martes, 15 de diciembre de 2015

«EL SUEÑO DE MARÍA»

«EL SUEÑO DE MARÍA»
Por Carlos Rey.
¿SABE CUÁL ES EL SIGNIFICADO REAL DE LA NAVIDAD?
«Tuve un sueño, José. En realidad no lo pude comprender, pero me parece que se trataba del nacimiento de nuestro hijo....
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD, ES MERA COINCIDENCIA.
»La gente estaba haciendo preparativos, con varias semanas de anticipación. Adornaban sus casas de colores brillantes, estrenaban ropa, salían de compras muchas veces y volvían con muchísimos regalos. Era un tanto extraño, pues los regalos no eran para nuestro hijo. Los envolvían en hermosos papeles y los ataban con preciosos moños, y luego los ponían debajo de un árbol.
LA IMPORTANCIA DEL ADORNO Y NO DE JESÚS.
»Sí, José, un árbol, y dentro de sus casas: un árbol decorado, con sus ramas llenas de esferas y un gran número de adornos. Algunos de esos adornos despedían una luz encantadora. En lo más alto del árbol había una figura realmente hermosa. Me pareció que era una estrella o un ángel.
TODA UNA FIESTA, TODO UN ACONTECIMIENTO.
»Era un ambiente muy acogedor. Todos estaban contentos y sonrientes, emocionados por los regalos que se daban unos a otros.
UNA FIESTA, SIN LA PRESENCIA DEL AGASAJADO, DE LA PERSONA IMPORTANTE.
»Pero, ¿sabes qué, José? No quedó ni un solo regalo para nuestro hijo. Me dio la impresión de que nadie lo conocía, ya que nunca mencionaron su nombre. ¿No te parece extraño que la gente trabaje y gaste tanto en los preparativos para celebrar el cumpleaños de alguien a quien ni siquiera mencionan?
ME DA TRISTEZA JOSÉ, NADIE MIRÓ A JESÚS, NUESTRO HIJO.
»Tuve la extraña sensación de que, si nuestro hijo hubiera estado en esa fiesta, lo habrían tratado como a un desconocido. Todo lucía hermoso y la gente se veía feliz; sin embargo, sentí muchas ganas de llorar.
MENOS MAL QUE FUE SOLO UN SUEÑO.
» ¡Qué tristeza para Jesús, no ser invitado a su propia fiesta de cumpleaños! Menos mal que sólo fue un sueño. ¿Te imaginas lo terrible que sería si eso se hiciera realidad?»
HA NACIDO UN SALVADOR. JESUCRISTO EL SEÑOR.
Este cuento de autor desconocido que lleva por título «El sueño de María» nos hace reflexionar sobre lo que se ha hecho una costumbre muy arraigada en nuestra sociedad. Se trata de la práctica de hacer caso omiso del Cumpleañero más importante del género humano. ¿Acaso no se le concede a su nacimiento tanta importancia que marca la división de la historia? Las designaciones «antes de Cristo» y «después de Cristo» lo ponen de relieve como el Personaje por excelencia de la historia universal. Con razón que a María le pareciera tan extraña la manera como actualmente celebramos el cumpleaños de su hijo. Es como si todos, menos Cristo, cumpliéramos años ese mismo día.
ÉL NACIÓ Y AHORA TODOS PODEMOS NACER DE NUEVO.
Si bien no tiene sentido que hagamos caso omiso del Cumpleañero más importante del género humano, es porque ese hijo de María, y por eso llamado «el Hijo del hombre» en los Evangelios, era también el Hijo de Dios. Dios nuestro Creador, que nos hizo a su imagen y semejanza, se humilló y tomó nuestra naturaleza humana, naciendo en un pesebre, para que nosotros pudiéramos nacer de nuevo y algún día ser glorificados, asemejándonos a Él en su naturaleza divina.
APARTA UN LUGAR EN TÚ CORAZÓN PARA QUE JESÚS NAZCA HOY EN TÚ VIDA.
El verdadero sueño de María era que el mundo reconociera a su hijo Jesucristo como el Hijo de Dios. ¡Qué hermoso sería si eso se hiciera realidad!
LA MAYOR NOTICIA PARA EL SER HUMANO ES DIOS CON NOSOTROS.
Dios con nosotros.
Porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor. Lucas 1:45.
Isaías 7:14 dice: "El Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel". Esa virgen se llamaba María.
Sin embargo, el nombre Emanuel es la clave de este versículo, y el corazón de la historia de la Navidad. Es un nombre hebreo que literalmente significa "Dios con nosotros". Es una promesa de la deidad encarnada, una profecía de que Dios mismo aparecería como un niño humano, Emanuel, "Dios con nosotros". Ese niñito que iba a nacer sería Dios mismo en forma humana.

Si pudiéramos condensar todas las verdades de la Navidad en solo tres palabras, estas serían las palabras: "Dios con nosotros". Tenemos la tendencia a enfocar nuestra atención en Navidad en la infancia de Cristo. La más grande verdad de esa festividad es su deidad. ¡Más asombroso que un niño en el pesebre es la verdad de que este niño prometido es el Creador omnipotente de los cielos y la tierra!

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