miércoles, 4 de julio de 2018

DIOS QUIERE PERDONAR NUESTROS PECADOS Y SANAR NUESTRA TIERRA.


DIOS QUIERE PERDONAR NUESTROS PECADOS Y SANAR NUESTRA TIERRA.
“¿No volverás a darnos vida, para que tu pueblo se regocije en Ti? Muéstranos, oh Jehová, tu misericordia, y danos tu salvación” (Salmos 85:6-7).
Cuando el pastor Rogers era un Boy Scout, realizó con un amigo una caminata de siete millas, para ganar un distintivo, y decidieron acampar al aire libre. Armaron su tienda de campaña, encendieron una fogata, cocinaron su cena y luego se acostaron a dormir. Despertaron al día siguiente, encendieron la fogata, prepararon el desayuno, y luego salieron a explorar el bosque. Cuando regresaron a su campamento el bosque estaba en llamas. Soplaba un fuerte viento, y pensaron que nunca apagarían el fuego.
¿Alguna vez ha pensado acerca del fuego que descendió en el día de Pentecostés? La Biblia dice que hubo un estruendo como de un viento recio que esparció su llama (Hechos 2:2).
Permítame hacer una pregunta: ¿El país va a ser quemado por el fuego de la rebelión o por el fuego del avivamiento? ¡Cómo oramos a Dios para que cause que un poderoso viento de avivamiento cubra la nación! Si eso sucede o no, está en las manos, corazones, mentes, voluntades, oraciones, ambiciones y aspiraciones de los creyentes.
Ore por su país. Por aquellos que hacen y ponen en vigencia las leyes que nos gobiernan. Ore por los predicadores de la Palabra de Dios. Ore por todos los que se llaman creyentes. Ore por los perdidos. Ore la oración de 2 Crónicas 7:14: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces Yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”
Clame a Dios que salve. Pida a Dios que humille a su pueblo donde necesitemos ser humillados, a fin de que Su gloria sea conocida.
DIOS NOS HA NOMBRADO COMO SUS EMBAJADORES PARA LA RECONCILIACIÓN DEL MUNDO CON ÉL.
“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios” (2 Corintios 5:20).
¿Hay, agitándose en su corazón, un espíritu de REBELDÍA? A lo mejor usted ni siquiera lo reconoce. Pero si lo hace, le rogamos que haga algo al respecto, ahora mismo. Pídale a Dios que le LIMPIE de su deseo de REBELDÍA. Que desarraigue toda rebeldía en usted, puesto que Él no la quitará hasta que usted renuncie a ella. Es su decisión. Clame a Dios que le perdone por las necias y descuidadas palabras que ha pronunciado. Ruegue que le quite ese espíritu de rebeldía contra las autoridades. Pídale que le enseñe cómo amorosamente respetar a las personas cuando están equivocadas.
Amigo (a), una de dos: o usted corona a Cristo, o lo crucifica. ¿Está usted con Jesús hoy, o está en su contra?
¿Hay alguien que le ha hecho daño, y usted busca vengarse? ¿Tiene la necesidad de que sus “derechos” sean exaltados sobre otros? Lea y aplique la verdad de Filipenses 2:3-11. 2:3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;
2:4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
2:5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
2:6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
2:7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
2:8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
2:9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
2:10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
2:11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

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