EL SEÑOR
ANUNCIA SU SEGUNDA VENIDA Y ESTA SERÁ SORPRESIVA.
UNA SEÑAL
SON LOS FALSOS PROFETAS.
Jesús denuncia:La hipocresía es denunciada; la destrucción del templo es predicha; las señales de la venida de Cristo.
Jesús denuncia:La hipocresía es denunciada; la destrucción del templo es predicha; las señales de la venida de Cristo.
Después de
la purificación del templo y de denunciar a los líderes religiosos como
hipócritas, el Señor se sentó en el Monte de los Olivos con Sus discípulos y
les predijo esto: «muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;
y por haberse multiplicado la maldad (el desorden), el amor de muchos se
enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado
este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las
naciones; y entonces vendrá el fin. . . . El cielo y la tierra pasarán, pero
Mis Palabras no pasarán» (Mateo 24:11-14,35). Como los antiguos fariseos los
«falsos profetas» de hoy en día substituyen las opiniones populares y las
filosofías morales contemporáneas por la autoridad de la Palabra de Dios.
LA HORA SOLO
LA SABE EL PADRE CELESTIAL.
Sobre el
Monte de los Olivos, sólo tres días antes de la crucifixión, nuestro Señor
predijo la destrucción del templo, el cual fue destruido unos 40 años después
de Su resurrección. Jesús también habló sobre Su futura segunda venida,
diciendo: «Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos,
sino sólo Mi Padre» (24:36). Él también nos advirtió: «Velad, pues, porque no
sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Por tanto, también vosotros estad
preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis»
(24:42,44).
DEBEMOS SER
SIERVOS PRUDENTES Y ENTENDER LO QUE OCURRE EN EL MUNDO.
LOS DÍAS SON
MALOS.
Jesús no
trató de dar detalles sobre la inminente destrucción del templo de Jerusalén,
ni aun sobre el fin de esta presente era que está por venir. Pero estas
palabras dichas por nuestro Rey nos dan a entender la importancia de siempre
estar preparados, pues así nos habló en la parábola de los dos siervos,
diciendo: «¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor
sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo
al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que
sobre todos sus bienes le pondrá. Pero si aquel siervo malo dijere en su
corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun
a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que
éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su
parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes» (Mateo
24:45-51).
DIOS MIRA
NUESTRO CORAZÓN.
Para Dios la
condición interna del corazón es tan importante como nuestra conversación y
actitudes diarias.
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