LA CENA DEL
SEÑOR ES UNA ORDENANZA MUY IMPORTANTE PARA EL CRISTIANO.
EL
SIGNIFICADO DE LA PASCUA Y EL SIGNIFICADO DEL NUEVO PACTO DE JESUCRISTO.
Los
alimentos de la Pascua anual de los israelitas eran un recordatorio de que la
sangre de un cordero inocente y la obediencia a la Palabra de Dios habían hecho
posible para sus descendientes ser redimidos de la muerte, ser libertados del
Faraón y de la esclavitud en Egipto, y gozarse de la libertad en la tierra
prometida.
En la noche
de la Pascua, Jesús «tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio (a Sus
doce discípulos), diciendo: Esto es Mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced
esto en memoria de Mí. De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa,
diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en Mi sangre, que por vosotros se
derrama» (Lucas 22:19-20). Durante esta Pascua, nuestro Señor se identificó a
Sí mismo con el Cordero del sacrificio de la Pascua.
La Cena del
Señor es un recordatorio que la muerte de Jesucristo en la cruz nos rescata de
las manos de Satanás, y nos da la libertad de la condenación de nuestros
pecados para recibir la vida eterna. Esta ordenanza es tan sagrada que el
Espíritu Santo puso mucho énfasis sobre su importancia por medio del apóstol
Pablo, quien nos escribió: «Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado,
tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es Mi
cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de Mí» (I de
Corintios 11:23-25). Es de suma importancia que consideremos cuidadosamente que
nuestro Señor nos dijo: «haced esto en memoria de Mí». Él no nos dio una
sugerencia pero sí nos dio un mandamiento. Jesús le recuerda a todos Sus
seguidores: «¿Por qué Me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que Yo digo?»
(Lucas 6:46). Y otra vez Él dijo: «El que Me ama, Mi Palabra guardará» (Juan
14:23).
El Señor
quería que nosotros supiéramos que Su muerte en la cruz hizo toda la diferencia
entre pasar la eternidad en «el lago de fuego» (Apocalipsis 20:14-15), o en el
cielo con Él (Juan 3:16; 14:2-3). La Cena del Señor es un recordatorio continuo
de que hay perdón para todos los que, por fe, aceptan el sacrificio expiatorio
de Jesús como la única forma de obtener la vida eterna. Es también un buen
tiempo para examinar ¿qué mala actitud hemos tenido para con otros, qué
venganza, y qué deseo carnal, necesitamos confesar y dejar atrás? La Cena del
Señor es un recordatorio que: «cualquiera que comiere este pan o bebiere esta
copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.
Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa»
(I de Corintios 11:27-28).
DEBEMOS
EXPRESAR UN AMOR GENUINO.
Necesitamos
expresar un amor que perdona en nuestros corazones para todos los que nos
ofenden.
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