TODOS PREGUNTAN
CÓMO OBTENER LA VIDA ETERNA?
MUCHOS LA
QUEREMOS, PERO MUCHOS NO ESTAMOS DISPUESTOS A HACER LA VOLUNTAD DE DIOS.
Ninguna
pregunta es de mayor importancia que la que hizo «un hombre principal» (Lucas
18:18), que «vino. . . corriendo, e hincando la rodilla delante de Él (Jesús)»
(Marcos 10:17). Este hombre era «joven» (Mateo 19:20,22), y tenía grandes
riquezas. Hincándose de rodillas delante de Jesús, el joven le preguntó:
«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo . . . No
adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu
padre y a tu madre» (Lucas 18:18-27; ver Mateo 19:16-30; Marcos 10:17-31).
Nadie nunca se dirigía a un escriba o a un rabino como «Maestro bueno» — sólo a
Dios se le llamaba Bueno. Tres de los evangelios registran que el joven
reconoció que Jesús era más que otro Maestro, pero como el «Buen Maestro» (Señor).
Él sabía que, más allá de la vida física, había una eternidad que él quería
heredar.
En respuesta
a su suma importante pregunta: «¿qué haré . . . ?», entonces Jesús le dijo:
«Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y
tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Entonces él, oyendo esto, se puso
muy triste, porque era muy rico» (Lucas 18:22-23). A esta respuesta no se le
debe torcer el sentido a decir que la vida eterna se puede ganar por los
esfuerzos personales o por los sacrificios que se hacen en dar y ayudar a otras
personas. La vida eterna sólo viene por medio de Él (Jesucristo) quien «nos
amó, y nos lavó de nuestros pecados con Su sangre» (Apocalipsis 1:5). Este
joven no estaba dispuesto a dejar que Jesús fuese el Señor de su vida. Él no
quería dejar atrás la influencia, el prestigio, y la seguridad financiera que
sus riquezas proveían. Él pensó que él era un «buen hombre», muy religioso,
pero tristemente estaba perdido eternamente.
La Biblia no
condena a las personas sólo por ser ricos, pero: «A los ricos de este siglo
manda (instruye) que no sean altivos (orgullosos), ni pongan la esperanza en
las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios Vivo, que nos da todas
las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean
ricos en buenas obras, dadivosos, generosos (compartiendo); atesorando para sí
buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna» (I de
Timoteo 6:17-19).
Las
decisiones diarias y el estilo de vida revelan lo que en verdad se cree. Este
joven rico ilustra la razón por qué Jesús dijo: «estrecha es la puerta, y
angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan» (Mateo
7:14).
DIOS SE
ENCARGARÁ DE ENDEREZAR NUESTROS CAMINOS.
Debemos de
leer Su Palabra — la Palabra de Dios. «Reconócelo en todos tus caminos, y Él
enderezará tus veredas» (Proverbios 3:6).
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