UN CRISTIANO VERDADERO PROSIGUE A LA META, AL SUPREMO
LLAMAMIENTO DE DIOS EN CRISTO JESÚS.
“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero
una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo
que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios
en Cristo Jesús” - (Filipenses 3:13-14).
Hay dos días que pueden robar el gozo y la realización de hoy.
Uno es el mañana, y el otro es el ayer. Ambos son días en los cuales el
creyente debe negarse a vivir. Muchos de nosotros nunca hemos aprendido cómo
separarnos del ayer. Todavía lo arrastramos con nosotros, y está robando
nuestro gozo. Pablo pudo haber vivido así, en el plano de la culpa, pero él
rehusó hacerlo. Tal vez usted, como Pablo y muchos otros, ha cometido algunos
horribles pecados. Pero, mi amigo, aquello que Dios lo llama limpio, ningún
hombre puede llamarlo sucio. Si usted ha confesado su pecado y se lo ha
entregado a Dios, ese pecado está enterrado profundamente. No deje que
contamine su día. ¡Aprenda a vivir en el presente!
Si usted está experimentando culpabilidad por un pecado no
confesado, entonces confiéselo y arrepiéntase. Si usted experimenta culpa por
un pecado confesado, rechace esa culpa. El Espíritu Santo convence, no condena.
Romanos 8:1: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo
Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.”
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