LA SEGUNDA
VENIDA DE JESUCRISTO ESTÁ CERCA.
Primera
Tesalonicenses 4:17: “Nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado,
seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en
el aire.”
¿Anhela su
corazón que Cristo regrese? ¿Está buscándolo? La segunda venida de Jesús es la
única esperanza de este mundo. ¿Y cuándo acontecerá? Nadie lo sabe. Puede ser
por la mañana, cuando la luz del sol penetra por entre las nubes alejando las
tinieblas de la noche. Puede ser al mediodía, cuando todo el mundo está ocupado
y apresurado. Puede ser al anochecer, cuando los pájaros cantan su melodía
nocturna. O a medianoche, cuando el brillo de las estrellas disminuya comparado
al destello de su gloria, al Cristo descender de las alturas. ¿Acaso se llena
su corazón de gozo al pensar en ese momento? ¿Está listo?
Mire hacia
el cielo el día de hoy y piense en el regreso de Cristo. ¿Puede imaginarse el
sonido de las trompetas y las voces de los ángeles anunciando su venida?.
EL SEÑOR
CUMPLE SU PROMESA.
Segunda
Pedro 3:9: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por
tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno
perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”
¿Alguna vez
se ha puesto a pensar por qué el Señor Jesús aún no ha regresado? Porque
nuestro Señor está esperando que la gente se salve. Él está esperando a ese
pariente, a ese vecino, a ese compañero de trabajo suyo. Quizás lo esté
esperando a usted. Sin embargo, uno de estos días y tal vez muy pronto, Cristo
regresará. Verá, es la misericordia de Dios lo que detiene la Segunda Venida de
Jesucristo. No obstante, la justicia y juicio de Dios requieren que un día Él
retorne. Incluso, ahora mismo, las tormentosas aguas de la ira de Dios están
furiosamente golpeando la represa de su misericordia. Y uno de estos días,
dicha represa cederá al juicio de Dios y el día del Señor vendrá. ¡Nuestro
Señor regresará!
¿El regreso del Señor Jesucristo hace
que su corazón palpite con anticipación o con terror?
LA ALEGRÍA
DE ENCONTRARME CON JESUCRISTO.
Apocalipsis
22:17: “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que
tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.”
Dios utilizó
la analogía de una boda para describir el momento cuando llegamos a ser uno con
nuestro Señor Jesucristo. Cuando lleguemos a ser uno con Dios por la eternidad,
lo conoceremos en una manera más íntima de la que lo conocemos ahora. Dios lo
llama “las bodas del Cordero”.
El pastor
Rogers testificó: “Cuando pienso al respecto, no me molesta decirle que la idea
de ser arrebatado para encontrarme con el Señor en gloria y conocerle cara a
cara, es de tal satisfacción, que la Biblia describa dicho evento como la
consumación matrimonial. ¡Eso me emociona!”
Cuando
medita acerca de la segunda venida de Cristo, ¿palpita su corazón de emoción?
¿Anhela su retorno y su reino?
HOY DECIDO
VIVIR EN SANTIDAD PARA HONRAR A JESUCRISTO.
“Porque
escrito está: Sed santos, porque Yo soy Santo” - (1 Pedro 1:16).
¿Por qué
usted y yo debemos escoger el vivir una vida santa? Una razón es que
anticipamos la segunda venida de Jesucristo. Cuando estamos esperando el
regreso de Cristo en cualquier momento, debemos anhelar el ser limpios y
santos, en preparación para verle. Por ejemplo, si usted supiera que Cristo
regresa esta tarde, ¿piensa que se pondría en paz con Él? ¿Habría alguna
persona con quien usted está disgustado, y desea reconciliarse? ¿Habría algunos
pecados en su vida de los cuales debe arrepentirse?
Si su
respuesta es afirmativa a cualquiera de esas preguntas, entonces actúe en fe,
trayendo gloria a Dios por su obediencia.
LA PARÁBOLAS
DE LAS VÍRGENES, QUE SE PIERDEN EL REGRESO DEL NOVIO. 25:1 Entonces el reino de los cielos
será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al
esposo.
25:2 Cinco
de ellas eran prudentes y cinco insensatas.
25:3 Las
insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;
25:4 más las
prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.
25:5 Y
tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.
25:6 Y a la
medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!
25:7
Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.
25:8 Y las
insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras
lámparas se apagan.
25:9 Mas las
prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras,
id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.
25:10 Pero
mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas
entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.
25:11
Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos!
25:12 Mas
él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.
25:13 Velad,
pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
DIOS QUIERE
QUE SE PREPARE PARA SERVIRLE A EL.
Romanos
12:2: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
El que muere
con el mayor número de juguetes es el que gana. ¿Es eso tener éxito? ¿O que se
cumplan sus sueños? ¿Tener todo lo que quiere? ¿Ganar suficiente dinero para no
tener que trabajar más? ¿Podemos decirle lo que es tener éxito? Y lo decimos
sin titubeo alguno. Éxito es la realización progresiva de la voluntad de Dios
llevada a cabo en su vida. Eso es el éxito. No es la cantidad de dinero que
tenga, ni lo famoso que usted sea, ni qué tan sano esté, ni el número de amigos
que tenga, ni la cantidad de juguetes que posea. El éxito es, nada menos y nada
más, que la realización progresiva de la voluntad de Dios en su vida.
¿Desea
conocer la voluntad de Dios? ¿Quiere que el deseo de su corazón se convierta en
realidad? Lea Miqueas 6:8.
6:8 Oh
hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente
hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.
¿Qué es lo que requiere Dios de usted? Lea
Salmo 37:4- 5.
37:4
Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te
concederá las peticiones de tu corazón.
37:5
Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en
él; y él hará.
¿Qué le está
llamando Dios a hacer?.
Piense ésta
semana en un amigo, un familiar, un compañero de trabajo, en un vecino y
háblele de la Segunda Venida de Jesucristo; invítelo a que se prepare para éste
Gran Acontecimiento que cambiará toda la historia del ser humano.
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