jueves, 7 de abril de 2016

EL APÓSTOL PABLO NOS ENSEÑA EL CONTENTAMIENTO DIVINO DEL CRISTIANO VERDADERO.

EL APÓSTOL PABLO NOS ENSEÑA  EL CONTENTAMIENTO DIVINO DEL CRISTIANO VERDADERO.
“No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación” (Filipenses 4:11).
Pablo llegó a un punto en su vida —no un punto físico, sino espiritual—, donde sintió contentamiento divino. Mucha gente piensa que sabe lo que esta palabra “contentamiento” significa, pero déjeme decirle lo que significa en la Palabra de Dios: “autonomía, tenerlo todo en uno mismo.” En el contexto de este pasaje, aprendemos que Pablo estaba agradeciendo a la gente por ayuda financiera que le habían dado, pero quería también que supieran que él no estaba “dependiendo” de ellos, porque Dios lo había traído hasta el punto de depender únicamente en Él. Esto es, Pablo podía decir: “He aprendido que no necesito de nada ni de nadie, sino del Señor. Lo tengo a Él y, por lo tanto, soy autónomo, pero no autosuficiente. Puedo hacer todas las cosas a través de Cristo.”
DE GRACIAS A DIOS POR ESTAR LLENO DE CONTENTAMIENTO.
Tal vez usted es soltero o soltera y quiere casarse. A lo mejor ya está casado o casada, y quiere tener familia. Pudiera ser que tenga un trabajo en el que siente que no va a ninguna parte. Busque al Señor con todo su corazón. Pídale que su presencia sea evidente en su corazón y en su mente, de tal manera que usted esté lleno de su contentamiento.
DIOS ES SUFICIENTE Y ALLÍ ESTÁ MI CONTENTAMIENTO.
Isaías 26:3: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera; porque en Ti ha confiado.”
Usted podrá admitir que Dios es necesario, pero ¿honestamente está consciente que Dios es suficiente? Es más, Él es más que suficiente. Para saber si Dios es suficiente en su vida, permítanos hacerle un par de preguntas: ¿De dónde obtiene usted su gozo? ¿Lo obtiene del Señor o de algún otro lugar?
LA FUENTE DE CONTENTAMIENTO GENUINO Y DE LA PAZ ESTÁ EN DIOS.
Si su gozo proviene de su salud, entonces cuando se enferme, su gozo se desvanecerá. Numerosos creyentes han perdido su salud, sus negocios, su familia, su reputación, no obstante mantienen su gozo, porque la fuente del contentamiento genuino y de la paz, está en Dios. De hecho, quizás uno no llegue a saber que Dios es suficiente hasta que Dios es lo único que posee.
¿Cuándo fue la última vez que usted visitó la sala de espera de un hospital para compartir de Cristo con los que sufren? Tal vez pueda hacerlo este fin de semana.
DEBEMOS CONFIAR DE TODO CORAZÓN EN DIOS, ÉL ES NUESTRO CONTENTAMIENTO.
Proverbios 3:5-6: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas.”
Debe existir confianza completa en que el Señor cuidará de nosotros. Porque esta confianza completa conlleva al contentamiento constante.
Proverbios 3:5-6 nos dice que debemos confiar con todo nuestro corazón. No sólo en parte. Y debemos reconocerlo en todos nuestros caminos, no sólo en algunos de ellos. Dios no será partícipe de sólo una parte. Usted no puede decirle: “Señor, deseo tu voluntad en mi vida social, pero no en mis negocios.” Ni tampoco: “Señor, deseo tu voluntad en mi vida dentro de la iglesia, mas no la quiero con mis amistades.” Usted simplemente no puede hacer eso. Si vale la pena que Él esté en parte de su vida, entonces vale la pena que esté en TODA su vida.
¿A qué se está aferrando hoy? Déselo todo a Jesús. La obediencia instantánea traerá bendición increíble.
CONFIANZA Y OBEDIENCIA EN EL SEÑOR ES EL VERDADERO CONTENTAMIENTO.
“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros” (1 Samuel 15:22).
El gozo y la obediencia están intrínsecamente juntos. Cuando usted aprende a obedecer al Señor, usted tendrá el gozo del Señor. Es como John Sammis lo dice en su himno: “Confiar y obedecer, no hay ningún otro camino. Para ser felices con Jesús, hay que confiar y obedecer.” Confianza y obediencia son las dos manos que sostienen las promesas de Dios. Son los dos pies que le mantienen caminando en el camino del Rey. Son los oídos que le capacitan para escuchar la verdad de la Palabra de Dios. ¿Quiere usted experimentar el dulce gozo y contentamiento que Pablo tuvo en lo profundo de una prisión romana, o que Corrie Ten Boom tuvo en los oscuros confines de un campo de concentración nazi? Entonces, confíe y obedezca.
En la noche antes de la Navidad, pienso que no hay otro himno mejor que el del señor Sammis: “Confiar y Obedecer.” Eso es lo que José y María hicieron, y lo que usted y yo debemos hacer. ¡Confiar y Obedecer!
MI ALEGRÍA Y MI CONTENTAMIENTO ESTÁ A UNA ORACIÓN DE DISTANCIA.
“Susténtame conforme a tu palabra, y viviré; y no quede yo avergonzado de mi esperanza” (Salmo 119:116).
Pablo escribió la mayoría de sus epístolas en prisión. Tal vez usted se siente hoy como en una prisión, con puertas que se cierran en su cara. Quizás se encuentra en la prisión de la duda y la desesperación. Tal vez su doctor le notificó un diagnóstico perturbador, o está temiendo la visita de alguien esta semana. Posiblemente usted se encuentra en la prisión financiera de las deudas, o en la prisión doméstica del maltrato y abuso, sintiendo que no existe ninguna salida. Amigo, quiero decirle que hay una salida para usted. Dios todavía está en su trono. Él escucha y contesta toda oración. La victoria sobre su situación está sólo a una oración de distancia. Las circunstancias pudieran no cambiar, pero su perspectiva y actitud cambiarán cuando comience a orar y a alabar a Dios. Usted y yo no tenemos una necesidad que Dios no pueda solucionar.
EL CONTENTAMIENTO DE PABLO LO EXPRESÓ CUANDO SU PRISIÓN LA VEÍA COMO UN PALACIO.
Ore de esta manera hoy: “Padre, te necesito. Necesito que me perdones donde te he fallado. Necesito que cambies mi corazón y fortalezcas mi fe para que pueda ver mi prisión como un palacio. Cambia mi actitud de temor a gozo, de celos a contentamiento, de preocupación a confianza. Te amo. En el nombre de Jesús. Amén”
ESTEMOS CONTENTOS CON LO QUE TENEMOS DICE EL SEÑOR QUE NO TE DESAMPARARÉ, NI TE DEJARÉ.
Hebreos 13:5-6: “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque Él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.”
 Al usted enfrentar el nuevo año, deseamos que halle su contentamiento en Jesús, su compañerismo en Jesús, y su confianza en Jesús. Así usted encontrará su consuelo y su valentía en Jesús.
Cuando usted está satisfecho en Jesús y Él es lo más cercano a usted en la tierra; cuando usted está seguro en medio de las tribulaciones y las pruebas que Él proveerá… entonces, y sólo entonces, conocerá la valentía que brota de su presencia consoladora.
Le invitamos a orar: “Señor, con todo mi corazón, con todo mi ser, deseo conocerte. Quiero que nuestra relación sea íntima y que mi fe crezca. Límpiame y renuévame para poder ser todo lo que Tú deseas que yo sea este año.”
MI MEJOR DESEO ES QUE OBEDESCAMOS Y LE SIRVAMOS A DIOS Y LO HAGAMOS CON CONTENTAMIENTO.
Mat 21:28-32 Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. Y acercándose al otro, le dijo de la misma manera; y respondiendo él, dijo: Sí, señor, voy. Y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios. Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis; pero los publicanos y las rameras le creyeron; y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle.
La Biblia es clara al respecto: es mejor obedecer a Dios. Y hacerlo con alegría, con contentamiento.
Sal 118:8-9 Mejor es confiar en Jehová que confiar en el hombre. Mejor es confiar en Jehová que confiar en príncipes.
Pro 8:10-11 Recibid mi enseñanza, y no plata; y ciencia antes que el oro escogido. Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas.



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