JESÚS PASÓ
TODAS LAS PRUEBAS Y LAS TENTACIONES DEL DIABLO Y USTED TAMBIÉN PUEDE HACERLO.
El Diablo
tentó a Jesús para que convirtiera las piedras en pan. He estado en Palestina y
he visto piedras que asombrosamente parecen bollos pequeños de pan. En mi mente
puedo ver al diablo mirando el suelo sabiendo que Jesús había estado ayunando
por 40 días y él le tienta: “Bueno, mira aquí. ¡Sencillamente convierte esto en
pan!” Ahora, no hay nada de malo con comer pan. De hecho, Jesús nos enseñó que
oráramos por el pan de cada día. Sin embargo, Jesús fue guiado al desierto a
ayunar, orar y buscar el rostro de Dios. El diablo trataba de poner el pan por
sobre la voluntad de Dios, diciendo: “¡Consiente a tu carne!” No obstante, lo
que él estaba verdaderamente diciendo fue: “Comete suicidio espiritual.” Jesús
rehusó. Jesús venció la carne y usted también lo puede hacer.
NO SE
ARRODILLE DELANTE DE SATANÁS.
¿Sabía que
cada minuto que usted entretiene pensamientos negativos que van en contra de lo
que Dios ha mandado se está arrodillando ante Satanás? Es correcto. La próxima
vez que empiece a pensar en algo que Dios desaprueba, mire el segundero del
reloj, es tiempo que nunca recuperará, por lo tanto, ¿por qué seguir botándolo?
TENEMOS UN
SUMO SACERDOTE QUE FUE TENTADO EN TODO.
“Porque no
tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades,
sino Uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” -
(Hebreos 4:15).
JESÚS FUE
TENTADO EN TRES ASPECTOS:
Cuando la
gente lee que Jesús “fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin
pecado”, algunos lo cuestionan. Quizás usted no dice nada en voz alta, pero
piensa: “¿Fue Él verdaderamente tentado en toda forma? ¿Fue tentado a tener
sexo? No leí donde Él fue tentado a pasarse una luz roja… o fumar
marihuana.” Con todo, la Biblia es muy
clara al decir que Él fue tentado en todo. De hecho, existen sólo tres
tentaciones y Jesús fue tentado en las tres.
1. Primera
Juan 2:16 las menciona: “los deseos de la carne” (la tentación para que hagamos
algo: nuestras pasiones),
2. “los
deseos de los ojos” (la tentación para que tengamos algo: nuestra posesiones),
“
3. Y la
vanagloria de la vida” (la tentación para que seamos alguien: nuestro orgullo).
Si usted lo duda, entonces lea acerca de la tentación que Él enfrentó en Lucas
4:1-13.
Alabe a Dios
que su Hijo fue el sacrificio perfecto por sus pecados
(Lea Efesios
5:2). Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por
nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
(E Isaías
53:4-5). Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores;
y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
53:5 Mas él
herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de
nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Alabe a Dios que usted posee su Espíritu para
liberarlo
(Lea Hebreos
2:18). Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para
socorrer a los que son tentados.
Alabe a Dios que usted posee su Palabra para
vencer a Satanás
(Lea Hebreos 4:12). Porque la palabra de Dios
es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta
partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los
pensamientos y las intenciones del corazón.
CUANDO SE
CONOCE LA VERDAD, SE PUEDE VENCER Al MUNDO Y AL MALIGNO Y TODAS SUS
MAQUINACIONES. 1a Juan 2: 14- 20.
2:14 Os he
escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio.
Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios
permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.
2:15 No
améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el
amor del Padre no está en él.
2:16 Porque
todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y
la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
2:17 Y el
mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para
siempre.
2:18
Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo
viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el
último tiempo.
2:19
Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros,
habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no
todos son de nosotros.
2:20 Pero
vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.
NO PODEMOS
CREERLE A SATANÁS, QUE ES NUESTRO ENEMIGO Y ENGAÑADOR.
DEBEMOS
LIMPIARNOS DE TODO PECADO Y DE TODA CONTAMINACIÓN.
“Así que,
amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de
carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2
Corintios 7:1).
Satanás
engaña a mucha gente hoy en día, haciéndoles pensar que se convertirán en
fanáticos religiosos si vivieran una vida santa. Quieren saber cuán cerca del
mundo pueden vivir; y pudiera ser que no quieran beber necesariamente, pero se
van al bar, para estar con los amigos, y piden una “Ginger Ale” para que nadie
note la diferencia.
¿Por qué
simplemente no pueden ser santos? ¿Por qué sencillamente no presentan un
testimonio firme por Jesucristo? Yo creo que Jesucristo preferiría tenernos en
el lado equivocado de la cerca, ¡que sentados en la cerca! Él lo afirma en
Apocalipsis 3:15 y 16: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente.
¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni
caliente, te vomitaré de mi boca.”
Abrase usted
mismo a rendir cuentas. Pídale a Dios que le guíe hacia un creyente ante quien
usted sea responsable de los lugares a donde va, la gente con quien pasa su
tiempo, la manera en que usa su dinero. Haga un pacto con esa persona, a fin de
que usted esté limpio “de toda contaminación de carne y de espíritu,
perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2 Corintios 7).
DIOS CUMPLE
SUS PROMESAS Y SU PALABRA.
“Conoce,
pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la
misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil
generaciones” - (Deuteronomio 7:9).
Cuando el
pastor Rogers hablaba acerca de la seguridad eternal, inevitablemente escuchaba
a alguien decir: “Bueno, tal vez sus pecados no podrán separarle de la mano de
Dios, pero Satanás sí puede.” Con todo respeto él respondía: “Perdóneme, pero
eso es una tontería. Si Satanás puede separarle de la mano de Dios, ¿por qué no
lo ha hecho ya? ¿No ha sido él “bueno” con usted?”
Sería una
muy extraña doctrina el decir que usted va a ir al cielo por la gracia del
diablo, ¿no le parece? Dios nos salva. Dios nos guarda. Lo que ha sido sellado
en la eternidad jamás puede ser deshecho por los intentos de los hombres ni por
las artimañas del diablo.
¿Tiene usted
la seguridad en su corazón de que cuando muera, se irá al cielo? Si no la
tiene, pase algún tiempo hablando con Dios, ahora mismo. Pídale que le dé el
regalo de la fe, ahora mismo, para creer en la seguridad de lo que hizo Jesús
por usted, en la cruz, hace más de 2.000 años.
RECUERDE LA
OBRA DEL ESPÍRITU SANTO.
“Pero Yo os
digo la verdad: Os conviene que Yo me vaya; porque si no me fuera, el
Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré. Y cuando Él
venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Juan 16:7-8).
El diablo le
acusa de pecado. El Espíritu Santo le convence de su pecado. ¿Sabe cuál es la
diferencia? El diablo le acusa para alejarle de Cristo. El Espíritu Santo le
convence para acercarle a Cristo. El diablo quiere que se sienta bajo la carga
de la culpabilidad, para que diga: “No soy bueno. No puedo vivir la vida
cristiana. Hay algo mal conmigo. Dios no escucha mis oraciones. No me hace
ningún bien ir a la iglesia.” Cuando usted cree esas mentiras, usted está
permitiendo que el diablo le aleje de Dios. El diablo le acusa para destruirle.
El Espíritu Santo le convence para recuperarlo. Él está tratando de corregirle
y traerle de regreso, para que pueda conocer la llenura del gozo. El Espíritu
Santo le acerca a Cristo para que usted pueda confesar sus pecados y ser
perdonado y limpiado.
Pídale a
Dios que le muestre si es que usted ha estado prestando oído a las acusaciones
de Satanás. Órele a Dios que silencie esas acusaciones y que le dé
discernimiento para sólo escuchar la convencedora voz del Espíritu Santo.
SATANÁS ODIA
A LAS FAMILIAS Y QUIERE VERLAS EN CONFLICTO.
“En el temor
de Jehová está la fuerte confianza; y esperanza tendrán sus hijos” -
(Proverbios 14:26).
El Diablo
odia a las familias que adoran juntas. Él permitirá que los padres sean
religiosos, pero no quiere que se lleven a sus hijos al cielo, con ellos. Como
resultado de esta estrategia diabólica, estamos perdiendo una generación
completa. Nuestros hijos están siendo dejados atrás para que mueran y se vayan
al infierno, porque estamos transigiendo con Satanás. Catherine Booth, esposa
del fundador de “El Ejército de Salvación”, oraba de la siguiente manera: “Oh,
Dios, no estaré delante de Ti sin todos mis hijos.” Hay muchos padres y madres
hoy en día que también necesitan decir eso. ¡Esté firme, madre! ¡Esté firme,
padre! Reúna a sus hijos cerca de usted, y ámelos trayéndolos a Jesús.
¿Es usted
una madre, o un padre? Entonces tenga con sus hijos una cita diaria, semanal o
mensual, para conversar acerca de la relación personal de ellos con Dios. ¿Por
qué no empezar hoy mismo?
DIOS NOS
HIZO EN CRISTO: SABIDURÍA, JUSTIFICACIÓN, SANTIFICACIÓN Y REDENCIÓN.
“Más por Él
estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría,
justificación, santificación y redención” - (1 Corintios 1:30).
La iglesia
no es una organización con Jesucristo como presidente. La iglesia es un
organismo con Jesucristo como su cabeza. Estamos en Él, y Él está en nosotros.
La victoria que Él ganó en la cruz fue para nosotros. Cuando Jesús fue a la
cruz, no estaba peleando una batalla para Él mismo. Él no necesitaba vencer a
Satanás. Él peleó en representación suya. Jesús se hizo el “hijo del hombre”,
para que usted pueda llegar a ser “hijo de Dios.” Él llevó sus pecados para que
usted pudiera tomar Su inocencia. Él se hizo culpable, para que usted sea
absuelto. Él fue inundado con desesperación, para que usted pudiera ser lleno
de gozo. Él tomó su vergüenza, para que usted pudiera tomar Su gloria. Él
sufrió los dolores del infierno, para que usted conozca los goces del cielo.
Tanta gente piensa que la salvación
viene “de adentro hacia fuera”, al pedir a Cristo entrar a sus corazones. Pero,
¿sabía que es igualmente correcto decir que usted es salvo “de afuera hacia
adentro”? Lea Colosenses 3:3: “Porque habéis muerto, y vuestra vida está
escondida con Cristo en Dios.” Su salvación está “en Cristo”, en la misma forma
en que Noé fue salvo por estar “en el arca”. Pídale a Dios que le ayude a
comprender estas verdades hoy.
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