DIOS UTILIZÓ
DOS GRANDES TESTIGOS DELANTE DE NOSOTROS:
1. A LOS CIELOS.
2. A LA TIERRA.
DIOS PUSO DOS COSAS DELANTE DE NOSOTROS:
1. LA VIDA: LA BENDICIÓN.
2. LA MUERTE: LA MALDICIÓN.
¿CUÁL ESCOGERÁS TÚ?
“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra
vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la
maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia” -
(Deuteronomio 30:19).
En una ocasión el pastor Adrián Rogers testificaba a una
jovencita en la Florida. Él le preguntó
si quería recibir a Jesús como su Señor y Salvador. Se le llenaron los ojos de
lágrimas, y dijo: “Yo no veo cómo… No… No puedo hacerlo hoy.” Él le explicó:
“¿No se da cuenta que si no lo recibe, lo que hará es negarlo?” Ella contestó:
“Oh, yo no lo negaría por nada.” El Pastor añadió: “Pero con Él no hay cosas a
media.” Aun así, ella rehusó aceptarle. Entonces, él insistió: “Antes de que se
vaya, ¿estrecharía mi mano?” Ella contestó: “Bueno… Seguro.” Él prosiguió: “Si
acepta a Cristo como su Salvador, estreche mi mano derecha. Si escoge el
infierno y rechaza a Cristo, tome mi mano izquierda.” Ella rehusó ambas manos.
Cada persona tiene una opción. No hay territorio neutral.
Una de dos: o usted corona a Jesús como Señor de su vida o no
lo hace. ¿Qué hará usted, mi amigo? ¡Coronadle con muchas coronas! Y si eso le
motiva a alabarle, entonces alábele con el himno: “A Cristo coronad.”
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