¿CÓMO VE
USTED A DIOS EN ESTA NAVIDAD?
“Porque el
fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree” (Romanos 10:4).
El mundo
piensa que pecado es ser malo y que ser justo es ser bueno. Dicen: “Si es que
soy una buena persona, entonces iré al cielo.” Para ellos, Dios es como Papá
Noel, que hace una lista y la revisa dos veces para determinar si hemos sido
buenos o malos. Eso no es así. La justicia yace sólo en el Señor Jesucristo. Él
dejó el cielo, vino a la tierra, vivió una vida justa y perfecta. Luego sufrió,
derramó su sangre y murió en una cruz como expiación o sacrificio por nuestros
pecados: Fue sepultado y resucitó por el poder de Dios, y ascendió a la gloria.
Su sangre fue aplicada al propiciatorio de Dios: eso es justicia. Gálatas 2:21
nos dice: “[…] si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió
Cristo.” ¿Sabe lo que eso significa? Si usted pudiera salvarse siendo bueno,
entonces el Calvario fue un error. Si hubiera habido otra manera de que usted
se salve, Dios no hubiera dejado que su Hijo muriera sobre una cruz.
En este día
de Navidad, ¿cómo ve usted a Dios? ¿Es
Él su Papá Noel, asegurándose si se portó bien o mal? ¿Es Él su mayordomo,
cumpliendo cada uno de sus deseos y caprichos? ¿O es Él el Altísimo y exaltado
Rey de reyes, el Todopoderoso Padre Eterno?
JOSÉ Y MARÍA
OBECECIERON A DIOS Y ESO ES LO QUE USTED DEBE HACER.
“Y Samuel
dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se
obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los
sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros” (1 Samuel
15:22).
El gozo y la
obediencia están intrínsecamente juntos. Cuando usted aprende a obedecer al
Señor, usted tendrá el gozo del Señor. Es como John Sammis lo dice en su himno:
“Confiar y obedecer, no hay ningún otro camino. Para ser felices con Jesús, hay
que confiar y obedecer.” Confianza y obediencia son las dos manos que sostienen
las promesas de Dios. Son los dos pies que le mantienen caminando en el camino
del Rey. Son los oídos que le capacitan para escuchar la verdad de la Palabra
de Dios. ¿Quiere usted experimentar el dulce gozo y contentamiento que Pablo
tuvo en lo profundo de una prisión romana, o que Corrie Ten Boom tuvo en los
oscuros confines de un campo de concentración nazi? Entonces, confíe y
obedezca.
En la noche
antes de la Navidad, pienso que no hay otro himno mejor que el del señor
Sammis: “Confiar y Obedecer.” Eso es lo que José y María hicieron, y lo que
usted y yo debemos hacer. ¡Confiar y Obedecer!
EL ÚNICO
AMOR VERDADERO ES JESUCRISTO.
“Ni lo alto,
ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios,
que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:39).
Un
historiador nos dice que después de la inquisición española, los soldados de
Napoleón descubrieron un calabozo, en donde encontraron un esqueleto todavía
encadenado. Para su sorpresa, ellos miraron en la pared el dibujo de una cruz.
En la cabecera de la cruz estaba escrita la palabra “altura”; al pie de la
cruz, la palabra “profundidad”; y a los lados de la cruz, las palabras
“anchura” y “largura.” Para ese prisionero, la cruz fue una ilustración de las
dimensiones del amor de Dios. El amor de Dios es expansivo y eterno.
Durante el
frenesí de fiestas y compras en diciembre, fácilmente podemos olvidar el
verdadero significado de la celebración de Navidad: “Porque de tal manera amó
Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en Él
cree no se pierda, más tenga vida eterna.” ¿Qué está haciendo hoy para guiar a
otros a Jesucristo, quien es la verdadera razón de la Navidad?
NO SE QUEDE
EN LA NAVIDAD.
Juan 14:3:
“Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a Mí mismo,
para que donde Yo estoy, vosotros también estéis.”
Es el día
después de la Navidad. Las luces en el árbol parecen estar un poco opacas
puesto que la anticipación del día ya ha pasado. ¿Alguna vez se ha sentido así
concerniente a su caminar con el Señor? Bien, permítame darle algunas buenas
nuevas, mi amigo (a). ¡Lo mejor está por venir! Es cierto. El día de la Navidad
ha pasado, pero el día de la resurrección llegará pronto. Y no hablo de la
Pascua. Es decir, la segunda venida de nuestro Señor es eminente en el
horizonte. Él regresa. Y eso no es sólo algo placentero, sino que es una verdad
cimentada en la Palabra de Dios. ¡Jesús viene otra vez!
Por favor
anote Juan 14:3 en un papelito y al despedirse de su familia y amigos, dales
esta nota de motivación.
NAVIDAD
SIGNIFICA AMOR……AMOR……AMOR.
Juan 3:16:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
La Navidad
se deletrea A-M-O-R. ¿Cuál es el mensaje de Navidad? Juan 3:16, Dios nos
obsequió el regalo de amor en la primera Navidad. Correctamente se dice: “Lo
que el mundo necesita es amor.” Yo lo necesito. Usted lo necesita. Su cónyuge
lo necesita. Su hijo (a) lo necesita. Un anciano o anciana sentada sola en un
asilo lo necesita. Un niño abandonado y solo en un orfanato lo necesita
también. Dios envió a su único Hijo como el Salvador. Él sabía que no podíamos
salvarnos a nosotros mismos. Así que mandó a su Hijo a nacer en un pesebre, a
morir en la cruz, a resucitar en gloria, y a regresar otra vez a redimir su
iglesia.
¿Dónde
pasará su Navidad? Quizás usted pueda sacar un momento para compartir el regalo
de amor divino con alguien que esté solo.
RECIBAMOS
HOY LAS NUEVAS DE GRAN GOZO.
Lucas 2:10:
“Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo,
que será para todo el pueblo.”
El ángel
anunció que hemos recibido “nuevas de gran gozo, que [son] para todo el
pueblo”. Dios desea que su mensaje se dé a conocer por todo el mundo. Ahora
bien, sé que quizás usted no sea un predicador, pero sí puede ser uno que
alcanza almas. ¿Qué sucedería si todo creyente saliese a su vecindario y
proclamara: “¡Jesús es Señor!”? ¿Cómo va el mundo a conocerle si no se lo
decimos? Debemos ser valientes al llevar el mensaje de Jesús. Amigo (a), los
cielos se abrirán y las trompetas sonaran. Y los muertos en Cristo resucitarán.
Y una vez más se escuchará al ángel. ¡Él ha regresado! El Salvador que llegó a
nacer en un pesebre, regresa como Monarca a gobernar y reinar.
¿Está usted
compartiendo gozosamente las Buenas Nuevas de Cristo esta Navidad? ¿Será
valiente y compartirá con alguien estas Buenas Nuevas hoy?
Primera Juan
3:1: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de
Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él.”
¡Usted es
rico (a)! El Señor Jesucristo llegó a ser el hijo del hombre para que nosotros
podamos llegar a ser hijos de Dios. Somos salvos debido a la gracia de Navidad.
Esto no es oratoria: ¡Es realidad! Un niño hablaba de la seguridad eterna y
expresó: “Dios me sostiene en sus manos.” Un cínico respondió: “¿Y qué si te
resbalas de sus manos?” “Oh, se me olvidó decirle ―contestó el niño―, yo soy
uno de sus dedos.” Usted es opulento (a), mi amigo (a).
En medio de
todo el materialismo que en ocasiones asfixian el verdadero significado de la
Navidad, tome tiempo para compartir las Buenas Nuevas con alguien hoy.
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