miércoles, 9 de diciembre de 2015

EL DÍA QUE LE DIGA AL SEÑOR QUE HE PELEADO LA BATALLA.

EL DÍA QUE LE DIGA  AL SEÑOR QUE HE PELEADO LA BATALLA.
Segunda Timoteo 4:7: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.”
Cuando Jesús llegó al final de su vida dijo: “Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese” (Juan 17:4). Él se mantuvo en el camino. Lo mismo hizo Pablo. Ellos lograron lo que Dios les había mandado hacer. Todo hombre tiene una carrera que debe correr. Toda mujer tiene una carrera por delante. Dios sabe el curso. Y todo lo que Dios demande de usted, Él le dará el poder para llevarlo a cabo. Ya sea que usted tenga nueve o noventa años, sea joven o viejo, rico o pobre: ¡Dios posee un plan para su vida! ¡Dios tiene una carrera que quiere que usted corra!
¿Cuál es la carrera que Dios ha puesto ante usted? Dele gracias a Dios por el poder que le da para terminar la trayectoria.
Primera Corintios 9:24: “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.”
Los corredores no sólo necesitan deshacerse de pesas que pueden estarlos retrasando, sino que también necesitan remover cosas que están en su camino con las cuales puede tropezarse. Como creyente, las cosas buenas en la vida pueden hacernos reducir la velocidad, pero el pecado nos detendrá por completo: nos hará una zancadilla. ¡Es mejor que usted aprenda a tratar el pecado como el pecado lo trataría a usted! El pecado será despiadado con usted, y usted necesita ser despiadado con el pecado. Segunda Timoteo 2:19 manda: “Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.”
¿Existe algún pecado sin confesar en su vida que le está haciendo tropezar? Ore el Salmo 139:23-24.
Primera Corintios 6:12: “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, más yo no me dejaré dominar de ninguna.”
Si usted quiere ser un vencedor en la carrera que Dios tiene para usted, debe aprender la disciplina de poner a un lado sus pesas. En muchas ocasiones, estas pesas son cosas buenas en nuestras vidas. Con todo, las cosas buenas son malas cuando éstas nos impiden hacer lo mejor. La vida sería simple si fuese una opción entre lo bueno y lo malo. Sin embargo, generalmente, es una opción entre lo bueno y lo mejor. Nuestro versículo enseña: “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen.” Cuando medite en la palabra “convienen”, piense en una expedición, puesto que usted va hacia algún lugar, y si algo le retrasa en su caminar, es exceso de equipaje y usted necesita deshacerse de éste, puesto que no conviene.
Pregúntele a Dios: “¿Existen cosas lícitas, permisibles en mi vida que están impidiéndome correr la carrera que me has dado?” Si el Señor le revela algo, pida disciplina para poder hacerlas a un lado.
Hebreos 12:1: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.”
Una mujer quien era muy callada fue a un juego de fútbol americano de una escuela secundaria. Ella había estado en silencio todo el partido hasta que alguien dejó caer la pelota en la cancha. Luego el “quarterback” (o capitán) suplente, un delgaducho y pequeño joven, la recogió y empezó a correr dejando atrás a los otros jugadores al dirigirse hacia la meta. ¡Y esta pequeña señora explotó! Ella saltó y gritó: “¡Corre, hijo, corre!” Él era su hijo. Eso es lo que los santos están exclamando al vernos en la cancha de la vida. Ellos están animándonos, desde la gradería celestial, a seguir corriendo “con paciencia la carrera que tenemos por delante”.¿ Cuál es su carrera del 2016?
¿Necesita ánimo el día de hoy? ¡Imagine a los santos, una gradería del tamaño del cielo, que le motiva a seguir adelante hacia la victoria!
UNA CARRERA QUE HAY QUE CORRER CON PACIENCIA.
Juan 12:24: “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.”
 Usted puede ver el tamaño de un creyente por lo que lo detiene. Hebreos 12:1 enseña que nosotros debemos correr “con paciencia la carrera que tenemos por delante”. Y esta palabra “paciencia “no se usa en el sentido que actualmente nosotros la usamos. Ésta significa literalmente ‘perseverancia’. Todos sabemos que un corredor va ganar o perder la carrera primordialmente por su perseverancia. Usted no puede detenerse. Cuando siente dolor, no puede parar. Cuando siente que sus pulmones arden, no puede parar. Cuando sus pies los sienten como plomo, no puede parar. Cuando su costado le duele, ¡usted no puede detenerse! ¡Usted nunca será un atleta espiritual si es un desertor! Ningún dolor. Ninguna ganancia.
¡Dele gracias a Dios por su poder que le equipa para poder correr la carrera y ganar la corona del vencedor!
SU CARRERA NECESITA DE UNA GRAN FE EN DIOS.
Marcos 11:22: “Respondiendo Jesús, les dijo: “Tened fe en Dios.”
Se le preguntó a algunos creyentes: “¿Cómo están?” Ellos respondieron: “Bueno, bajo las circunstancias...” ¿Cómo se metieron allí? Las circunstancias son como un colchón. Se supone que usted debe estar arriba, no debajo de éste. Bajo las circunstancias, usted se sofoca; sobre ellas descansa bastante bien. La única manera en que usted puede correr la carrera es quitando sus ojos de las cosas o las personas a su alrededor y poniéndolos en Jesús. Él es el creador de la carrera. Él es la meta a la que usted corre. Si pone su mira en Jesús para que Él le provea toda necesidad en su carrera, usted encontrará que la fe crece en su corazón y en su vida. Verá, lo que se requiere no es una gran fe en Dios; sino fe en un gran Dios.
UN DIOS QUE ES SANTO.
Isaías 57:15: “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo.”
“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano”(Éxodo 20:7). Todos sabemos que el empleo de palabras profanas es una manera en que usted puede tomar el nombre de Dios en vano, más le diremos otra forma y es en frívola palabrería. Es decir, utilizar sin pensar o a la ligera el nombre de Dios. Efesios 5:4 menciona “ni necedades, ni truhanerías”. ¿Qué significa eso? El nombre de Dios es santo. No debemos utilizar su nombre a menos que lo esté haciendo seriamente. Ahora, si acostumbra a integrar el humor para ilustrar algo, eso está bien. Sin embargo, es repugnante usar el nombre Santo de Dios frívolamente.
Empiece el día meditando en la santidad de Dios.
Respuesta: ¿Quién es Dios? – El hecho
El hecho de la existencia de Dios es tan conspicuo, tanto a través de la creación y a través de la conciencia del hombre, que la Biblia llama “necio” al ateo (Salmo 14:1). De acuerdo a esto, la Biblia nunca intenta probar la existencia de Dios; más bien, asume su existencia desde el mismo inicio (Génesis 1:1). Lo que la Biblia hace, es revelar la naturaleza, el carácter y la obra de Dios.
¿Quién es Dios? – La definición
Es de suma importancia entender correctamente a Dios, porque una falsa idea acerca de Dios es idolatría. En el Salmo 50:21, Dios reprueba al hombre impío con esta acusación: “Pensabas que de cierto sería yo como tú”. Para empezar, una buena manera de resumir la definición de lo que es Dios es “el ser supremo; el creador y gobernador de todo lo que hay, el auto-existente que es perfecto en poder, bondad y sabiduría”.
¿Quién es Dios? – Su naturaleza
Sabemos que ciertas cosas acerca de Dios son verdad por una razón; en su misericordia, él ha condescendido a revelarnos algunas de sus cualidades. Dios es espíritu, por naturaleza intangible (Juan 4:24). Dios es uno, pero existe en tres personas – Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo (Mateo 3:16-17). Dios es infinito (1 Timoteo 1:17), incomparable (2 Samuel 7:22), e inmutable (Malaquías 3:6). Dios existe en todas partes (Salmo 139:7-12), sabe todas las cosas (Mateo 11:21), y tiene todo el poder y la autoridad (Efesios 1; Apocalipsis 19:6).
¿Quién es Dios? – Su carácter
Estas son algunas de las características de Dios que se revelan en la Biblia: Dios es justo (Hechos 17:31), amoroso (Efesios 2:4-5), veraz (Juan 14:6), y santo (1 Juan 1:5). Dios muestra compasión (2 Corintios 1:3), misericordia (Romanos 9:15), y gracia (Romanos 5:17). Dios juzga el pecado (Salmo 5:5) pero también ofrece el perdón (Salmo 130:4).
¿Quién es Dios? – Su obra
No podemos entender a Dios aparte de sus obras, porque lo que Dios hace procede de quién es él. Esta es una lista abreviada de las obras de Dios; pasadas; presentes y futuras. Dios creó al mundo (Génesis 1:1; Isaías 42:5); él sostiene activamente al mundo (Colosenses 1:17); él ejecuta su plan eterno (Efesios 1:11) el cual incluye la redención del hombre de la maldición del pecado y de la muerte (Gálatas 3:13-14); él lleva a la gente a
Cristo (Juan 6:44); él disciplina a sus hijos (Hebreos 12:6); y él juzgará al mundo (Apocalipsis 20:11-15).
¿Quién es Dios? – Una relación con él

Dios se encarnó en la persona del Hijo, (Juan 1:14). El Hijo de Dios se hizo el Hijo del hombre y por lo tanto es el “puente” entre Dios y el hombre (Juan 14:6; 1 Timoteo 2:5). Es solo a través del Hijo que podemos tener el perdón de los pecados (Efesios 1:7), la reconciliación con Dios (Juan 15:15; Romanos 5:10), y la salvación eterna (2 Timoteo 2:10). En Jesucristo “habita corporalmente toda la plenitud de la deidad” (Colosenses 2:9). Así que, para saber realmente quién es Dios, todo lo que tenemos que hacer, es vera Jesús.

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