JESÚS DIJO
QUE EN LAS COSAS DE SU PADRE DEBÍA ESTAR OSEA RESPETANDO Y OBEDECIENDO LA AUTORIDAD
DE DIOS.
JESÚS
ASISTIA A LAS FIESTAS RELIGIOSAS EN FAMILIA.
La Pascua
trajo a José y María a Jerusalén cada año. Cuando Jesús cumplió 12 años de
edad, José y María estaban ocupados en la preparación para volver a su casa
después de la fiesta, «(y) pensando que (Jesús) estaba entre la compañía (el
grupo), anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los
conocidos; pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. Y
aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de
los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles» (Lucas 2:44-46).
COMPARTIR EL
REINO DE DIOS ERA SU PRIORIDAD.
Después de
encontrarlo en el templo, María le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He
aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia» (2:48). Jesús calmadamente
le explicó a María y a José (no Su padre biológico) Su razón por haber estado
en el templo, diciéndoles: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los
negocios de Mi Padre Me es necesario estar?» (2:49). Jesús les dejó saber bien
claro quién era Su Padre Real. La devoción a los intereses de Su Padre
Celestial le llevó al templo; pero Su sumisión a la voluntad de Su Padre
también le causó volver otra vez a Nazaret donde «estaba sujeto (obediente) a
ellos » (2:51).
¿QUÉ
SIGNIFICA LA OBEDIENCIA PARA NOSOTROS HOY?
En esta era
de rebelión, muchos jóvenes no son disciplinados para estar sumisos a sus
padres o a ninguna otra persona. El honrar y el obedecer a la autoridad de los
padres que ha sido ordenada por Dios « . . . es el primer mandamiento con
promesa» (Efesios 6:2). Los padres que viven en sumisión a Dios tienen una gran
responsabilidad para con sus hijos de enseñarles todo lo espiritual —
especialmente por medio de sus propios ejemplos personales, sus devocionales
diarios, y por la asistencia regular a una iglesia que enseña la Biblia. Son dignos
de lástima los padres que se rebelan contra las restricciones que se les pone
en el trabajo, en la iglesia, o en la comunidad. Tales personas pueden aun
pensar que ellos tienen el derecho de vivir independientes de la autoridad
ordenada por Dios, pero ellos sí esperan que sus hijos sean obedientes a las
autoridades.
SOMETERSE,
ES OBEDECER Y RESPETAR LAS AUTORIDADES.
«Sométase
toda persona a las autoridades (y gobiernos) superiores; porque no hay
autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.
De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y
los que resisten, acarrean condenación para sí mismos» (Romanos 13:1-2).
NUESTRA FE
CRISTIANA SE FUNDAMENTA, EN EL CUMPLIMIENTO DE LA PALABRA.
La certeza
de que toda la Palabra de Dios se cumplirá es el fundamento de nuestra fe
cristiana.
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