SOMOS TEMPLO DE UN DIOS VIVO.
“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de
Dios mora en vosotros?” - (1 Corintios 3:16).
El pastor Adrián Rogers tuvo el privilegio de pastorear
iglesias en medio de campañas de construcción. Para él fue una experiencia de
crecimiento en la fe el observar cómo Dios trabaja. De hecho, él expresó:
“Nunca olvidaré la primera iglesia en donde eso sucedió en Fort Pierce, en la
Florida. Había un anciano arquitecto que supervisaba el trabajo y él dijo algo
que nunca he olvidado. Mientras mirábamos los planos, yo dije: ‘No debe ser
caro porque no tenemos mucho dinero.’” El anciano le contestó: “Oh, querido
muchacho. La buena arquitectura no es un arreglo de hermosos materiales. Es,
más bien, el hermoso arreglo de materiales.”
¿Lo ve? El Señor puede tomar a personas de las canteras del
pecado, y con su gracia y su Palabra, nos hace calzar, juntos, en el majestuoso
templo de Dios.
¿Se siente usted como una pila de ladrillos desiguales? ¿Se
está preguntando si su vida tiene algún propósito? O tal vez se pregunta por
qué está aquí. Medite en este devocional bíblico. Medítelo hasta que sienta el
cambio de incertidumbre a la fe, de tristeza al gozo, del desánimo y desaliento
a una realidad de poder sobrenatural.
NUESTROS CUERPOS DEBEMOS PRESENTARLOS A DIOS EN SACRIFICIO
VIVO, SANTO Y AGRADABLE A DIOS.
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios,
que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios,
que es vuestro culto racional” - (Romanos 12:1).
TRES PRINCIPIOS PARA PRESENTAR NUESTROS CUERPOS A DIOS: 1.DISCIPLINA 2. DEVOCIÓN Y 3. ALABANZA.
En el Antiguo Testamento, el sacerdote ofrecía un animal, en
sacrificio a Dios. ¿Qué es lo que los creyentes ofrecen hoy? Romanos 12:1 nos
dice que debemos ofrecer “nuestros cuerpos como sacrificios vivos”. Y en la
misma forma como en los altares antiguos había dos ganchos para evitar que el
sacrificio se resbalara del altar, nosotros tenemos dos ganchos que mantienen
nuestros cuerpos ahí: disciplina y devoción. En el Antiguo Testamento, los
sacerdotes quemaban incienso como una ofrenda fragante al Señor. ¿Qué es lo que
hacemos nosotros hoy? Hebreos 13:15 dice que “debemos continuamente ofrecer
sacrificio de alabanza”. Nuestro incienso de alabanza debe salir de nuestro
cuerpo, porque somos templos del Espíritu Santo. Primera Corintios 3:16: “¿No
sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?”
1. DISCIPLINA 2.
DEVOCIÓN Y 3. ALABANZA.
¿Está usted practicando la Disciplina y Devoción, en Alabanza
a Dios y en forma íntima, como un
sacrificio vivo para la gloria de Dios? Póngase usted mismo en el altar de Dios
hoy, como sacrificio vivo. Pídale a Dios que le dé la fortaleza para ser 100%
disciplinado, y devoto a su causa y para su Alabanza y Gloria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario