sábado, 12 de diciembre de 2015

LA SUPERIORIDAD DE CRISTO QUE ES SUPERIOR A LOS ÁNGELES Y A MOISÉS.

LA SUPERIORIDAD DE CRISTO QUE ES SUPERIOR A LOS ÁNGELES Y A MOISÉS.
 La razón por qué Cristo asumió un cuerpo humano; la superioridad de Cristo a los ángeles y a Moisés; la salvación; Cristo, nuestro Sumo Sacerdote.
Fueron los ángeles los que rescataron a Lot de Sodoma (Génesis 19:1-26); los ángeles también le ministraron a Jesús al terminar Su ayuno de 40 días (Mateo 4:11); y fueron los ángeles los que rescataron a Pedro de la prisión. Pero, aun de más consuelo para nosotros es saber que los ángeles «son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación» (Hebreos 1:14). Pensemos un momento, eso incluye a todos los que son «herederos de la salvación». Aun cuando parece que Satanás ha arruinado nuestras vidas, Dios, quien creó y gobierna el universo, está convirtiendo aun las obras de Satanás y la ira de los hombres para continuar Su suma voluntad en cada una de nuestras vidas.
La importancia de los ángeles no se compara a la superioridad de Cristo. Pero, aún, a pesar de Su superioridad eterna como el Creador de los ángeles, por Su gran amor para con nosotros, Jesús voluntariamente «fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, (a quien ahora vemos) coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. Porque convenía (fue justo) a Aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al Autor de la salvación de ellos. . . . Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. Por lo cual debía (fue mejor) ser en todo semejante a Sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel Sumo Sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo» (2:9-10,16-17).
Consideremos los honores dotados a Moisés quien rescató a Israel de Egipto. Por medio de Moisés la orden levítica completa, el tabernáculo, y el antiguo sistema de adoración fueron instituidos; pero Cristo rescata a todos los que le reciben a Él del castigo de un infierno eterno (Juan 3:16).
«Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en Su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la Palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron. Pero los que hemos creído entramos en el reposo» (Hebreos 4:1-3).
CRISTO DEBE GOBERNAR POR COMPLETO NUESTROS CORAZONES.
Cuando Cristo, el Príncipe de Paz gobierne nuestros corazones, entonces es que no vamos a insistir en nuestros propios caminos.
JESUCRISTO ES NUESTRO SACERDOTE PARA SIEMPRE.
Hebreos 4:15: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino UNO que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.”
Cuando algo malo nos pasa, a veces nos preguntamos: “¿Qué hice? Debí haber hecho algo terrible.” Y luego continuamos por el camino de la introspección mórbida o lo que el pastor Rogers llamaba “clavar la mirada en el ombligo”. Miramos hacia abajo y nos observamos internamente. Nos despedazamos parte por parte, examinándonos y re-examinándonos una y otra vez. Luego, nos volvemos a reconstruir con el fin de encontrar en qué fallamos. Puede ser que usted no ha hecho absolutamente nada incorrecto y que simplemente Dios esté probando su fe. Verá, si no entendemos esto, podemos desanimarnos porque las semillas de la duda y desmoralización germinan en el suelo de la ignorancia.
Clame las promesas de 1 Pedro 1:3-9 para que adquiera fortaleza en medio de la tribulación.


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