino puede explicar su vida, entonces usted es como él: sólo que usted es religioso. Amigo (a), su vida como persona religiosa no va a convencer a su vecino del poder de Dios. Sin embargo, cuando él vea a Dios proveyendo para sus necesidades sobrenaturalmente, entonces, su vida será creíble.
¿Está su vida radiando la luz de nuestro Señor a su vecindario? Invite a sus vecinos para pasar una noche de compañerismo, y comparte con ellos las Buenas Nuevas del divino nacimiento de Jesús.
DEBEMOS DEJAR QUE DIOS EJERZA SU PODER EN NOSOTROS.
Aunque creas que es muy difícil, tu Trabajo es CREER que Dios lo hará. Deja a Dios trabajar!
Diariamente estamos pasando por circunstancias que nos hacen dudar y preocuparnos hasta llegar a la angustia.
Y hay cosas que por más que quieras solucionar o hacer, no está en tus manos la solución.
Ahí es cuando debemos dejar a Dios trabajar y solamente confiar en que Él hará lo que es mejor para ti y en el tiempo justo.
Así que, esta noche, habla con Dios, entrégale todo eso que te preocupa y dile que Todo lo deja en sus manos y que Crees que Él se encargará.
¿De verdad quieres? Juan 14:1. No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí.
GRACIAS SEÑOR POR SU PODER Y SU GLORIA.
Juan 12:24: “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.”
Usted puede ver el tamaño de un creyente por lo que lo detiene. Hebreos 12:1 enseña que nosotros debemos correr “con paciencia la carrera que tenemos por delante”. Y esta palabra “paciencia” no se usa en el sentido que actualmente nosotros la usamos. Ésta significa literalmente ‘perseverancia’. Todos sabemos que un corredor va ganar o perder la carrera primordialmente por su perseverancia. Usted no puede detenerse. Cuando siente dolor, no puede parar. Cuando siente que sus pulmones arden, no puede parar. Cuando sus pies los sienten como plomo, no puede parar. Cuando su costado le duele, ¡usted no puede detenerse! ¡Usted nunca será un atleta espiritual si es un desertor! Ningún dolor. Ninguna ganancia.
¡Dele gracias a Dios por su poder que le equipa para poder correr la carrera y ganar la corona del vencedor!
DIOS NOS DA EL PODER PARA LLEVAR A CABO NUESTRA TAREA.
Segunda Timoteo 4:7: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.”
SOLO CON EL PODER DE DIOS A NUESTRO FAVOR, PODEMOS LLEGAR A LA META.
Cuando Jesús llegó al final de su vida dijo: “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese” (Juan 17:4). Él se mantuvo en el camino. Lo mismo hizo Pablo. Ellos lograron lo que Dios les había mandado hacer. Todo hombre tiene una carrera que debe correr. Toda mujer tiene una carrera por delante. Dios sabe el curso. Y todo lo que Dios demande de usted, Él le dará el poder para llevarlo a cabo. Ya sea que usted tenga nueve o noventa años, sea joven o viejo, rico o pobre: ¡Dios posee un plan para su vida! ¡Dios tiene una carrera que quiere que usted corra!
¿Cuál es la carrera que Dios ha puesto ante usted? Dele gracias a Dios por el poder que le da para terminar la trayectoria.
SEÑOR, NECESITO DE SU DISCIPLINA PARA PODER LLEGAR SEGURO.
Primera Corintios 6:12: “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, más yo no me dejaré dominar de ninguna.”
Si usted quiere ser un vencedor en la carrera que Dios tiene para usted, debe aprender la disciplina de poner a un lado sus pesas. En muchas ocasiones, estas pesas son cosas buenas en nuestras vidas. Con todo, las cosas buenas son malas cuando éstas nos impiden hacer lo mejor. La vida sería simple si fuese una opción entre lo bueno y lo malo. Sin embargo, generalmente, es una opción entre lo bueno y lo mejor. Nuestro versículo enseña: “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen.” Cuando medite en la palabra “convienen”, piense en una expedición, puesto que usted va hacia algún lugar, y si algo le retrasa en su caminar, es exceso de equipaje y usted necesita deshacerse de éste, puesto que no conviene.
Pregúntele a Dios: “¿Existen cosas lícitas, permisibles en mi vida que están impidiéndome correr la carrera que me has dado?” Si el Señor le revela algo, pida disciplina para poder hacerlas a un lado.
TODO YA ESTÁ BAJO EL PODER DE JESUCRISTO, YA NO HAY NADA QUE ME PREOCUPE.
Juan 16:33: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, Yo he vencido al mundo.”
La voluntad de Dios nunca lo llevará donde la gracia de Dios no pueda mantenerlo. Su poder está siempre presente en su vida como hijo de Él.
El pastor Rogers en una ocasión mencionó: “Si yo hubiera podido estar en los días que Jesús estuvo aquí en la carne, hubiera querido verle caminar sobre el mar y calmar las olas. Puedo ver esa silueta real con el viento en su pelo, poniendo sus pisadas sobre el mar, su ropa ondulando hacia atrás. Sonriéndole a la tormenta.”
Cuando los discípulos le vieron caminando sobre el agua, ¿cuál era su mayor problema? El agua. Jesús, en síntesis, estaba diciéndoles: “Lo que parece que va a caer sobre su cabeza, ya está bajo mis pies.”
¿Cuáles son algunos problemas que están ahogándole en el miedo, en el desaliento, en la tristeza hoy? Déselos a Jesús. Recuerde lo que está fuera de sus manos ya está bajo los pies de Cristo.
AHORA HA VENIDO: LA SALVACIÓN, EL PODER, Y EL REINO DE NUESTRO DIOS, Y LA  AUTORIDAD DE SU CRISTO.
 Apocalipsis 12:10: “Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.”
Usted será un creyente miserable si no aprende la diferencia entre la convicción del Espíritu Santo y la acusación satánica. Cuando el Espíritu Santo pone en su corazón la convicción de un pecado, Él no le hará simplemente sentirse mal. Él pondrá su dedo en la llaga y presionará. Él le dará convicción de algo específico y lo declarará culpable legítimamente. Ahora bien, si el diablo no lo declara culpable en general de todos sus pecados, él intentará acusarlo de un pecado específico del cual usted ya ha sido perdonado. Satanás lucha una batalla perdida porque si usted depositó su pecado bajo la sangre de Jesucristo y éste surge de nuevo, no es Dios quien lo sacó a la luz.
SU PODER MANIFESTADO A TODOS.
¿Está usted bajo convicción o acusación hoy de un pecado sin confesar? Lea Apocalipsis 12:9-11. Clame que la sangre poderosa de Jesús cubra su pecado. ¡Arrepiéntase y crea!
12:9 Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
12:10 Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
12:11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.


No hay comentarios:

Publicar un comentario