miércoles, 18 de julio de 2018

ES TIEMPO DE CORRER LA CARRERA Y HACERLO EN FORMA LEGÍTIMA.


ES TIEMPO DE CORRER LA CARRERA Y HACERLO EN FORMA LEGÍTIMA.
¡Ay de mí ahora! Y ¡Ay de ti también!
LA HISTORIA DEL PROFETA BARUC Y DEL APÓSTOL PABLO.
Baruc vivió hace más o menos 25 siglos. Era escriba, dicho de otro modo era secretario de importantes personajes.
Baruc era un fiel creyente. Por esta razón estaba apegado a Jeremías, el gran profeta en Jerusalén y le servía.
Pero la época era sombría; Jeremías anunciaba que Jerusalén iba a ser destruida por sus enemigos. El pueblo rehusaba creerle y no soportaba a causa de sus mensajes amenazadores. También perseguía a Baruc, pues este los escribía y los leía públicamente.
Entonces Baruc empezó a quejarse de su suerte diciendo: ¡Ay de mí ahora! por que ha añadido el Señor tristeza a mi dolor; fatigado estoy de gemir, y no he hallado descanso” Jeremías 45:3. Por cierto supongo que él hubiera preferido escribir mensajes de victoria y de paz.
En su amor Dios contesto a su siervo desanimado: “Ves Baruc, esta ciudad va a ser destruida, entonces no busques grandezas para ti; te daré tu vida por botín en todos los lugares a donde fueres”  ver.5.
Tal vez estas insatisfecho con lo que tienes? No te lamentes por la posición que en este momento ocupas, ahuyenta este estado de espíritu, deja de suponer que el Señor es injusto contigo. El está a tu lado en todo y tiene maravillas preparadas para ti ahora. No te sientas incomprendido o perseguido pues verá por ti. Como lo hizo con Baruc te dio el regalo de la vida porque sabe que puedes con ella.
Cuando Jesús era incomprendido, rechazado, sabia alabar al Padre por todas sus decisiones. ¡Solo imítalo¡
Pablo vivió hace unos 20 siglos y escribió:
“Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.” - Hechos 20:24.
“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis” (1 Corintios 9:24).
El pastor Rogers corrió su carrera. Asimismo Dios le ha dado a usted una carrera para correr. Cada persona corre su propia carrera. No estamos compitiendo unos contra otros para alcanzar la corona del vencedor. Estamos juntos en un peregrinaje. No tratamos de ir delante del otro. ¡Y estas son buenas noticias! Dios tiene un plan para su vida con particulares límites de velocidad, desvíos, y vallas que cruzar. Y usted tiene que permanecer en esta carrera hasta que la termine. Pero no está solo. Aunque no estamos en la misma carrera, estamos en mismo  viaje juntos, para animarnos mutuamente para ganar. ¡Y deseamos que usted gane la corona de la victoria hoy¡ ¡Corra, mi amigo (a), corra!
Pídale a Dios que cubra sus pies con la preparación que proviene del evangelio de la paz (ver Efesios 6:15), para que pueda correr la carrera con confianza. Ruéguele a Dios que dirija sus pasos para ir a lugares en donde pueda declarar el plan de salvación de Dios (vea Romanos 10:14-17).). 10:14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?
10:15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!
10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
 Y agradezca a Dios por la corona que le espera al final de la carrera, debido a Su poder en su vida.
“Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:14).
Los atletas corredores se entrenan enfocados en una sola cosa: la meta final. Tienen un deseo, y no van a dejar que lo que sucede en las tribunas o graderíos, o quienes están detrás de ellos, los distraigan. Pablo tenía el mismo sentir. Él también creía que usted no puede ganar una carrera mirando sobre sus hombros hacia la izquierda o hacia la derecha. Usted  no puede ver lo que está adelante, si es que tiene las luces de su carro en el parachoques trasero. Pablo se olvidó de su gloria pasada, de sus errores pasados, de sus sinsabores del pasado. Pablo se rehusó a dejar que su pasado le impidiera alcanzar la meta. ¿Qué es lo que usted está haciendo en su carrera por alcanzar el premio de un caminar más íntimo con Dios?
Quedan sólo unos pocos meses más en este año. Tome algunos minutos en los siguientes días para analizar cómo usted está corriendo la carrera este año. ¿Qué cambios quisiera usted hacer el próximo año, para desarrollar mejor su carrera?
CORRER, TRABAJAR, LUCHAR, DESGASTARNOS Y HASTA DAR NUESTRAS VIDAS POR EL EVANGELIO.
Juan 12:24: “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.”
Usted puede ver el tamaño de un creyente por lo que lo detiene. Hebreos 12:1 enseña que nosotros debemos correr “con paciencia la carrera que tenemos por delante”. Y esta palabra “paciencia” no se usa en el sentido que actualmente nosotros la usamos. Ésta significa literalmente ‘perseverancia’. Todos sabemos que un corredor va ganar o perder la carrera primordialmente por su perseverancia. Usted no puede detenerse. Cuando siente dolor, no puede parar. Cuando siente que sus pulmones arden, no puede parar. Cuando sus pies los sienten como plomo, no puede parar. Cuando su costado le duele, ¡usted no puede detenerse! ¡Usted nunca será un atleta espiritual si es un desertor! Ningún dolor. Ninguna ganancia.
¡Dele gracias a Dios por su poder que le equipa para poder correr la carrera y ganar la corona del vencedor!
SE TRATA DE SUPER HUMANOS, NO EN NUESTRAS FUERZAS, SINO EN LAS DE DIOS.
"Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24).
¿Alguna vez ha visto una competencia de triatlón? Un programa televisivo presentó una que involucraba 2.4 millas de natación, 112 millas de ciclismo y 26.2 millas corriendo. Una joven mujer lideraba el grupo, pero de pronto, sólo a unos pocos metros de la línea de llegada, ella se cayó. Sus piernas parecían fideos. Esta atleta trató de ponerse de pie y caminar, pero cayó otra vez. Ella terminó la carrera en agonía; literalmente se arrastró hasta la línea de llegada, pero no llegó en primer lugar. Si estos hombres y mujeres se entregan a esta agotadora y dura prueba atlética para ganar una corona corruptible, Dios no quiere que nosotros seamos menos que los fuertes y espirituales atletas que Dios nos llamó a ser. Estamos hablando de muerte y vida, cielo e infierno, y la gloria de Dios.
¿Cómo le va en la carrera? ¿Es usted lo suficientemente fiel para correr, aunque las cosas se pongan difíciles? ¿Se unirá a Pablo diciendo Filipenses 3:13-14? 3:13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
3:14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
 Pida a Dios que le haga fuerte y fiel hasta el fin.
AL FINAL PODEMOS DECIR COMO LO DIJO JESUCRISTO Y COMO LO DIJO EL APÓSTOL PABLO.
Segunda Timoteo 4:7: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.”
¿Cuál es la carrera que Dios ha puesto ante usted? Dele gracias a Dios por el poder que le da para terminar la trayectoria.
LA CARRERA SE PUEDE GANAR, SÓLO SI SU MIRADA ESTÁ PUESTA EN JESÚS.
“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:2).
 ¿Qué significa que Jesús es el “autor y consumador” de nuestra fe?
1. La palabra griega para autor es “archegos”, y quiere decir que Él es el Capitán, el Líder, el Príncipe de nuestra fe.
2. La palabra griega para consumador es “teleiotes”, y significa que Él es quien “completa” nuestra fe.
3. Jesús pagó el precio, para que usted pudiera ser salvo.
 ¿Quiere saber cómo correr la carrera? Jesús es su ejemplo.
 4. Fije sus ojos en Él. Él es el Salvador que no sólo le enseña cómo correr la carrera, sino que entra en usted por medio del Espíritu Santo, y corre la carrera a través de usted.
5. ¡Alabado sea Dios, porque nunca estamos solos!
Adore a Dios en oración y alabanza porque no sólo es el autor de su fe al otorgársela como un regalo no merecido, sino que también es el consumador de su fe al asegurar su salvación en la sangre expiatoria de su Hijo.
ÉL EMPEZÓ EN USTED UNA OBRA Y LA TERMINARÁ, ESTÉ SEGURO.
“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).

 Y agradezca a Dios por la corona que le espera al final de la carrera, debido a Su poder en su vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario