EL RESPETO
EMPIEZA CON HONRAR, AMAR Y OBEDECER A NUESTROS PADRES.
Éxodo 20:12:
“Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que
Jehová tu Dios te da.”
Sea usted
joven o mayor, usted puede honrar a sus padres. ¿Cómo? Al mostrarles respeto.
Levítico 19:3 dice: “Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis días de
reposo guardaréis. Yo Jehová vuestro Dios.” La palabra “temerá” no significa
temblar ante la presencia de sus padres. Lo que quiere decir es que usted debe
tener un respeto santo por su padre y por su madre.
Usted podrá
objetar: “Pero mis padres no son dignos de respeto.” Con todo respeto, usted
tampoco lo es. Nosotros no somos dignos de respeto. Sólo hijos perfectos pueden
exigir padres perfectos, y ningún hijo es perfecto. Nuestros padres son
imperfectos. Usted también lo es. Por el contrario, Dios es santo y Él manda
que debamos respetar a nuestros padres.
¿Cómo está
su relación con sus padres? Si no les está mostrando el tipo de respeto bíblico
que Dios requiere, empiece a hacerlo hoy para gloria de Dios.
SERVIR A LOS
DEMÁS CON TODO RESPETO.
“Siervos,
obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que
quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios”
(Colosenses 3:22).
¿Trabaja
usted para una persona difícil? “¡Sí! Es un esclavizador, avaro e intimidador. ”Bueno,
veamos lo que la Biblia dice acerca de los “esclavizadores”:
“Criados,
estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y
afables, sino también a los difíciles de soportar” (1 Pedro 2:18). “¿Me quiere
decir que debo someterme a ese Ogro en dos piernas?” ¡Exactamente! Y no sólo
someterse, sino también “servirle”. Usted puede acallar las voces de la crítica
y traer a esa persona a Jesucristo, cuando practica la más poderosa fuerza
sobre la faz de la tierra: sometimiento por medio de la obediencia.
Pídale a
Dios que le dé un espíritu de sumisión hacia las autoridades en su vida.
Ruéguele que le dé la fortaleza para hacer “lo imposible”, levantarse por sobre
las circunstancias, y refleje en su vida y sus acciones, su Espíritu de
confianza y obediencia.
¿Hay,
agitándose en su corazón, un espíritu de rebeldía? A lo mejor usted ni siquiera
lo reconoce. Pero si lo hace, le rogamos que haga algo al respecto, ahora
mismo. Pídale a Dios que le limpie de su deseo de rebeldía. Que desarraigue
toda rebeldía en usted, puesto que Él no la quitará hasta que usted renuncie a
ella. Es su decisión. Clame a Dios que le perdone por las necias y descuidadas
palabras que ha pronunciado. Ruegue que le quite ese espíritu de rebeldía
contra las autoridades. Pídale que le enseñe cómo amorosamente respetar a las
personas cuando están equivocadas.
¿Hay alguien
que le ha hecho daño, y usted busca vengarse? ¿Tiene la necesidad de que sus
“derechos” sean exaltados sobre otros? Lea y aplique la verdad de Filipenses
2:3-11.
2:3 Nada
hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada
uno a los demás como superiores a él mismo;
2:4 no
mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los
otros.
2:5 Haya,
pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
2:6 el cual,
siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse,
2:7 sino que
se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
2:8 y
estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente
hasta la muerte, y muerte de cruz.
2:9 Por lo
cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo
nombre,
2:10 para
que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos,
y en la tierra, y debajo de la tierra;
2:11 y toda
lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
CREAR UNA
CONCIENCIA DE RESPETO, CUIDADO Y AMOR POR ESA MUJER ESE ES EL OBJETIVO:
MADRE,
ESPOSA Y COMPAÑERA DEL VARÓN.
Hoy
quiero presentarme como esposo, como
padre de familia y como responsable del hogar.
TODOS
VIVIMOS ESTE DRAMA DÍA A DÍA. ESTO NO PARECE TENER SOLUCIÓN PERO SÍ LA HAY.
Les recuerdo
que existe un plan de Dios para la familia. Fue Dios quien creo a Eva, como
esposa para Adán. Así que la idea de formar el hogar vino de Dios mismo.
Es Dios
quien describe a esa mujer y esposa como una “ayuda idónea” o “ayuda adecuada”
También es
Dios el que dice: maridos, amad a vuestras mujeres y no las traten con dureza.
Maridos
vivan con ellas sabiamente, dando honor a la mujer. Trátela como a vaso frágil.
Vemos
entonces un papel muy claro acerca de la responsabilidad del esposo: Amar,
proteger, proveer de todo lo necesario para esa mujer que elegimos
voluntariamente y con la que se celebra un pacto de permanencia hasta que la
muerte nos separe.
Esta primera
responsabilidad debe ser transmitida del esposo a los hijos; ellos deben saber
que su madre es una mujer amada, respetada, protegida.
¿ Es eso lo
que usted está haciendo en su familia?. Felicitaciones por empezar el proceso
formativo de sus hijos varones, es parte de la formación y la crianza de los
hijos, es lógico que aprendan a tener el mismo concepto de sus hermanas y ellas
a su vez de su madre.
Ahora
hablemos de la responsabilidad de la esposa.
Dice Dios:
La mujer, respete a su marido, estén sujetas a sus maridos, sean castas.
La conducta
respetuosa de la esposa trae armonía, gozo, equilibrio, paz, seguridad y un
ambiente agradable para toda la familia.
¿ Es eso lo
que estás haciendo en tú hogar mujer?. Entonces felicitaciones porque los hijos
varones están aprendiendo que cuando crezcan van a encontrar unas esposas tan
especiales, que lo desearán, y van a conocer desde chicos el papel que les
espera cuando aquel tan anhelado día llegue.
Dice Dios
que si instruyes al niño en el camino correcto, aun cuando este viejo, no lo olvidará.
Allí la
sociedad va a tener unos hogares con mucho futuro, sin maltrato, sin violencia,
sin divorcios, sin muertes; será los hogares que Dios ha querido ver siempre.
Ahora viene
una responsabilidad compartida: Padres y madres. Críen a sus hijos en disciplina
y amonestación del Señor, no los provoquen a ira. Toda formación debe tener
como principios inviolables el respeto, el amor, el cuidado.
Un
crecimiento que nos lleva a una sociedad justa, llena de hombres y mujeres con
valores y principios para la sana convivencia, donde podemos por medio de la
tolerancia logra una paz duradera y construir familias unidas en el vínculo
perfecto que es el Amor.
La formación
a nuestros hijos debe ser al levantarnos, en casa, en el camino a la escuela,
al trabajo, al acostarnos; en todo momento y lugar.
Usted tal
vez está pensando,¿ y los hijos?. Sí ellos también tienen una responsabilidad.
Hijos
obedezcan en él Señor a sus padres, y
deben honrarlos.
Obediencia y
honra: Dos conceptos que han perdido valor y vigencia en nuestros días.
HIJOS: Es el
momento de volver al Amor, al respeto, a la consideración, al apoyo, a honrar a
estos maravillosos padres que Dios nos ha regalado.
Volver a
esos principios de los que nos hablaron los abuelos: Obediencia a las normas y
reglas que promueven la armonía, que rescatan la autoridad y que se aplican al
esposo, la esposa y los hijos.
Dios dice:
Sométanse unos a otros en el temor a Dios y no hagamos nada por egoísmo, o
vanidad; más bien, con humildad, consideren a los demás como superiores a
ustedes mismos. Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses sino
también por los interese de los demás.
Esa mujer de
la que estamos hablando no se merece un insulto, un desprecio, un golpe, ella
se merece un abrazo, un beso y una palabra de: Gracias mamá, gracias mi tesoro,
gracias mi ayuda especial.
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