miércoles, 23 de diciembre de 2015

¿TIENE USTED ALGUNA DUDA CON LA UTILIZACIÓN DEL ÁRBOL DE NAVIDAD?

¿TIENE USTED ALGUNA DUDA CON LA UTILIZACIÓN DEL ÁRBOL DE NAVIDAD?
¿EL PESEBRE O ALGUNAS TRADICIONES?
DIOS CON NOSOTROS.
Porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor. Lucas 1:45.
Isaías 7:14 dice: "El Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel". Esa virgen se llamaba María.
Sin embargo, el nombre Emmanuel es la clave de este versículo, y el corazón de la historia de la Navidad. Es un nombre hebreo que literalmente significa "Dios con nosotros". Es una promesa de la deidad encarnada, una profecía de que Dios mismo aparecería como un niño humano, Emanuel, "Dios con nosotros". Ese niñito que iba a nacer sería Dios mismo en forma humana.
Si pudiéramos condensar todas las verdades de la Navidad en solo tres palabras, estas serían las palabras: "Dios con nosotros". Tenemos la tendencia a enfocar nuestra atención en Navidad en la infancia de Cristo. La más grande verdad de esa festividad es su deidad. ¡Más asombroso que un niño en el pesebre es la verdad de que este niño prometido es el Creador omnipotente de los cielos y la tierra!
¿PAZ EN LA TIERRA?
¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! Lucas 2:14.
Como oímos tan a menudo en Navidad, el comienzo de la vida terrenal de Cristo fue proclamada por ángeles que anunciaron paz en la tierra (Lc. 2:14).
Nunca ha habido en realidad paz en la tierra, en el sentido en que pensamos en ella. Guerras y rumores de guerras han caracterizado dos milenios desde aquella primera Navidad, y todo el tiempo antes de ella.
Ese anuncio de paz en la tierra fue una proclamación con dos sentidos. En primer lugar, informó de la llegada del único que finalmente puede traer paz duradera a la tierra (lo que Él hará cuando venga a establecer su reino terrenal).
Pero más importante es que fue una proclamación de que la paz de Dios está a disposición de los hombres y las mujeres. Lea atentamente las palabras de Lucas 2:14: "¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres".
¿Quiénes son esos para con quienes Él tiene buena voluntad? Los que han rendido su vida a la autoridad de su gobierno.
LOS CRISTIANOS Y LA NAVIDAD.
El que hace caso del día, lo hace para el Señor. Romanos 14:6.
Los puritanos de los primeros años en América del Norte rechazaron por completo las celebraciones de la Navidad. Deliberadamente trabajaban el 25 de diciembre para demostrar su menosprecio. En 1644 se aprobó una ley en Inglaterra que reflejaba una influencia puritana parecida. La ley establecía oficialmente el día de Navidad como día de trabajo. Durante algún tiempo en Inglaterra era literalmente ilícito cocinar pudín de pasas o pastel de fruta para esa festividad.
Por lo general hoy los cristianos no se oponen a la celebración de la Navidad. La festividad misma no significa nada, y el observarla no es cuestión de bueno o malo. Como escribiera Pablo "Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente. El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios" (Ro. 14:5-6). Cada día, incluso el de Navidad, es una celebración para nosotros que lo conocemos y lo amamos.
LA GRACIA DE CRISTO PARA LOS PECADORES.
 Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento.
Mateo 9:13.
Los antepasados de Jesús pudieran sorprenderlo a usted. Su genealogía incluye algunos nombres que usted se escandalizaría al encontrarlos en el linaje real del Rey de reyes. Se destacan cuatro mujeres en particular. No solo es raro encontrar mujeres mencionadas en una genealogía hebrea, sino que esas mujeres son muy notables porque contrastan mucho con la absoluta pureza y la justicia del Ungido de Dios. Todas ellas eran menospreciables, pero formaron parte del álbum familiar de Jesús. Son una garantía de la gracia de Dios para pecadores como nosotros.
UN MENSAJE DE GRACIA.
Llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Mateo 1:21.
 Usted podría pasar por alto la genealogía de Jesucristo cuando lee en voz alta la historia de la Navidad. Pero no pase por alto su mensaje de gracia.  Después de todo, esta es la esencia de la historia de la Navidad: En su misericordia, Jesucristo hizo por los pecadores lo que ellos no podían hacer por sí mismos, reparando vidas quebrantadas y restaurando esperanzas frustradas. Por eso Él vino, para salvar a su pueblo de sus pecados (Mt. 1:21).
He aquí la mejor parte: "La misma gracia que fue evidente en la genealogía está vigente hoy, y el mismo Jesucristo está salvando a su pueblo de sus pecados". Ningún pecado, sin que importe cuán horrendo sea, pone a los pecadores fuera de su alcance. "Puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos" (He. 7:25).
EL ÁRBOL DE NAVIDAD.
La gloria del Líbano vendrá a ti. Isaías 60:13.
Los árboles de Navidad parecen tener su origen en las antiguas celebraciones saturnales. Los romanos decoraban sus templos con verdor y con velas. Los soldados romanos que conquistaron las Islas Británicas hallaron que los druidas, sacerdotes de una orden religiosa céltica, adoraban el muérdago, y que los sajones usaban el agrifolio y la hiedra en las ceremonias religiosas. Todas esas cosas se incorporaron a las costumbres navideñas.
Sin embargo, resulta interesante notar que la primera persona que haya encendido un árbol de Navidad pudiera haber sido Martín Lutero, padre de la Reforma. Él introdujo la costumbre de poner velas en los árboles para celebrar la Navidad, citando a Isaías 60:13 como autoridad bíblica para esa costumbre: "La gloria del Líbano vendrá a ti, cipreses, pinos y bojes juntamente, para decorar el lugar de mi santuario; y yo honraré el lugar de mis pies."
EL NACIMIENTO VIRGINAL DE CRISTO.
Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. Mateo 1:18.
El nacimiento virginal es una suposición implícita en todo lo que la Biblia dice acerca de Jesús. Rechazar el nacimiento virginal es rechazar la deidad de Cristo, la exactitud y la autoridad de la Biblia, y muchas otras doctrinas relacionadas que son el fundamento de la fe cristiana. Nada es más importante que el nacimiento virginal para comprender quién es Jesucristo. Si negamos que Jesucristo es Dios, hemos negado la esencia misma del cristianismo. Todo lo demás que la Biblia enseña acerca de Cristo depende de la verdad que celebramos en Navidad: que Jesucristo es Dios encarnado. Si la historia de su nacimiento es simplemente una leyenda inventada, entonces lo es el resto de lo que la Biblia nos dice de Él. El nacimiento virginal es tan importante como la resurrección en la comprobación de su deidad. No es una verdad optativa. Cualquiera que rechace la deidad de Cristo rechaza absolutamente a Cristo, aunque aparente lo contrario (vea 1 Jn. 4:1-3).
NO HAY OTRO NOMBRE.
No hay otro nombre bajo el cielo. Hechos 4:12.
El ángel que apareció a José subrayó el significado del nombre de Jesús: "Dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt. 1:21). Jesús, del hebreo Joshua, o Joshua, significa "Jehová salvará". El nombre mismo era un testimonio de la salvación de Dios. Pero el ángel le dijo a José que el Hijo de María sería la encarnación misma de la salvación de Jehová. Él mismo salvaría a su pueblo de sus pecados.
Después de la resurrección de Jesús, Pedro, hablando ante el sanedrín, también subrayó la importancia del nombre de Jesucristo "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hch. 4:12).
NO HAY LUGAR PARA CRISTO.
Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Lucas 2:7.
Estoy convencido de que la mayoría de las personas se pierden la Navidad. Observan la temporada navideña porque la cultura dice que es lo que debe hacerse, pero las multitudes no piensan en la realidad de lo que están celebrando. Se ha añadido tanto mito y fantasía a la festividad que las personas ignoran el verdadero milagro del nacimiento de Cristo. La emoción legítima de la festividad se ha dejado llevar por un desenfreno hipócrita. Hace poco vi un periódico que tenía dos páginas de entrevistas a personas en la calle que dieron sus opiniones acerca del verdadero sentido de la Navidad... Algunas fueron sentimentales, diciendo que la Navidad es un tiempo familiar, una época para los niños, y así sucesivamente. Otras fueron humanistas, diciendo que la Navidad es un tiempo para celebrar el amor a los demás seres humanos, el espíritu generoso y toda esa serie de cosas. Otras fueron insensatamente hedonistas, considerando la Navidad simplemente como otra excusa para festejar. Ninguna persona hizo mención del incomprensible milagro del nacimiento de Dios como un niñito.



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