¿ESTÁ USTED
LISTO PARA HACER DEFENSA DE SU FE ANTE EL MUNDO?
“Sino
santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados
para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande
razón de la esperanza que hay en vosotros” (1 Pedro 3:15).
Esté listo a
dar una respuesta razonada cuando alguien le pregunta acerca de su fe. En el
Seminario, esto se llama Apologética El término “Apología” procede de una
palabra griega que significa ‘defensa’, como al defenderse ante una corte.
¿Puede usted
defender su fe? No es sólo suficiente “demostrar” su fe; usted debe también
“defender” su fe. Si usted está con alguien que se está muriendo, y esa persona
le pide que comparta su fe con él, o ella, ¿podría hacerlo? Necesita estar
listo. Necesita ser razonable. Necesita estudiar la Palabra de Dios y saber lo
que dice acerca de la salvación, el pecado, el cielo y el infierno. ¿Está usted
listo? Si no lo está, prepárese hoy mismo. No hay mejor tiempo.
¿Sabe usted
por qué cree? ¿Sabe qué cree? Si no, entonces es tiempo de invertir seriamente,
cada día, en el estudio de la Palabra de Dios, y pedirle que le muestre la
verdad. Pídale a Dios que envíe a un creyente maduro en la fe que pueda discipularle,
y comprométase a una vida de amor a Dios y de compartir Su verdad con otros. Es
la razón por la que está aquí en la tierra.
¿QUÉ
RESPUESTA TIENE USTED PARA AQUELLOS QUE DICEN NO CREER EN DIOS?
El salmo 53:1,
dice: 53:1 Dice el necio
en su corazón: No hay Dios.
Se han
corrompido, e hicieron abominable maldad;
No hay quien
haga bien.
“El Espíritu
mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” Romanos 8:1.
Recientemente puse en mi página de
“Facebook”: “la mayor tragedia no es la muerte, pero, si es la vida sin Jesús.”
Tuve bastantes respuestas, todas de
aspecto positivo excepto una. Un hombre que no conozco respondió que
aunque él una vez fue un monje y leyó la
Biblia muchas veces, él no cree que alguien pueda saber con seguridad si Dios
existe o que Él siente amor por nosotros.
Esa es una
de las declaraciones más tristes que he oído alguna vez, aunque él no sea
ciertamente el primero en expresarlo. Pero al minuto que lo leí comencé a orar
por este hombre “oídos para oír” y un
corazón para responder a la firme y
pequeña voz de Dios, cortejando y llamándolo al corazón del Padre. La
mejor postura de este hombre era que él dejara de hablar y sólo escuchara para
ver si lo que yo dije sobre Dios es verdadero. Por supuesto, creo que nuestro
fiel Señor le mostrará que si lo es.
¿No es eso
una cosa asombrosa que alguien que una vez leyó las Escrituras con regularidad
y había dedicado aparentemente su vida a Dios pueda apartarse de esa experiencia sin saber si Dios existe o no? Y aun
así la Biblia está clara que sin el Espíritu de Dios que mora dentro de nosotros es imposible conocer a
Dios íntimamente o entender algo de lo que Él dice.
Por eso este
versículo en Romanos 8 es tan importante. ¿Una vez que hemos recibido a Cristo
como el Salvador y Su Espíritu ha venido a morar en nosotros, cómo podemos
alguna vez dudar de Su existencia o Su amor por nosotros? Él vive dentro de
nosotros, y Él continuamente nos asegura que le pertenecemos. Somos Sus hijos,
y Él nunca nos dejará o abandonará. Sin
tener en cuenta lo que pasa alrededor de nosotros, que dificultades
encontramos o sufrimientos que soportamos, SABEMOS que SABEMOS que Dios es
verdadero, Él nos ama, y le pertenecemos a Él para siempre. No hay nada que
alguien pueda decir o hacer para convencernos de otra forma.
Pero tan
seguramente como sabemos que estas cosas son verdaderas, aquellos que no tienen
el Espíritu de Dios morando en ellos no pueden saberlo o entenderlo. No podemos
luchar o argumentar con alguien para que
ellos vengan al Reino, pero podemos orar para que Dios se revele a ellos para
que también ellos puedan invitar al Espíritu de Dios a venir y morar dentro de
ellos. Cuando ellos lo hacen, toda la duda se quitará y será lavada
por el aseguramiento bendito que ellos le pertenecen a Él - para siempre
y siempre.
Oren
junto conmigo por Konrad y tantos otros
como él, ¿lo harán? Sólo el Espíritu de Dios puede traer la paz y el aseguramiento
que ellos necesitan para saber más allá de la duda que ellos nunca más
experimentarán la mayor tragedia de todas – la vida sin Jesús.
Autora. Kathi
Macías.
Desde El Corazón
Del Padre.
ES TIEMPO DE
HABLAR AL MUNDO DEL DIOS TODOPODEROSO.
EL SOBERANO
DIOS ES JEHOVÁ BENDITO POR LOS SIGLOS.
“Porque yo
sé que Jehová es grande; y el Señor nuestro mayor que todos los dioses. Todo lo
que Jehová quiere, lo hace. En los cielos y en la tierra, en todos los mares y
en todos los abismos” (Sal. 135:5-6).
Dios es
soberano en la vida del creyente ¡Que gloriosa bendición! “Con todo, yo siempre
estuve contigo; me tomaste de la mano derecha; me has guiado según tu consejo,
y después me recibirás en gloria ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera
de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi corazón desfallecen; más la roca
de mi corazón y mi porción es Dios para siempre” (Sal. 73:23-26).
Controla nuestra vida y conduce todo para
nuestro bien (Ro. 8:28).
Las dificultades más grandes y las pruebas más
profundas están bajo Su soberanía. No nos salvó para el sufrimiento, de modo
que cuando éste se produce es con el propósito de fortalecer nuestra fe. Nos
conduce por sendas estrechas para que aprendamos a depender de Él. La razón de
no entender el porqué de las cosas obedece a nuestra limitación: “Porque mis
pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos,
dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos
más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros
pensamientos” (Is. 56:8-9).
La soberanía
produce cambios en la oración. Debemos orar sabiendo que nuestras peticiones,
por grandes que sean, son nada para Él y que nada es imposible a Su soberanía
(Lc. 1:37). Debo llevarle mis cargas y entender que cuanto pueda estar pasando
no escapa del conocimiento de mi Dios y se produce dentro de Su soberanía.
La mejor oración en medio del conflicto son
las palabras del Señor: “Si, Padre, porque así te agradó” (Mt. 11:26). Descansa
ahora, alma mía, en Su soberanía y sigue el camino con los ojos puestos en Él.
Autor Pastor Samuel Pérez Millos.
RECUERDA QUE
TU MAYOR TESTIMONIO A LOS NO CREYENTES, ES EL AMOR.
“Y ante
todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de
pecados” (1 Pedro 4:8).
¿Por qué es
importante el amor?
1. Primero, porque el amor es la más grande
virtud. Primera Corintios 13:3 dice que el amor está por encima de la fe y la
esperanza.
2. Segundo,
porque el amor es el más grande mandamiento. Jesús dijo: “Amarás al Señor tu
Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo
22:37).
3. Tercero, porque el amor es el más grande
testimonio. ¿Qué es lo que realmente va a hacer que su comunidad despierte y
crea que su iglesia es, en verdad, la iglesia del Señor Jesucristo? ¿El tamaño
del edificio? ¿Lo bien mantenidos que están los jardines y el césped? ¿El gran
aviso en la calle?
4. ¡No! Será
la manera en que ama a Dios y demuestra amor por los demás. Nada puede motivar
a un pecador perdido, como el sentir el verdadero amor de Jesucristo.
5. Haga un
compromiso con Dios ahora mismo: que usted le amará a Él con todo su corazón,
con toda su alma, con toda su mente y con todas sus fuerzas, y que amará a su
prójimo como a usted mismo. Cualquier cosa menos que eso, es pecado. Pídale su
fortaleza para realizarlo.
NO ESPERE HASTA
MAÑANA, LO QUE PUEDAS HACER HOY.
LLÉVELO A
UNA DECISIÓN DE FE, HOY MISMO.
“No te
jactes del día de mañana; porque no sabes qué dará de sí el día” (Proverbios
27:1).
Leí una
investigación realizada por el psicólogo William Morris, quien informa que el
94% de las 3.000 personas que entrevistó, estaban “soportando el día de hoy”, a
fin de poder llegar “a mañana”. ¿Conoce usted a alguien así? Tal vez usted
mismo es una de esas personas. Mañana saldrá de vacaciones. Mañana limpiará y
arreglará la casa. Mañana comenzará una nueva dieta. Mañana va a poner al día
su chequera. ¡Mañana, mañana, mañana! “Mañana busco a Dios” .El único problema
es que el mañana nunca llega, porque cuando llega, entonces es hoy. Y hoy es el
mañana que le preocupó ayer. ¡Siempre es hoy!
¿Qué es lo
que le tiene preocupado hoy? Es tiempo de pedir perdón a Dios, y entregarle sus
preocupaciones. Él está más que listo para manejarlas. La preocupación es el
cubrir con las nubes de mañana, el brillante sol de hoy. ¡No lo haga!
“CUATRO
COSAS QUE DIOS QUIERE QUE TU SEPAS”
1. QUE TU
NECESITAS SER SALVO.
Respondió
Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo,
no puede ver el reino de Dios. Jn 3: 3.
Si bien
todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de
inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos
llevaron como viento. Is 64: 6.
2. QUE TÚ NO
PUEDE SALVARTE A TI MISMO.
Porque
cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace
culpable de todos. Stg 2: 10. Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre, sino por mí. Jn 14: 6. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo,
dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Hechos 4: 12.
3. DIOS HA
PROVISTO PARA TU SALVACIÓN.
Todos
nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas
Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Is 53:6.
Al que no
conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos
justicia de Dios en él.2Cor 5: 21. Porque también Cristo padeció una sola vez
por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la
verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; 1Pe 3:18.
4. TÚ PUEDES
TOMAR LA DECISIÓN HOY.
Si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados,
y limpiarnos de toda maldad. 1:10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su
palabra no está en nosotros.1Jn 1:9-10.
Y este es el
testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. 1Jn
5: 11.
DIOS SIEMPRE
ESTÁ DISPONIBLE PARA NOSOTROS.
He aquí, yo
estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él,
y cenaré con él, y él conmigo. 3:21 Al que venciere, le daré que se siente
conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su
trono. Ap 3: 20-21.
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