ANDAR EN EL
ESPÍRITU Y NO SATISFAGO LOS DESEOS DE LA CARNE.
VIVIR BAJO
EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO.
LA PALABRA
DE DIOS TIENE TODA LA VALIDEZ, Y NO LA TRADICIÓN DE LOS HOMBRES.
JESÚS SE
PRONUNCIÓ FRENTE A LA TRADICIÓN DE LOS JUDÍOS.
La
reprimenda a los fariseos.
Los fariseos
insistían que la Ley de Dios fuese observada tal y como los escribas la
interpretaban; ellos creían en las Escrituras del Antiguo Testamento, pero
ellos se aferraban «a la tradición de los ancianos» más que a las Escrituras
(Marcos 7:3). Ellos creían que los discípulos de Jesús se habían contaminado
porque ellos no se lavaban antes de comer según las ceremonias descritas por
los fariseos anteriores y «la tradición de los ancianos». Debería haber sido un
gran despertamiento al oír a Jesús decir: «Hipócritas, bien profetizó de
vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios Me honra, mas su
corazón está lejos de Mí. Pues en vano Me honran, enseñando como doctrinas
mandamientos de hombres. . . . (Invalidando) la Palabra de Dios con vuestra
tradición que habéis transmitido» (7:6-8,13).
Después,
Jesús les explicó a Sus discípulos: «¿No entendéis que todo lo de fuera que
entra en el hombre, no le puede contaminar? Porque de dentro, del corazón de
los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones,
los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia
(sensualidad), la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas
estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre» (7:18-23).
Satanás a
veces sugiere malos pensamientos, pero sólo llegan a convertirse en pecados
cuando los aceptamos y empezamos a vivir en ellos. Nos engañamos si asumimos
que no hay ningún daño en vivir en los pensamientos pecaminosos mientras que
nunca se hablen o se lleven a cabo físicamente. Pero, el Espíritu Santo guio al
apóstol Pablo a escribir: «Por cuanto los designios de la carne (del mundo) son
enemistad (hostil) contra Dios; porque no se sujetan a la Ley de Dios» (Romanos
8:7).
Los
verdaderos creyentes tenemos una responsabilidad, y la habilidad, por medio del
Espíritu Santo que mora en nosotros, para poder vencer a todos los pensamientos
pecaminosos: «derribando argumentos y toda altivez (orgullo) que se levanta
contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la
obediencia a Cristo» (II de Corintios 10:4-5). Un verdadero compromiso para
leer toda la Palabra de Dios con un gran deseo de agradecer al Señor producirá
cambios interiores en nuestra conducta y en nuestras actitudes que causarán un
gran efecto en todo lo que decimos y en todo lo que hacemos. «Digo, pues: Andad
en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne» (Gálatas 5:16).
¿ QUÉ ESTÁS
GUARDANDO EN TU CORAZÓN?
Los
pensamientos no hablados expresan los verdaderos deseos de nuestros corazones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario