JESUCRISTO
ES LA CUERDA QUE NOS SALVA CUANDO EL RÍO DE LA VIDA SE DESBORDA.
CUANDO EL
RÍO SE DESBORDA.
Por el
Hermano Pablo.
El cielo se
encapotó sobre Tijuana, México. Las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer.
Era una tormenta que venía desde el sur, originada en el Pacífico. En pocas
horas cayeron 120 milímetros de agua.
El río
Tijuana, por lo general tranquilo y de poca agua, se convirtió en un torrente
arrollador. Doce personas murieron en el torrente. Un vecino dijo, llorando
ante las cámaras de televisión: «Lo he perdido todo: mi casa, mis muebles, mi
camión. El río se lo llevó todo.»
¡Qué
terrible es la fuerza de un río que se desborda! Esto ocurre en ríos de valles
estrechos, cuyas aguas nacen entre montañas. La lluvia que se descarga
torrencialmente en el embudo de las montañas corre por el estrecho canal con
fuerza arrolladora. Sobrepasando la capacidad del río, el agua se desborda e
invade campos y terrenos, casas y pueblos, causando grandes desastres.
Los
habitantes de Tijuana se valieron de un recurso. Amarraron una cuerda larga a
un lugar en tierra firme, se agarraron de la otra punta, y uno a uno se fue
salvando. Tijuana nunca olvidará esa amarga tragedia.
Si bien la
cuerda fue la salvación para muchos en Tijuana, ¿qué cuerda hay para las
tormentas de la vida? El padre de familia, cuando todo va bien, es como un río
manso que corre lentamente, al lado del cual da gusto vivir. Pero si toma un
par de tragos de más, ese alcohol se mete en su cerebro y comienza a correr con
la violencia de un río desbordado, causando estragos, destrucción y aun muerte.
¿Y de qué cuerda se agarra la esposa que sufre a causa de él?
El hijo,
orgullo y esperanza de sus padres, comienza a faltar a la escuela. Llega muy
tarde a la casa. Por momentos, sin motivo alguno, se enloquece y golpea a
cuantos están a su lado. Cuando por fin todo sale a la luz, se descubre que es
drogadicto, y cuando se quiere detener el mal, es ya un río violento que arrasa
con todo lo que tiene por delante. ¿Y de qué cuerda se agarran los confundidos
padres?
¿Habrá algún
remedio contra el dominio del alcohol o de las drogas? ¿Habrá alguna cuerda que
salve al que se hunde en el río de la desesperación?
Sí la hay.
Es Jesucristo. Él tiene poder para dominar las fuerzas primitivas que bullen en
el corazón humano. Y tiene poder para salvar a todo el que en Él cree. Cristo
es la cuerda salvadora. Busquémoslo. Entreguémosle nuestra vida. Él quiere y
puede ser nuestro Salvador.
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