viernes, 11 de diciembre de 2015

EN ESTA NAVIDAD, UN VALOR PARA RESALTAR: LA LEALTAD.

EN ESTA NAVIDAD, UN VALOR PARA RESALTAR: LA LEALTAD. LA HISTORIA DE DAVID Y JONATÁN.
Citas Bíblicas. 1Samuel 18: 1- 5, 20: 1 - 42 Y 2 Samuel 1: 1- 27. DRAMATIZACIÓN.
PRIMERA ESCENA: EL PACTO DE AMISTAD.
Saúl: Ven hijo Jonatán para que conozcas al joven David, que hoy nos visita.
Jonatán: Bienvenido a palacio David, desde ahora eres mi amigo; y nuestra amistad durará por muchos años; veo como haz agradado a mi padre.
Y se abrazaron.
Jonatán: Toma David amigo mío. Estas son mis pertenencias: Mi manto, mis ropas reales, mi espada, mi arco y mi talabarte. Son tuyas ahora.
David. Que buen amigo eres Jonatán, seguro, no te voy a defraudar. Volveré muy pronto, sabes que el Filisteo me espera para la batalla.
Jonatán: Haz regresado triunfante mi amigo David, felicitaciones, mataste al gigante Goliat.
David: Jehová, El Dios de los ejércitos ha peleado por mí.
Jonatán: Mi padre no está muy orgulloso de ti David y escucha lo que se canta en las calles salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando y danzando, para recibir al rey Saúl, con panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos de música.
Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a sus miles, Y David a sus diez miles.
Y se enojó  mi padre en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino.
David: No es mi intensión mi amigo Jonatán, estar en contra de tu padre el Rey Saúl, no he provocado yo esto.
Saúl: David, ven cerca de mí, ya que el espíritu me atormenta; y toca el arpa como solo tú sabes hacerlo. Lo miraba con odio y de un momento a otro tiró la lanza contra David, luego lo volvió a hacer.
David: Rey Saúl que pasa contigo, por qué esa violencia, si yo nada he hecho contra ti.
SEGUNDA ESCENA: DAVID HUYE A NAIOT EN RAMÁ.
David: ¿Qué he hecho yo? ¿Cuál es mi maldad, o cuál mi pecado contra tu padre, para que busque mi vida?
Jonatán: En ninguna manera; no morirás. He aquí que mi padre ninguna cosa hará, grande ni pequeña, que no me la descubra; ¿por qué, pues, me ha de encubrir mi padre este asunto? No será así.
David: Tu padre sabe claramente que yo he hallado gracia delante de tus ojos, y dirá: No sepa esto Jonatán, para que no se entristezca; y ciertamente, vive Jehová y vive tu alma, que apenas hay un paso entre mí y la muerte.
Jonatán: Lo que deseare tu alma, haré por ti.
David: He aquí que mañana será nueva luna, y yo acostumbro sentarme con el rey a comer; mas tú dejarás que me esconda en el campo hasta la tarde del tercer día.
Si tu padre hiciere mención de mí, dirás: Me rogó mucho que lo dejase ir corriendo a Belén su ciudad, porque todos los de su familia celebran allá el sacrificio anual.
Si él dijere: Bien está, entonces tendrá paz tu siervo; más si se enojare, sabe que la maldad está determinada de parte de él.
20:8 Harás, pues, misericordia con tu siervo, ya que has hecho entrar a tu siervo en pacto de Jehová contigo; y si hay maldad en mí, mátame tú, pues no hay necesidad de llevarme hasta tu padre.
Jonatán: Nunca tal te suceda; antes bien, si yo supiere que mi padre ha determinado maldad contra ti, ¿no te lo avisaría yo?
David: ¿Quién me dará aviso si tu padre te respondiere ásperamente?
Jonatán: Ven, salgamos al campo.
Jonatán: ¡Jehová Dios de Israel, sea testigo! Cuando le haya preguntado a mi padre mañana a esta hora, o el día tercero, si resultare bien para con David, entonces enviaré a ti para hacértelo saber.
Pero si mi padre intentare hacerte mal, Jehová haga así a Jonatán, y aun le añada, si no te lo hiciere saber y te enviare para que te vayas en paz. Y esté Jehová contigo, como estuvo con mi padre.
Y si yo viviere, harás conmigo misericordia de Jehová, para que no muera,
y no apartarás tu misericordia de mi casa para siempre. Cuando Jehová haya cortado uno por uno los enemigos de David de la tierra, no dejes que el nombre de Jonatán sea quitado de la casa de David.
Jonatán: Requiéralo Jehová de la mano de los enemigos de David.
Jonatán: David jura  otra vez, hazlo por el amor de hermanos que hay entre los dos.
Jonatán: Mañana es nueva luna, y tú serás echado de menos, porque tu asiento estará vacío.
Estarás, pues, tres días, y luego descenderás y vendrás al lugar donde estabas escondido el día que ocurrió esto mismo, y esperarás junto a la piedra de Ezel.
Y yo tiraré tres saetas hacia aquel lado, como ejercitándome al blanco.
Luego enviaré al criado, diciéndole: Ve, busca las saetas. Y si dijere al criado: He allí las saetas más acá de ti, tómalas; tú vendrás, porque paz tienes, y nada malo hay, vive Jehová.
Más si yo dijere al muchacho así: He allí las saetas más allá de ti; vete, porque Jehová te ha enviado.
En cuanto al asunto de que tú y yo hemos hablado, esté Jehová entre nosotros dos para siempre.
TERCERA ESCENA: LA COMIDA CON EL REY SAÚL.
Saúl: ¿Por qué no ha venido a comer el hijo de Isaí hoy ni ayer?
Jonatán: David me pidió encarecidamente que le dejase ir a Belén,
Diciendo: Te ruego que me dejes ir, porque nuestra familia celebra sacrificio en la ciudad, y mi hermano me lo ha mandado; por lo tanto, si he hallado gracia en tus ojos, permíteme ir ahora para visitar a mis hermanos. Por esto, pues, no ha venido a la mesa del rey.
Saúl: Con ira: Hijo de la perversa y rebelde, ¿acaso no sé yo que tú has elegido al hijo de Isaí para confusión tuya, y para confusión de la vergüenza de tu madre?
Porque todo el tiempo que el hijo de Isaí viviere sobre la tierra, ni tú estarás firme, ni tu reino. Envía pues, ahora, y tráemelo, porque ha de morir.
Jonatán: ¿Por qué morirá? ¿Qué ha hecho?
Saúl: le arrojó una lanza para herirlo;
Jonatán: Ahora entendió que mi padre está resuelto a matar a David.
Jonatán: No comeré pan en la mesa con mi padre el segundo día de la nueva luna; porque tengo dolor a causa de David..
CUARTA ESCENA: AVISO DE JONATÁN A DAVID DEL PELIGRO DE MUERTE.
Jonatán: Ven muchacho vamos al campo Y Corre y busca las saetas que yo tirare. ¿No está la saeta más allá de ti?
Jonatán: Corre, date prisa, no te pares.
Muchacho: Aquí están las saetas Señor
Jonatán: Toma estas armas. Vete y llévalas a la ciudad.
David: se inclinó tres veces postrándose hasta la tierra; y besándose el uno al otro, lloraron el uno con el otro; y David lloró más.
Jonatán: Vete en paz, porque ambos hemos jurado por el nombre de Jehová, diciendo: Jehová esté entre tú y yo, entre tu descendencia y mi descendencia, para siempre.
QUINTA ESCENA: DAVID RECUERDA CON TRISTEZA  A SAÚL Y A SU AMIGO JONATÁN.
David: ¡Cómo han caído los valientes!
Hijas de Israel, llorad por Saúl,
¡Cómo han caído los valientes en medio de la batalla!
¡Jonatán, muerto en tus alturas!

Angustia tengo por ti, hermano mío Jonatán,

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