JEHOVÁ EL
SEÑOR DIOS TODOPODEROSO ES LA SALVACIÓN.
Una
introducción al libro de Josué y al libro de Efesios 1: 3.
El versículo
clave en el libro de Josué, lo encontramos en el capítulo 1, el versículo 3 que
dice: “Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare
la planta de vuestro pie.”
1. Israel debía entrar y tomar posesión de la
tierra.
2. Claro que
había que librar batallas.
3. Habría
conflicto y conquista.
4. Debían
apoderarse del enemigo y destruirlo.
Ahora, estas
cosas no pueden decirse en cuanto al cielo.
El cielo es:
1. Un regalo
de la gracia de Dios.
2. El cielo
no es un lugar de conflicto y conquista.
3. Por eso,
la posesión de la tierra prometida no puede representar al cielo.
El libro de Josué realmente se puede comparar
más bien con el libro de Efesios en el Nuevo Testamento.
1. Usted y
yo que hemos sido redimidos,
2. Somos
bendecidos “con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en
Cristo,” como nos dice el apóstol Pablo en su carta a los Efesios, capítulo 1,
versículo 3. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos
bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,
3. Tenemos
que tomar posesión de estas bendiciones.
El libro de
Josué es profético de Israel y típico de la Iglesia. Israel recibió el título
de propiedad de la tierra, como lo menciona el profeta Jeremías. También el
profeta Ezequiel se refiere a esto. El conflicto y la conquista van juntos con
la posesión de la tierra.
La palabra
clave en este libro de Josué, es la palabra:
1. posesión.
2. La
palabra clave no es victoria.
3. ¡Dios
gana la victoria! Israel recibe liberación y posesión.
Ahora, la pertenencia de Israel era
incondicional. La posesión de Israel era condicional. Por tanto, al cristiano
hoy en día, le es dado el título de propiedad de las bendiciones espirituales,
como vimos ya en Efesios capítulo 1, versículo 3.
La posesión y la experiencia práctica de esas
bendiciones, depende del conflicto y de la conquista. Estas nunca se logran por
la energía de la carne, sino mediante el poder del Espíritu Santo obrando en la
vida del creyente que se la entregue totalmente.
Editado de
las Notas y Bosquejos de Josué, por el Dr. J. Vernon McGee
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