EL ESPÍRITU
SANTO Y SUS ENSEÑANZAS AL CRISTIANO.
La autoridad
suprema de Cristo; la reconciliación en Cristo; la advertencia contra las
enseñanzas falsas; la nueva vida en Cristo; las virtudes cristianas.
Mientras que
continuamos la lectura de la Palabra de Dios con un gran deseo de agradar a
Dios en todas nuestras decisiones, el Espíritu Santo nos guía a una revelación
más profunda de Su voluntad y Sus caminos. No hay ningún límite para el entendimiento,
la fuerza, o el poder para continuar firmes los cuales están disponibles a cada
creyente. Cristo solo, por medio de Su Palabra, puede revelar y suplir todas
nuestras necesidades espirituales. Para ayudarnos a entender la importancia de
estos principio, el apóstol Pablo escribió: «Por lo cual también nosotros,
desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que
seáis llenos del conocimiento de Su voluntad en toda sabiduría e inteligencia
espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo,
llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;
fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de Su gloria, para toda
paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos (preparados)
para participar de la herencia de los santos (los creyentes) en luz»
(Colosenses 1:9-12). Notemos cuantas veces se usa la palabra «toda o toda» —
«toda sabiduría — agradándole en todo — en toda buena obra — con todo poder —
para toda paciencia.
Lo que sigue
en el texto es una explicación bien práctica de la nueva vida en Cristo para
todos los creyentes; «sepultados con Él en el bautismo, en el cual fuisteis
también resucitados con Él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó
de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión
de vuestra carne, os dio vida juntamente con Él, perdonándoos todos los
pecados» (2:12-13). Como una evidencia de esta nueva vida como creyentes, Pablo
animó a los nuevos creyentes, diciéndoles: «Haced morir (tratar como muerto),
pues, lo terrenal (la naturaleza física) en vosotros: fornicación, impureza
(inmoralidad sexual), pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es
idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de
desobediencia» (3:5-6).
La fuerza
del creyente para llegar a cumplir la voluntad de Dios es el resultado de
permitir que «(la) Palabra de Cristo more en abundancia en vosotros,
enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia
en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y
todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del
Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de Él» (Colosenses 3:16-17).
DIOS QUIERE
ESCUCHAR NUESTRAS VOCES POR MEDIO DE LA ORACIÓN.
Las
oraciones de los justos son delicias para el Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario