PABLO SE
DECLARA APÓSTOL DE JESUCRISTO Y USTED POR QUÉ NO SE DECLARA SERVIDOR DE
JESUCRISTO?
EL ENCARGO
DE PREDICAR LA PALABRA DE VERDAD.
No había
ninguna incertidumbre en la convicción del apóstol Pablo que él era «apóstol de
Jesucristo. . . quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a
nuestras obras, sino según el propósito Suyo y la gracia que nos fue dada en
Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos» (II de Timoteo 1:1,9).
El nombre de
«Jesús» y Su título «Cristo» fueron usados seis veces en los primeros dos
versículos. Las Buenas Nuevas del evangelio de Jesucristo es que Él imparte la
vida eterna a todos los que le reciben por medio de la fe. El resto de todas
las cosas que hacemos toman segundo lugar al propósito supremo por el cual
Jesucristo vino: «Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se
había perdido» (Lucas 19:10).
La vida del
creyente puede que requiera participar «de las aflicciones por el evangelio»
(II de Timoteo 1:8). Sin embargo, no debemos temer las aflicciones porque
«nuestro Salvador Jesucristo. . . quitó la muerte y sacó a luz la vida y la
inmortalidad por el evangelio» (1:10).
El negar a
Cristo viene en muchas formas. Nuestro estilo de vida puede ser una forma de
negarle. En medio de un mundo perdido, si nos mantenemos callados en la
presencia de vergonzosos pecados, entonces estamos negando al Señor. El no
hacer todo lo posible para alcanzar a un mundo perdido con Su Palabra es quizás
la forma más seria de negarle. Pues hemos sido amonestados: «Porque vendrá
tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina (enseñanza), sino que teniendo
comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,
y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas (mitos,
historietas)» (4:3-4).
Hoy en día,
entre algunas personas, hay una cristiandad que se mezcla con el mundo al
apoyar la avaricia, el deseo de la comodidad, la riqueza, la ociosidad, y las
posesiones materiales. Es un contraste bien chocante que el «buen soldado»
tiene que sufrir «penalidades», de quien Pablo dijo: «Ninguno que milita se
enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a Aquel que lo tomó por
soldado» (2:3-4). «Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis
resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues
firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia.
. . Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los
dardos de fuego del maligno» (Efesios 6:13-14,16).
LA ACTITUD
DE UN SIERVO.
Cualquiera
de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
Lucas 14:33.
Pocos en la
iglesia actual están consagrados a Jesucristo como lo estuvo el apóstol Pablo.
Pablo ejemplifica de lo que hablaba Cristo cuando dijo "Si alguno quiere
venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame"
(Lc. 9:23). Pablo vivía tan entregado a nuestro Señor que no le importaba si
vivía o moría. Esa es una actitud de la que prácticamente no se oye en nuestra
época materialista y ególatra. La mayoría de las personas hoy viven para todo
menos para lo que Pablo vivía.
Pablo seguía
sintiendo gozo siempre que su Señor fuera glorificado, aun cuando fuera él
mismo amenazado de muerte. Lo único que le importaba era que se siguiera
difundiendo el evangelio, que se predicara a Cristo y que se exaltara al Señor.
La fuente de su gozo estaba totalmente relacionada con el reino de Dios.
DEJARLO TODO
POR SERVIR A DIOS.
LEJOS DE
TODA AVARICIA. 1 Timoteo 6: 6- 12.
6:6 Pero
gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento;
6:7 porque
nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar.
6:8 Así que,
teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.
6:9 Porque
los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias
necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición;
6:10 porque
raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se
extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
6:11 Mas tú,
oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe,
el amor, la paciencia, la mansedumbre.
6:12 Pelea
la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo
fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.
BASTANTE
NUNCA ES SUFICIENTE.
© Copyright
2009 Más de la Vida con Jorge Cota.
Hace algún
tiempo leí una calcomanía que decía: Bastante nunca es suficiente. Eso, es exactamente
lo que es la avaricia. Bastante nunca es suficiente.
La avaricia
no es simplemente la apreciación del dinero. No es la apreciación de las cosas
o la acumulación de las cosas. No es la extravagancia porque la extravagancia es
relativa. Si tienes más de un par de zapatos y dos abrigos ya eres extravagante
para la mayoría del mundo.
En cambio,
la avaricia es el deseo loco, descontrolado; es el consumo fuera de control.
La avaricia
es ser devorado por algún deseo. La avaricia es la razón principal del porqué
el endeudamiento del consumidor se ha duplicado en los últimos diez años.
La avaricia
es descrita de esta forma en un epitafio en Inglaterra: "Ella murió por el
deseo de las cosas". Al lado está otra tumba con el epitafio: "¡El
murió tratando de dárselas a ella!"
La avaricia
le da permiso a las posesiones para que nos posean. Al hacerlo, la avaricia
llega a ser el cáncer del contentamiento.
Despacio consume a sus víctimas remplazando el contentamiento con el
deseo insaciable de obtener dinero y posesiones materiales. En resumidas
cuentas de acuerdo a la Biblia; la avaricia es el amor al dinero.
Hace algunos
años una de las encuestas más grandes jamás conducidas en los Estados Unidos les
preguntó a las personas; ¿Qué estarías dispuesto a hacer por 10 millones de
dólares?
El 3% dijo
que estaría dispuesto a poner a sus hijos en adopción. (¡Conociendo algunos
niños no me sorprendí!) El 16% dijo que abandonaría a su cónyuge. El 25% dijo
que por 10 millones de dólares abandonaría a su familia para siempre. El 23%
dijo que por 10 millones de dólares sería prostituta por una semana.
En otra
encuesta, el monto era de un millón de dólares. El 65% dijo que viviría en una
isla desértica a solas por un año. El 30% dijo que pasaría seis meses en la
cárcel por un delito que no cometió.
Por $3,000
dólares, el 24% (1 de 4) dijo que revelaría el secreto más profundo, y oscuro
de su mejor amigo aun cuando juró por cielo y tierra que no le diría a nadie.
Por $500 dólares, el 66% dijo que besaría en los labios a un extraño. Por $50
dólares, 3 de 4 personas dijo que besaría a una rana. ¡Yo sí besaría una rana
por $50 dólares!
La avaricia
es muy común y los parámetros de qué haremos y por cuánto están arraigados en
nuestro amor al dinero. El dinero no es el problema. El amor al dinero es el
problema. Del amor al dinero surgen los fraudes, las mentiras, los robos, las
traiciones, y los engaños. No obstante, en el fondo, la avaricia es acusar a
Dios de no proveer por nuestras necesidades.
LOS DESEOS
PUEDEN LLEVARNOS AL PECADO.
CUIDADO CON
TUS DESEOS.
“No
codiciarás”… - Éxodo 20:17
A veces me
pregunto por qué Dios no enumeró los Diez Mandamientos en el orden inverso, ya
que el décimo se relaciona con el primer pecado: el deseo. El pecado de Eva no
fue simplemente desear una fruta, sino querer tener el conocimiento que Satanás
le dijo que la haría semejante a Dios (Génesis 3:5). Su codicia la llevó a
violar el primero y el décimo mandamiento que Dios posteriormente le dio a
Moisés.
Si no
codiciamos, eliminamos muchas de las razones por las cuales desobedecemos los
otros mandamientos. Querer tener lo que no es nuestro nos induce a mentir,
robar, cometer adulterio, matar y negarnos a honrar a nuestros padres.
Rehusamos descansar, porque con seis días de trabajo, no podemos conseguir lo
que deseamos. Usamos mal el nombre de Dios cuando lo empleamos para justificar
algo que queremos hacer. Idolatramos las riquezas y las relaciones
interpersonales porque no queremos colocar toda nuestra confianza en el Señor.
Me resulta
difícil pensar en pecados que no incluyan alguna forma de codicia. Sin embargo,
como es el último de la lista, tendemos a pensar que es el más insignificante,
pero no es así. Si detenemos el pecado cuando todavía está en nuestro corazón y
en nuestra mente, evitamos convertir a los demás en víctimas de nuestro actuar
pecaminoso y evitamos sus graves consecuencias.
Contentamiento
es comprender que Dios ya me ha dado todo lo que necesito.
Autor:
Editores de Nuestro Pan Diario.
PRINCIPIOS
BÍBLICOS PARA ESTAR CONTENTOS.
Alguien dijo: “El contentamiento nunca es el
resultado de la posesión o escasez de cosas. Viene como resultado de una
actitud de amor, adoración y gratitud hacia Dios y hacia la vida que Dios nos
da”. Estudie y memorice estos principios y versículos:
1. Aprenda a
dar gracias en todo (1Ts. 5:18).
2. No mire
por lo suyo propio (Fil. 2:4).
3. No busque
lo suyo propio (Fil. 2:21).
4. No se
afane por nada (Fil. 4:7).
5. No se
aferre a las cosas materiales (Job 1:21 – Sal. 39:6).
6. No se
desgaste por las riquezas materiales (Pr. 23:4).
7. Si tiene
sustento y abrigo debe estar contento (Mt. 6:25-34).
8. No
ambicione hacerse rico, la codicia esclaviza y causa daños (1Ti. 6:9).
9. No ame el
dinero, ame a Dios (1Ti. 6:10 – Mr. 12:30).
10. Sea
generoso y comparta de aquello que Dios le da (2 Co. 9:7 - Ro. 12:13).
11. Cuide el
corazón, por medio de la comunión con Dios (He. 10:23, 1Co. 10:12).
12. Espere
con ansias la venida del Señor y viva de acuerdo a este evento (Stg. 5:8 - 1
Ts. 4:17,18).
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