martes, 17 de julio de 2018

NUESTRA MIRADA DEBE ESTAR PUESTA EN JESUCRISTO EL SEÑOR SALVADOR Y DIOS


NUESTRA MIRADA DEBE ESTAR PUESTA EN JESUCRISTO EL SEÑOR SALVADOR Y DIOS.
Hebreos 12:2: “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”
¿Qué significa poner sus ojos en Jesús para que Él supla todas sus necesidades?
Significa varios aspectos:
1. Bueno, supongamos que José, le presta dinero a un amigo y luego éste se da cuenta que no puede pagárselo.
2. José, quien anda detrás de él, le informa: “Si no puedes pagarme me veré forzado a quitarte tu propiedad.”
3. Entonces, el endeudado va a donde otro amigo, Víctor, y le cuenta su apremiante situación y le suplica ayuda.
4. Víctor le afirma: “Yo me encargo de todo.” En otras palabras: “No te preocupes, déjamelo a mí.”
5. De igual forma cuando la Biblia nos exhorta a poner nuestros ojos en Cristo Jesús, significa que debemos recurrir a Él cualquiera sea su necesidad.
¿Está alguien dependiendo de usted para suplir sus necesidades? ¿Está usted, por lo tanto, poniendo sus ojos en Dios para poder hacerlo o lo está tratando de llevar acabo solo?
NO HAY MÁS QUIEN SALVE, SÓLO JESUCRISTO.
“Yo, Yo Jehová, y fuera de Mí no hay quien salve” (Isaías 43:11).
Se requiere más del poder de Dios para salvar a una alma a través de la cruz de Cristo, que lo que se requiere para cualquier otra cosa.
Dios no tuvo ninguna dificultad creando el universo. La Biblia nos dice que Él habló, ¡y sucedió! Pero cuando Dios escribió la historia de la salvación, tuvo grandes dificultades.
En una ocasión el pastor Rogers dijo: “¿Qué si yo realizo un servicio y tengo el poder de enderezar las piernas de los inválidos, o de devolver la vista a los ciegos? ¡En el próximo servicio no habría dónde poner a la gente! Ahora, por cierto que deseo que Dios sane a las personas, pero déjeme decirle algo más. ¿Qué, si después de que predique un mensaje, una niñita pasa al frente para decir que Dios le ha salvado? ¡Ese es un milagro mayor que abrir los ojos de los ciegos, porque el Hijo de Dios tuvo que colgar en una cruz, en agonía y derramar Su sangre, para comprar la salvación de esa pequeña!”
Jesús no vino como un gran sanador o profesor. ¡Él vino como Salvador!
¿Cómo usted definiría lo que sucede cuando Dios salva a una persona? ¿Podría ponerlo en palabras? Pídale a Dios que le muestre, en Su Palabra, lo que significa la salvación, y luego trate de explicarlo con sus propias palabras. Y compártalo con alguien más esta semana.
CON JESUCRISTO NUESTRO SALVADOR, ANDAMOS EN VIDA NUEVA.
“Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva” (Romanos 6:4).
Cuando Jesucristo murió, Él no sólo murió por nosotros, sino que nosotros también morimos con Él. Quizás usted diga: “Bueno, ¿qué diferencia tiene que Él haya muerto por mí o que yo haya muerto con Él? Es simplemente un juego de palabras. ”¡De ninguna manera! Cuando usted está muerto, la muerte no tiene dominio sobre usted. No se puede matar a un hombre que ya está muerto. Supongamos un hombre es ejecutado por cometer un crimen de pena de muerte, no obstante, de alguna forma él resucita. ¿Cree que él puede ser arrestado nuevamente por su crimen? Rotundamente no. Eso sería doble castigo. Él ya pagó la sentencia de su crimen. Es necesario que usted entienda que cuando Jesús murió, usted murió, y ¡la ley no posee más poder sobre usted! La sentencia de su pecado fue totalmente pagada porque Él murió por usted. Usted murió con Él.
Encuentre a alguien hoy y cuéntele las mejores nuevas que jamás nunca se han contado. Jesús recibió la ira de Dios. Él murió para que ella o él puedan vivir. ¡Vaya, compártalo!
UNA VIDA NUEVA ES UNA VIDA TRANSFORMADA POR DIOS.
“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de Aquel que nos llamó por su gloria y excelencia” (2 Pedro 1:3).
Un violinista salió al escenario del teatro, una noche, y puso el arco sobre las cuerdas del violín. En medio de un profundo silencio por parte del público, el violinista ejecutó la más gloriosa música que la audiencia había jamás escuchado. Cuando finalizó, toda la audiencia se puso de pie y le brindó una prolongada ovación. No obstante, lo que sucedió inmediatamente después, dejó a todos sin palabras. El violinista rompió el violín en mil pedazos, golpeándolo contra el atril, y sonriendo, dijo a los asombrados espectadores: “Damas y caballeros, no se preocupen. Este fue un violín de sólo $3.50 dólares. No es tanto el violín lo que hace la música, sino el hombre que maneja el arco.” Lo poco es mucho cuando Dios está en ello. Dios puede tomar una vida que puede compararse a un violín de $3.50 dólares, y transformarla en una pieza maestra.
Personalice el versículo de nuestra meditación de hoy. Luego, memorícelo y deje que esa Verdad transforme su vida y la de su familia, amigos y vecinos.
EL PLAN COMPLETO DE DIOS PARA SUS HIJOS.
“Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó” (Romanos 8:30).
El Dr. Scofield, editor de la Biblia que lleva su nombre, dice que:
 1. “Predestinación es el ejercicio efectivo de la voluntad de Dios, por lo cual las cosas determinadas de antemano por Él, se hacen realidad.”
2. Significa que si Dios dice que está determinado a hacer algo, Él lo hará. La sabiduría de Dios es soberana.
3. ¿Qué es lo que Dios predestinó? “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo” (Romanos 8:29), quien es el primogénito. Dios tuvo un Hijo, único, y dijo:
 4. “Quiero más hijos como Él.” Consecuentemente Dios está redimiendo toda una raza de gente, para que todos puedan llegar a ser conforme a la imagen del Hijo de Dios.
5. Si usted es salvo, está predestinado a ser como Jesús. Dios conoció que usted recibiría a Jesús como su Señor y Salvador, por lo que dijo: “Confirmado. Tú serás un día como mi Hijo, Jesús.”
AHORA ESTÁ MI RESPUESTA COMO HIJO DE DIOS.
¡Alabe a Dios que le conoció a usted desde antes, y que le predestinó para que sea como su Hijo, y que le ha llamado, le ha justificado y le ha glorificado! Jesús dijo: “¡Consumado es!” ¡Aleluya! ¡Alabe al Cordero que fue inmolado!
AHORA TAMBIÉN DEBEMOS PREPARARNOS PARA SER OBEDIENTES AL SEÑOR Y A RECIBIR SU DISCIPLINA CUANDO NO ABEDECEMOS.
“APRENDAMOS LA LECCIÓN”.
“y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo”. - Hebreos 12: 5-6.
La disciplina no es algo que nos agrade, es más nunca nos imaginamos que Dios nos va a disciplinar en las formas en que lo hace, pero teniendo en cuenta que aún nos faltan tantas cosas por corregir, podemos estar seguros que recibiremos los azotes del Señor.
Yo sé que al igual que yo, usted se ha encontrado en muchas oportunidades orando a Dios para que le cambie, para que transforme su vida y haga de usted la persona que El desea. Dios escucha nuestra oraciones y más cuando esas oraciones están buscando su perfecta voluntad, Él sabe que áreas de nuestra vida deben se pulidas y que aspectos de nuestra personalidad necesitan corrección, así que no se hace esperar y de una vez da inicio a su transformación.
Pero la corrección no es fácil, la corrección viene con llanto, dolor y en muchos casos aun vergüenza. Pero sin disciplina no llegaríamos a ser lo que Dios que desea, sin disciplina sencillamente no hay aprendizaje.
Sin embargo lo más crucial de la disciplina, aparte de quien nos corrige y la forma en que lo hace, es la actitud con que la recibimos, cualquier padre puede confirmar que el hijo a quien se le corrige y toma una actitud grosera o altanera, en vano fue la corrección. Dios va a corregirnos y de seguro nos va a dolor, pero la forma en que tomemos esa disciplina va a definir si la corrección tomo su efecto en nosotros o si al contrario el problema se hizo aún mayor.
Cuando Dios venga con su disciplina, no te molestes, no grites, no renuncies y dejes todo tirado, de ser así, su disciplina no cumplió su propósito. Cuando llegue la hora de sentir el azote que aunque doloroso es con amor, respira, espera, ora y agradece a Dios que es en su gran misericordia que el Dios del universo se acuerda de seres tan pequeños y se preocupa por ellos.
Señor y Dios, ayúdanos a identificar tu disciplina para aceptarla con humildad y sencillez de corazón, a entender que solo aquellos que se dejan corregir son útiles en tus manos y que nuestra actitud es clave en este proceso.
CVC La Voz.

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