JESUCRISTO
ES DIOS MIRE LA RESURRECCIÓN DE JESÚS Y LA GRAN COMISIÓN.
La
resurrección de Jesús le dio a Sus discípulos la llave para entender que Su Rey
y Su Reino los dos eran eternos. «Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda
potestad (autoridad) Me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y
haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os
he mandado. . . » (Mateo 28:18-20).
Cuando somos
bautizados «en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo» estamos
proclamando toda la plenitud de la Deidad. Así, por el bautismo público,
confesamos delante del mundo que Dios es nuestro «Padre Celestial». La frase «y
del Hijo» es nuestro testimonio al mundo que Jesús es ahora el Salvador y el
Señor de nuestras vidas. Sobre nuestra confesión, el «Espíritu Santo» viene a
ser nuestro Santificador, Consolador, y Guía por toda una vida (Juan 14:26;
16:13). Esto confirma la Trinidad de la Deidad y proclama que el Único Dios
también se expresa en Tres Personas.
El «nacer de
nuevo» (Juan 3:3,7) por Su Espíritu Santo es una experiencia sobrenatural que
cambia el corazón y transforma nuestro ser a una vida que alaba y sirve al
Señor diariamente. Esto no quiere decir que vamos a llegar a la perfección en
esta vida; pero tal y como Pedro nos insiste: «desead, como niños recién
nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para
salvación» (I de Pedro 2:1-2). El Señor ha provisto sólo un Libro y Su Espíritu
Santo para decirnos cómo debemos vivir y lo que Él espera que hagamos. El
apóstol Pablo proclama en el libro de Tito: «(Con) toda autoridad . . . Porque
la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres,
enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en
este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada
y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien
se dio a Sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar
para Sí un pueblo propio, celoso de buenas obras» (Tito 2:11-15). Sin excepción
todos nosotros a veces no cumplimos con el Señor pero, todos podemos decir
juntos con el apóstol Pablo: «Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya
alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (Filipenses 3:13-14).
Si Dios es
tu compañero debes de tener Grandes planes.
USTED ESCOGE
A QUIÉN SERVIR; COMO DIJO JOSUÉ:
“Escogeos
hoy a quién sirváis… pero yo y mi casa
serviremos a Jehová” (Josué 24:15 RV 1960).
En la vida
tenemos muchas opciones, ya sea en gran
escala — con quien casarse, como votar por nuestros líderes del país, que profesión tener — o
aparentemente insignificantes — que comer en
el desayuno, como vestirse hoy, qué dirección tomar en nuestro caminar diario. Todo nos afecta — a
un grado u otro.
Y esto es
uno de los puntos claves para recordar cuando tomamos estas opciones: no vivimos en un vacío;
nuestras opciones, dictan nuestras
acciones y sus resultados, afectan a los demás. Con más a menudo, aquellos más
cercanos a nosotros sienten el impacto más que los demás. Aquellos que decimos
amar pueden ser los más bendecidos por nuestras acciones. .. y los más
perjudicados cuando nuestras acciones no son buenas.
¿Esto es
bastante responsabilidad, verdad?
Particularmente para los seres frágiles
y con defectos, como nosotros mismos. Y
aún Dios libremente nos da el derecho de tomar esas opciones — y vivir las experiencias de las consecuencias que resultan.
En el Libro
de Josué, vemos donde los israelitas
fueron llamados a escoger entre los dioses falsos de otras naciones y el Dios verdadero que los había conducido
fielmente de la esclavitud en Egipto. ¿Debería haber sido una cosa fácil,
verdad? Pero si usted ha leído el resto de la historia, usted sabe que no sólo
un puñado pero muchos de los israelitas le dieron la espalda a Dios y en cambio decidieron seguir y adorar a ídolos falsos. Los
resultados no fueron bonitos.
¿Y nosotros?
¿Tomamos opciones sabias, basadas en la
Palabra de Dios? ¿Nos quedamos enfocados en Aquel quién no
ha salvado y nos ha librado de la esclavitud a este mundo, siguiéndolo
con fuerza, sin tener en cuenta procesos
o privaciones a lo largo del camino? ¿O decidimos ser desviados por los ídolos
falsos de este mundo — fama, fortuna, popularidad — y nos desviamos para
adorarlos y perseguirlos?
Recuerde,
mucha gente — incluyendo los más cercanos a nosotros —
están viendo que opciones tomamos. Podemos elegir sabiamente y alabar a Dios de
acuerdo pero entonces las consecuencias de nuestras
opciones serán una bendición y no una maldición para nosotros y para los demás.
Salmos
31:15: “En tu mano están mis tiempos.”
El gran
regalo de Dios para usted es Jesús. Su segundo mejor obsequio es el tiempo.
Cada segundo que vivimos es una dádiva de Dios.
¿Alguna vez
se le ha ocurrido que para que usted cese de vivir, Dios no tendría que
quitarle la vida? Todo lo que Dios tendría que hacer es dejar de dársela. Su
tiempo está en sus manos. Usted es un administrador del tiempo que Él le ha
dado. Tenemos 86.000 segundos en el día, ni uno más, ni uno menos. La
diferencia es mayordomía.
Hoy es un
día de revisión. ¿Cómo está usted aprovechando esos 86.000 segundos para la
gloria de Dios? ¿Va usted rezagado o adelantándosele a Dios?
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