¿ESPERA USTED EN DIOS, O ESPERA EN SUS PROPIAS FUERZAS?
“Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino
PODEROSAS en Dios para la destrucción de fortalezas” - (2 Corintios 10:4).
Creemos que muchos experimentamos victoria limitada o ninguna
porque no hemos aprendido a encaminar la batalla hasta la victoria. “Un momento
―dirá usted―, yo quiero victoria.” ¿Verdaderamente la quiere? Entonces,
necesita saber esto: Primero, Dios desea que usted tenga VICTORIA. Segundo, la
taza para medir su VICTORIA está en la palma de su mano. Eso es, usted es tan
VICTORIOSO como desee serlo. El diablo no posee ninguna fortaleza que nosotros
no podamos derribar si usamos las armas de Dios. El problema es que quizás
estemos usando las armas espirituales, pero tratamos de emplearlas en nuestras
propias fuerzas.
Efesios 6:17 revela: “Y tomad el yelmo de la salvación, y la
espada del Espíritu, que es la PALABRA DE DIOS.”
¿Cuál es su espada? ¿De quién es la espada? ¿Puede pensar en
alguna batalla que le espera? ¿Cómo va a usar esta espada?
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