lunes, 30 de julio de 2018

UNA OBEDIENCIA INMEDIATA Y UNA FE GENUINA HONRAN A DIOS.


UNA OBEDIENCIA  INMEDIATA  Y UNA FE GENUINA HONRAN A DIOS.
“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros” - (1 Samuel 15:22).
El gozo y la obediencia están intrínsecamente juntos. Cuando usted aprende a obedecer al Señor, usted tendrá el gozo del Señor. Es como John Sammis lo dice en su himno: “Confiar y obedecer, no hay ningún otro camino. Para ser felices con Jesús, hay que confiar y obedecer.” Confianza y obediencia son las dos manos que sostienen las promesas de Dios. Son los dos pies que le mantienen caminando en el camino del Rey. Son los oídos que le capacitan para escuchar la verdad de la Palabra de Dios. ¿Quiere usted experimentar el dulce gozo y contentamiento que Pablo tuvo en lo profundo de una prisión romana, o que Corrie Ten Boom tuvo en los oscuros confines de un campo de concentración nazi? Entonces, confíe y obedezca.
Pienso que no hay otro himno mejor que el del señor Sammis: “Confiar y Obedecer.” Eso es lo que José y María hicieron, Pablo, Pedro y lo que usted y yo debemos hacer. ¡Confiar y Obedecer!
¿Cuándo USTED PIDE ALGO, QUIERE QUE LE OBEDEZCAN?
“Porque Yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos, porque Yo soy Santo” (Levítico 11:45).
¿Es usted un padre, o una madre? Entonces probablemente le ha pedido a sus hijos que hagan algo, y ellos han preguntado: “¿Por qué?” Y, ¿cómo respondió usted? “Porque yo te lo mando. ¡Punto!” Yo creo que hay momentos cuando los padres quieren que sus hijos hagan algo, y necesitan explicarles sus razones. Es importante enseñarles PRINCIPIOS para VIVIR, en vez de solamente órdenes y reglas. No obstante, en ocasiones los hijos no son capaces de entender, así que la respuesta que ya mencioné es una que simplemente comunica autoridad paternal. Levítico es un libro lleno de leyes que nadie entendía lógicamente. Y sin embargo, ¿se detuvo Dios para explicar la ley? No. Él sencillamente dijo: “Yo soy el Señor, tu Dios.” Él está por encima de nuestra necesidad de explicaciones, y merece nuestra total obediencia.
Dios es Santo, y desea que usted sea Santo, entonces, Obedezca y punto.
Medite en la SANTIDAD de Dios, leyendo los Salmos 47 y 111.
LA OBEDIENCIA QUE PRODUCE GRANDES MILAGROS.
“Más esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien” (Jeremías 7:23).
En 2 Reyes 5:10 leemos que Dios escogió sanar a Naamán, que era leproso, en una forma única. Dios le dijo a Eliseo que le dijera a Naamán que se lavara sietes veces en el Jordán, y que sería sanado. ¿Por qué siete veces? ¿Por qué no ocho veces, o cinco veces? Porque el número siete es el número de la perfección en la Biblia. Uno es el número de la unidad. Dos es el número de testimonio. Tres es el número de la deidad. Cuatro es el número de la tierra. Seis es el número del hombre. Cuando Dios le dijo a Naamán que se lavara siete veces, le estaba diciendo: “Si quieres que te bendiga, no sólo debes obedecer, sino que debes obedecer perfectamente.” Si usted quiere las bendiciones de Dios sobre su vida, usted no puede sólo obedecer en parte. Debe obedecer perfectamente. ¿Qué persona quiere un amigo que sea 20, 43 o 77 por ciento fiel? ¡Piénselo!
¿Por qué no determina hoy que va a arreglar sus cuentas con Dios y va a permanecer fiel a Dios? ¿Y qué va a dar pasos que lo guíen a una vida de obediencia?
OBEDIENCIA SIN REPROCHES Y SIN MURMURACIONES.
“Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo” (Filipenses 2:14-15).
¿Sabe cuál es el problema, con muchos de nosotros, cuando obedecemos a Dios? Murmuramos acerca del asunto mientras lo efectuamos. Y Dios toma nota de esa clase de actitud, porque “obediencia a medias” no es obediencia de ninguna manera. Recuerde: Dios mira el corazón, no la obra (vea 1 Samuel 16:7). ¿Sabe por qué murmuramos? Porque hemos desviado nuestros ojos del Calvario. Jesús no murmuró en su camino hacia la cruz. No lo hizo. ¿Agradece usted a Dios por las pérdidas en su vida? ¿O sólo lo hace cuando hay ganancias? ¿Cuándo se siente más cerca de Dios: durante las pruebas o durante los tiempos de calma?
OBEDIENCIA Y FE Y AGRADECIENDO.
“Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” (Efesios 5:20).
SI USTED LE HA CREÍDO A DIOS, ENTONCES, ¿POR QUÉ NO OBEDECERLE?
“En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a Él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a Él serviréis, y a Él seguiréis” (Deuteronomio 13:4).
Cuando leemos un mandamiento en la Biblia, sea que lo entendamos o no, debemos obedecerlo. La Biblia no es principalmente un libro que debe ser explicado; más bien es un libro que debe ser creído y obedecido. Cuántas veces nosotros queremos decirle a Dios cómo Él debe hacer las cosas. Puedo imaginarme a esos primeros apóstoles cuando por primera vez conocieron a Pablo, perseguidor de los creyentes. Esos bien intencionados creyentes podían haber estado orando a Dios para que elimine a Pablo. Pero, ¿qué es lo que Dios hizo? ¡Le dio a Pablo una nueva vida! ¿No se alegra usted de que así lo haya hecho? Amigo, no substituya razonamiento humano por obediencia.
Lea Isaías55:8-9. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
55:9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
 Y Proverbios3:5-6. Fíate de Jehová de todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propia prudencia.
3:6 Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas.
 Busque el perdón de Dios si es que usted está confiando en su propia manera de hacer las cosas, en lugar de hacerlas a Su manera. Pídale fortaleza para confiar por completo en Él.
DEBEMOS OBEDECER A DIOS Y A NUESTROS AMOS TERRENALES.
“Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios” (Colosenses 3:22).
¿Trabaja usted para una persona difícil? “¡Sí! Es un esclavizador, avaro e intimidador. ”Bueno, veamos lo que la Biblia dice acerca de los “esclavizadores”:
“Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar” (1 Pedro 2:18). “¿Me quiere decir que debo someterme a ese diablo en dos piernas?” ¡Exactamente! Y no sólo someterse, sino también “servirle”. Usted puede acallar las voces de la crítica y traer a esa persona a Jesucristo, cuando practica la más poderosa fuerza sobre la faz de la tierra: sometimiento por medio de la obediencia.
Pídale a Dios que le dé un espíritu de sumisión hacia las autoridades en su vida. Ruéguele que le dé la fortaleza para hacer “lo imposible”, levantarse por sobre las circunstancias, y refleje en su vida y sus acciones, su Espíritu de confianza y obediencia.
SUMISIÓN EN OBEDIENCIA Y OBEDEDIENCIA EN AMOR.
Primera Juan 5:3: “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.”
La sumisión es un término que ha sido lamentablemente distorsionado porque hay hombres que han usado esta palabra como un arma para lastimar a sus esposas en lugar de usarla como una herramienta para construir su hogar. Cuando Dios le dice a la esposa que se someta a su esposo, Él a su vez le manda al esposo amar a su esposa. (Efesios 5:22-25). Cuando Dios le dice a los hijos que obedezcan a sus padres, Él también instruye a los padres a “no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6:4). Cuando el Señor le manda que se someta a Él, es por su bien (Santiago 4:7). Jesús es la cabeza de la iglesia y Él nos dirige por amor. Igualmente debería serlo en el hogar.
Dialogue el principio de la sumisión con su familia y amigos esta semana. Compare el contraste entre lo que el mundo dice que significa la sumisión, y lo que Dios anhela de nosotros.

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