ACONTECIMIENTOS
FINALES QUE NOS DEJARÁN ASOMBRADOS A TODOS.
La mujer
vestida del sol; el dragón; el Hijo varón; la sangre del Cordero; las bestias.
«Apareció en
el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus
pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Y estando encinta,
clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento. También
apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía
siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas . . . Y el dragón
se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su Hijo
tan pronto como naciese. Y ella dio a luz un Hijo varón, que regirá con vara de
hierro a todas las naciones; y su Hijo fue arrebatado para Dios y para Su
trono» (Apocalipsis 12:1-5). Este pasaje se refiere al nacimiento y a la
ascensión de Jesucristo.
«(El) gran
dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al
mundo entero» (12:9) está siempre en oposición al pueblo de Dios. A Satanás
aquí se le da cuatro diferentes nombres: «el gran dragon» representa su
carácter monstruoso como el enemigo de Dios; «la serpiente» señala a su forma
de engañar como lo hizo en el Huerto del Edén; «(el) diablo» nos recuerda que
él es el gran calumniador; «y Satanás» que quiere decir adversario. «Sed
sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda
alrededor buscando a quien devorar» (I de Pedro 5:8). Sus métodos más efectivos
para derrotar al creyente son las «buenas cosas» que le interesan a la
naturaleza humana. El mundo sigue buscando el éxito y la felicidad aquí en la
tierra por medio de las cosas materiales. Pero, sólo cuando nos rendimos a la
voluntad del Señor es que las bendiciones del Señor nos satisfacen y llegan a
ser nuestro estilo de vida. Esto es ilustrado por medio de «la mujer (que) huyó
al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten
por mil doscientos sesenta días» (Apocalipsis 12:6). La prueba para el
remanente de Dios ocurre en «(el) desierto», el cual también parece ser
semejante a un desierto que significa la condición moral de este mundo
gobernado por «(el) gran dragón escarlata (Satanás)» (12:3). Pero, hay una paz
preciosa que viene aun en el desierto cuando dejamos los resultados en las
manos de nuestro Creador. Pues, Dios nunca es derrotado.
«Y ellos
(los creyentes santos) le han vencido (a Satanás) por medio de la sangre del
Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas
hasta la muerte» (Apocalipsis 12:11).
EL TRIUNFO
DEL ENEMIGO SOLO LO ALCANZA POR LA IGNORANCIA NUESTRA.
Satanás
solamente prospera por medio de la ignorancia bíblica de los creyentes santos.
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