UNA DE LAS
NOTICIAS MÁS, LA MÁS ESPECTACULAR, LA MÁS EXTRAORDINARIA: CIELOS NUEVOS Y
TIERRAS NUEVAS.
El cielo
nuevo y la tierra nueva; el Jerusalén celestial; la segunda venida de Cristo.
El Señor no
nos dejó en la inseguridad sobre lo que habrá después del sepulcro. Todos los
seguidores verdaderos de Cristo morarán en «un cielo nuevo y una tierra nueva;
porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios,
dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo
que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y Él morará con
ellos; y ellos serán Su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios»
(Apocalipsis 21:1-3).
Nuestra
batalla contra el pecado pronto terminará «y ya no habrá muerte, ni habrá más
llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron» (21:4).
¡Vamos a
pensar en esto! Ya no habrá más llanto, ni angustia física, y no habrán más
sufrimientos; ni ninguna condenación que aprisione nuestras consciencias. No
habrá tampoco más temor del mal, porque «(no) entrará en ella (en la santa
ciudad, el nuevo Jerusalén) ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y
mentira (cosas sucias y detestables), sino solamente los que están inscritos en
el libro de la vida del Cordero» (21:27) estarán allí.
¡Oh! Que
gran gozo nos espera cuando todo se cumpla. ¡Alabemos a Su admirable Nombre!
Pronto nuestro maravilloso Señor nos dará las bienvenidas a nuestro hogar
celestial. «Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de
toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el
temor de Dios. . . . (Vivamos) derribando argumentos y toda altivez (orgullo)
que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo» (II de Corintios 7:1; 10:5).
Terminamos
esta gloriosa revelación de Jesucristo, habiendo cumplido la lectura de esta
entera «Guía» (la Biblia) para la Vida (eterna) que el mismo Dios nos ha dado.
«Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene
sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente»
(Apocalipsis 22:17).
LA MUERTE ES
SOLO EL PASO A LA VIDA ETERNA.
La muerte
promueve a todos los creyentes a la vida eterna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario