viernes, 16 de octubre de 2015

ACONTECIMIENTOS EXTRAORDINARIOS EN LA VIDA DE JESÚS.

ACONTECIMIENTOS EXTRAORDINARIOS EN LA VIDA DE JESÚS.
¿ QUIÉN DICEN LOS HOMBRES QUE SOY YO?
La confesión de fe de Pedro; la muerte y la resurrección de Jesús es predicha; la transfiguración Y LA Voz del Padre reconociendo a Jesús como su Hijo Amado.
Jesús y Sus discípulos habían estado en la famosa ciudad de los idólatras de «Cesarea de Filipo» (Marcos 8:27-9:1). Fue aquí donde Jesús «en el camino preguntó a Sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy Yo? Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas. Entonces Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo» (8:27-29).
Un breve tiempo después, Jesús invitó al pueblo a seguirle, pero con algunos requisitos, diciéndoles: «Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de Mí y del evangelio, la salvará. Porque ¿qué aprovechará (beneficiará) al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Porque el que se avergonzare de Mí y de Mis Palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de Su Padre con los santos ángeles» (8:34-38).
Fue en esta misma región que, seis días después, Jesús y tres de Sus discípulos fueron « . . . aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos. . . . Y les apareció Elías con Moisés, que hablaban con Jesús» (9:2-4). Moisés y Elías estaban ahora en la presencia de su Mesías. Durante este grandioso evento, los dos profetas del Antiguo Testamento hablaron con Jesús sobre «Su partida (muerte), que iba Jesús a cumplir en Jerusalén» (Lucas 9:31). Moisés, que representaba la Ley de Dios, y Elías, que representaba a los profetas de Dios, se aparecieron para honrar a Jesús antes de Su sufrimiento, Su muerte en la cruz, y Su resurrección física.
Pedro cometió el error de sugerir que ellos hicieren «tres enramadas, una para Ti, otra para Moisés, y otra para Elías. Porque no sabía lo que hablaba, pues estaban espantados» (Marcos 9:5-6). Sin embargo, desde que Jesucristo es el Unigénito Hijo de Dios, Él solo es digno de toda nuestra adoración y obediencia (Apocalipsis 4:9-11). Nada, ni nadie, puede reemplazar ni ser igual a la comunión personal con Jesús como nuestro Señor.
Después de la sugerencia de Pedro de hacer «tres enramadas», entonces: « . . . vino una nube que les hizo sombra, y desde la nube una voz que decía: Este es Mi Hijo Amado; a Él oíd» (Marcos 9:7).
¿SABE USTED QUÉ ES IDOLATRÍA?
La adoración, el amor, y la lealtad que le pertenece sólo a Cristo no se pueden compartir con otro.
¿SABE USTED LO QUE SIGNIFICA LA RESURRECCIÓN DE JESÚS?
“Porque yo vivo, vosotros también viviréis.” Juan 14: 19.

Jesús ha vuelto la vida de los creyentes en Él tan cierta como la Suya. Con la misma certeza que vive la cabeza, los miembros vivirán también. Si Jesús no hubiera resucitado de los muertos, entonces nosotros estaríamos muertos en nuestros pecados; pero como Él resucitó, todos los creyentes han resucitado en Él. Su muerte quitó nuestras transgresiones y soltó las amarras que nos retenían bajo sentencia de muerte. Su resurrección certifica nuestra justificación: hemos sido absueltos, y la misericordia dice: “También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás.” Jesús ha hecho la vida de Su pueblo tan eterna como la Suya. ¿Cómo podrían morir los miembros en tanto que Él viva, viendo que son uno con Él? Porque Él no muere más, y la muerte no tiene dominio sobre Él, ellos tampoco regresarán más a las tumbas de sus viejos pecados, sino que vivirán para el Señor en vida nueva. Oh creyente, cuando estés bajo gran tentación, y tengas miedo de caer un día por mano enemiga, que esto te dé seguridad. No perderás nunca tu vida espiritual, pues está escondida con Cristo en Dios. Tú no dudas de la inmortalidad de tu Señor; por tanto, no pienses que te dejará morir, puesto que eres uno con Él. El argumento para tu vida es Su vida, y por eso no puedes tener ningún temor; por tanto, descansa en tu Dios vivo.

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