RECUERDE QUE
TENEMOS UN ENEMIGO; EL SEÑOR LO REPRENDA.
“Porque no
tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades,
contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes” - (Efesios 6:12).
En ocasiones
tenemos un enfrentamiento con alguien y queremos discutir con esa persona, en
vez de atacar al diablo que causó el problema, en primer lugar. Quiera Dios que
tengamos la capacidad de ver que nuestra pelea no es contra sangre y carne ―aún
en sentido global― sino que nuestra batalla es con Satanás. Si no vemos eso,
vamos a perder la guerra, en un sentido personal y en un sentido global. No
estamos diciendo que nuestra nación no debe estar preparada y lista cuando
enfrentamos a un enemigo real, pero no podemos matar una idea con una bala. Lo
único que matará una idea o filosofía, es una idea mejor: el Evangelio de
salvación de Jesucristo. Martín Lutero escribió: “Y aunque este mundo, colmado
de demonios, amenazaran destruirnos. No temeremos, porque la voluntad de Dios
es que su verdad triunfe a través de nosotros: El príncipe de las tinieblas
hostiga, no nos atemorizamos por él; su furia podemos soportar, puesto que, su
condena es segura, una palabrita le aniquilará.”
Adore a Dios
cantando el himno: “Castillo fuerte es nuestro Dios”, de Martín Lutero.
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