LO QUE AHORA VIVO EN LA CARNE, LO VIVO EN LA FE DEL HIJO DE
DIOS.
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo,
más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del
Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a Sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).
JESÚS ES NUESTRO JOSUÉ CELESTIAL.
La vida de Josué, en el Antiguo Testamento, es una
ilustración de Jesús. De hecho, el nombre Josué, es el nombre hebreo de Jesús.
El Señor Jesús es nuestro Josué celestial quien nos guía a la tierra prometida
y hacia la victoria. ¿Y qué es esta victoria? Es una victoria de fe. No hay
nada más, ni nada menos que logrará la victoria en nuestras vidas, sino la fe.
La victoria no se logra peleando. La victoria se recibe por fe. Verá, cuando
Dios tiene un trabajo gigantesco que debemos realizar, Él da el contrato a la
fe. La fe junta su nada al todo del Dios poderoso, y la victoria es suya para
poseerla.
¿Está usted perdiendo la batalla en alguna área de su vida?
Entonces a lo mejor es porque usted no ha muerto completamente a sí mismo. La
vida que Dios le ha llamado a vivir no es su vida, sino la vida de Él a través
suyo. Póngase una vez más sobre el altar, y muera a sí mismo.
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